La crisis mejora y hace más prudentes a los consumidores
El 74 % de los consultados reconocer que antes de ir a comprar le gusta informarse previamente y el 60,4 % reconoce que consulta opiniones en otros foros. “La desaceleración económica ha producido una desaceleración también en el ritmo de vida. Ya no queremos tener más, sino disfrutar más, vivir más. De ahí que el proceso de compra sea más reflexiva”, ha explicado María Castellanos, directora corporativa de Investigación en Ymedia y responsable del estudio “Tipologías Trends In Media Consumer – Ymedia”, elaborado por CIMOP y presentado ayer por el Club de Marketing de ESADE Alumni.
“No estamos ante una época de cambios, sino ante un cambio de época”, comenzaba su ponencia Castellanos. De la suma de la revolución tecnológica y la crisis ha nacido un nuevo cliente que nada tiene que ver con el existente hace apenas 5 años. “El gasto medio por hogar se ha reducido en 3.000 euros [de 32.014 euros a 29.813 euros, según el INE] mientras que el acceso a Internet ha alcanzado ya el 63,9 %”, especificó Castellanos. En este contexto, el informe ha detectado grandes tendencias:
– Polarización, desaparición de la clase media: El 65 % de los consumidores confiesa ser más prudente en la compra; un 71 % ha perdido poder adquisitivo y un 70 % no puede permitirse mantener su nivel de vida. “De ahí que estemos también ante una polarización en el consumo; un replanteamiento de la relación con el low cost pero también con la experiencia del lujo. Vivo con contención pero me permito un capricho de vez en cuando”, explicó.
– Retomar el control y la privacidad del tiempo: El uso de las redes sociales disminuye frente a otros tipos de comunicación como la mensajería instantánea. “Es el adiós al Facebook por el Whatsapp, donde podemos controlar más lo que decimos y nos dicen”
– Tecnología para facilitar, nunca para esclavizar: “España pasó en muy poco tiempo a ser en líder en uso de tecnología, lo que provocó una dura competición por ver quién tenía más dispositivos o más últimos modelos”, reconoció Castellanos para quien, ahora, “para evitar el sentimiento de frustración de no poder adquirir tanta tecnología, se centran en la optimización de una o dos plataformas”. A saber, y por orden, MP3, DVD, ordenador de sobremesa, portátil, teléfono 3G, pantalla plana, consola de videojuegos y smartphones.
– Reivindicación de la centralidad de la televisión en el consumo de medios: pero nunca sola. “La televisión comparte el protagonismo del ocio en el hogar con nuevos dispositivos móviles, tablets, móviles y PC”.
Estas tendencias han dado origen a nuevos perfiles de consumidor, que esta investigación ha detectado y que se mueven en torno a los ejes tradición/modernidad y posesión/experiencia:
– Consumo reducido: Generalmente pensionistas con un consumo listado y controlado y cuyas compras se limitan marcas blancas.
– Neotradicionales: Menos afectados por la crisis con hábitos de consumo clásicos, presencia de marcas exclusivas y tiempo para disfrutarlas. Descripción de aquellos trabajadores jubilados o próximos a la jubilación.
– Lastrados: Más afectados por la crisis, se centran en la subsistencia y en el equipamiento necesario. Suelen ser progenitores que aún tienen a sus hijos en casa.
– Low cost: Caracterizados por un gusto más moderno y hábitos de compra mediados por el autocontrol y el gasto superfluo.
– Grupales; Hábitos mediados por la pertenencia a grupos, bastante marcados por la tecnología.
– Optimizadores: Muy concienciados con el consumo, tienen el ahorro limitado por principios, son muy racionales.
Durante la presentación del informe, Fernando Conde, sociólogo y director de CIMOP insistió en que esta evolución del perfil del consumidor ha venido marcado por una evolución del comportamiento del español medio durante los últimos cuarenta años: “Pasamos de la lógica de la distinción a la de la diferencia y, después, a la de la innovación”, explicó mientras ponía de manifiesto que entre una y otra siempre había una crisis: “Obligan a un cambio, pero no radical, es decir, no rompe con las tendencias anteriores sino que las evoluciona y empieza adelantar otras”. “Ahora vivimos en la ‘neodistinción’ que no busca la experiencia del lujo pero sí la experiencia de un momento para nosotros”, concluyó Conde.