La alimentación de los niños se aleja de la dieta mediterránea
Durante estos días miles de niños vuelen a las aulas y muchos de ellos se reincorporarán también a los comedores escolares. En concreto, se estima que cerca del 20 % de la población escolarizada, cifra que se eleva al 35 % en el caso de los pre-escolares de enseñanza primaria, realizan la principal comida en su centro de enseñanza. “No obstante, los datos disponibles hasta el momento indican que la oferta dietética de los colegios no siempre es consistente con las guías de alimentación recomendadas para este colectivo”, afirma el doctor Jaime Dalmau, coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría.
“Así, se observa que los menús escolares no incorporan verduras, hortalizas, frutas y pescados en las cantidades recomendadas y, por el contrario, se emplean en exceso las grasas en la preparación de los mismos”, añade. Según una encuesta llevada a cabo durante el curso 2005-2006 en 33 colegios, con una población de más de 23.000 alumnos, se comprobó que la media de ingestión de fruta es de 3,4 veces semanales, la de verduras es de poco más de dos veces semanales – sumando las veces que aparece como primer plato y las que se utiliza como guarnición -, las legumbres se consumen 1,4 veces a la semana y el pescado en 1,3 ocasiones, “es decir, los menús presentan un exceso de grasa y proteínas, frente a una cantidad deficiente en carbohidratos”, subraya el doctor Damau.
Pero esta problemática se reproduce también fuera de las aulas. Según el coordinador del Comité de Nutrición de la AEP, la alimentación de los niños y adolescentes españoles se aleja cada vez más de la dieta mediterránea. “Hoy en día, son muy pocos los niños que siguen una alimentación ajustada a las recomendaciones. Así, la dieta ideal en los niños entre 2 a 14 años debería incluir el consumo de: dos lácteos y dos piezas de fruta al día, la ingesta diaria de verduras o ensalada, pescado 3 o 4 veces a la semana, siendo más recomendable el consumo de pescado que el de carne, y las legumbres al menos dos veces a la semana. Sin embargo, los niños prefieren la pasta y arroz y rechazan las verduras, pescados y legumbres. Así, se consume fruta pero con sólo una pieza al día, se toman verduras y hortalizas pero en porcentajes por debajo de las recomendaciones, se abusa de la carne y de los embutidos, y se sustituye la fruta por los productos lácteos cuando deberían ser complementarios”, describe el doctor Dalmau como principales problemas de la alimentación.
Una dieta equilibrada en la infancia debe distribuirse a lo largo del día en 4 ó 5 comidas: el desayuno, la de media mañana o almuerzo, la merienda y la cena. Así, el aporte calórico debe estar dividido de la siguiente forma: el 25 % en el desayuno, el 30 % en la comida del mediodía, entre el 15 y el 20 % en la merienda y entre el 25 y el 30 en la cena.
Consecuencias
Esta inadecuada alimentación ya está teniendo sus consecuencias. En España, el 14 % de la población infanto-juvenil presenta obesidad “y cada vez está siendo más frecuente en las consultas ver niños con problemas de metabolismo asociado a la obesidad y de osteoporosis”.
Además, la alimentación constituye el factor externo más importante para el crecimiento y desarrollo de los niños, siendo la edad escolar un periodo de especial trascendencia. Así, está demostrado que la inadecuada alimentación desde los primeros años afecta al rendimiento académico y que los hábitos alimentarios adquiridos durante la infancia perduran en la edad adulta.
El ritmo de vida al que se ven sometidos los niños actualmente es cada vez más acelerado debido a las largas jornadas en el colegio y las actividades extraescolares. Todo ello ha cambiado el estilo de vida y la forma de alimentar a los más pequeños adecuadamente. “La comida en familia, sobre todo en el medio urbano, prácticamente ha desaparecido o se limita a los fines de semana. Los platos tradicionales se han sustituido por alimentos más prácticos y sencillos, generalmente a base de carbohidratos más simples, proteínas animales y exceso de grasas”, señala Dalmau