¿Tienes diabetes? Una de cada dos personas no lo sabe
La mitad de los pacientes con diabetes desconoce serlo y, con el fin de manifestar su apoyo a las personas con diabetes, el Parlamento de Canarias ha presentado una declaración institucional durante el Pleno celebrado hoy. El objetivo de dicha declaración, ha manifestado el presidente de la Cámara, Antonio Castro, es reconocer la gravedad de esta patología y movilizar los recursos y poderes públicos necesarios para concienciar sobre esta patología y evitar así la progresión de la enfermedad. Entendiendo que los canarios hemos demostrado que sabemos estar a la altura de las circunstancias cuando es necesario, el Parlamento de Canarias manifiesta, pues, su compromiso con la diabetes, a sabiendas de que se trata de una patología muy prevalente entre la población canaria”.
>> Consulta desde esta otra información cuáles son los niveles normales de glucosa en sangre” para tener un control de la salud y prevenir complicaciones o riesgos en el organismo.
En este sentido, la consejera de Sanidad del Gobierno de Canarias, Mercedes Roldós, ha manifestado que, “en Canarias, hay 250.000 pacientes con diabetes, de los que 70.000 no sabe que padece la enfermedad. Por tanto, ha dicho, se trata de un reto para las autoridades sanitarias y una prioridad para la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias”. Mercedes Roldós ha querido subrayar la necesidad de que la población canaria siga hábitos de vida saludable, puesto que, en el caso de la diabetes tipo 2, se puede prevenir hasta en el 80 % de los casos. En su opinión, la clave está en “seguir aunando esfuerzos, buscando nuevas soluciones frente a esta enfermedad y procurar la mejor calidad de vida para las personas con diabetes”.
Con ese mismo objetivo, Alfonso Rodríguez, director de Relaciones Institucionales de Novo Nordisk Pharma, ha presentado ‘El Barómetro’, un proceso de medición del grado de control de los pacientes con diabetes en los diferentes centros asistenciales, como método para detectar y extender las mejores prácticas asistenciales y contribuir de esta manera a la continua mejora de los cuidados asistenciales de las personas con diabetes l, contribuyendo de este modo a aumentar el número de pacientes bajo control, reducir el número de complicaciones futuras y en consecuencia los costes asociados.
“Entendiendo que, una vez desarrollada la diabetes, no hay vuelta atrás, hay que actuar para mejorar el control de los pacientes con diabetes. En España, de acuerdo con algunos estudios”, ha apuntado, “el 49 % de los pacientes no alcanza los objetivos de control, lo que se traduce en un mayor número de complicaciones asociadas, un coste sanitario incrementado y un elevado número de muertes prematuras debido a la enfermedad y sus complicaciones. Tanto que, la diabetes mata más personas incluso que el sida.”
De ahí la necesidad de buscar herramientas que permitan mejorar la asistencia a las personas con diabetes. En este caso, el Barómetro Changing Diabetes que permite Medir, esto es, registrar la calidad del cuidado de la diabetes, Compartir, comunicar los resultados, y Mejorar, difundiendo para ello las mejores prácticas.
Cuarta causa de mortalidad en mujeres
A pesar de que se trate de una patología en aumento en todo el mundo, casi la mitad de los casos de diabetes tipo 2 no están diagnosticados por falta de reconocimientos médicos ordinarios o desconocimiento. En estos momentos y con los datos disponibles, la prevalencia de esta enfermedad en nuestro entorno, podría situarse en torno al 10 % de la población y, para 2025, la Organización Mundial de la Salud prevé un incremento del 50 % de la incidencia de esta enfermedad, con crecimientos muy importantes, en Sudamérica, Sudeste Asiático y África Subsahariana, donde estas tasas podrían llegar a doblarse.
La diabetes tipo 2 es una enfermedad caracterizada por una deficiencia progresiva de insulina y un deterioro de la respuesta de los tejidos diana que, con el tiempo, provoca una pérdida de la función de la célula beta y, por tanto, un deterioro progresivo en el control glucémico independientemente del tratamiento empleado con el arsenal terapéutico disponible hasta el momento.
Por eso es importante diagnosticar lo antes posible la presencia de la enfermedad para actuar cuanto antes utilizando las herramientas disponibles y algunas, prometedoras, que están por llegar. En este sentido, la fisiopatología de la diabetes cada vez es más complicada y hay un mayor número de factores implicados. Este hecho nos obliga a que el tratamiento de la diabetes reciba un enfoque multifactorial y multidisciplinar, puesto que, con lo que estamos haciendo hasta ahora, no hemos conseguido un buen control y necesitamos, ha dicho, preservar la función de la célula beta para mejorar la calidad de vida del paciente y evitar las comorbilidades asociadas. Dichas enfermedades asociadas son la retinopatía diabética, insuficiencia renal crónica, neuropatías (amputaciones) y enfermedad cardiovascular. Incluso, a día de hoy, la diabetes sigue siendo la cuarta causa de mortalidad en mujeres.
La obesidad afecta a la mitad de las personas con diabetes tipo 2
La obesidad y el sedentarismo, fundamentalmente, están provocando un aumento de los factores de riesgo cardiovascular. Actualmente, entre el 40 % y el 50 % de los españoles se encuentra por encima de su peso adecuado, cerca del 30 % presenta obesidad y se estima que la diabetes tipo 2 afecta ya a 3 millones de personas. “Aproximadamente la mitad de las personas con diabetes presenta también obesidad. Ambas patologías coexisten confiriendo a España unas alarmantes cifras y situándola a la cabeza de los países de nuestro entorno en la prevalencia de diabetes y obesidad”. Así lo ha explicado el doctor Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y endocrinólogo de la Clínica Universitaria de Navarra, en el simposio sobre “Obesidad y riesgo cardiovascular”, organizado con el apoyo de Novo Nordisk, en el Congreso de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO).
La coexistencia de obesidad y diabetes, —lo que se conoce actualmente con el término ‘diabesidad’—, aumenta el riesgo de mortalidad de enfermedades cardiovasculares. Pero además, “la obesidad es la mayor causa de aparición de la diabetes tipo 2, puesto que hace que el tejido adiposo provoque una mayor resistencia a la acción de la insulina, es decir, que en las personas con obesidad el páncreas tenga que realizar un esfuerzo mayor para mantener unos niveles de glucosa dentro de la normalidad. Al cabo de unos años el páncreas se agota y es cuando aparece la diabetes”, señala este experto. Por ello este especialista apuesta por controlar ambos factores de riesgo.
Nuevos tratamientos en diabesidad
Durante el simposio también se han abordado las últimas innovaciones terapéuticas en el tratamiento de las personas que padecen diabetes y obesidad. “Contamos con nuevos fármacos que actúan controlando la glucemia, pero además tienen un efecto sobre el peso y producen menos efectos secundarios. De este modo, haciendo que el paciente pierda peso, podemos controlar el resto de factores de riesgo cardiovascular que tienen las personas con diabetes”. Entre ellos, la última innovación terapéutica disponible en nuestro país es Liraglutida, un fármaco con una homología del 97 % al GLP-1 (Péptido similar al glucagón tipo 1) natural del organismo, una hormona secretada por el intestino cuya función es regular los niveles de glucemia manteniéndolos en rangos de normalidad.
Según explica el doctor Salvador, “los análogos del GLP-1 son fármacos antidiabéticos que además de controlar la glucemia, inducen una pérdida de peso, que llega a ser significativa en muchos pacientes. Este hecho representa un cambio radical en el enfoque terapéutico de la diabesidad, puesto que la mayoría de los antidiabéticos existentes hasta ahora provocaban como efecto indeseable un incremento del peso corporal”.
Además de obesidad, la mayoría de los pacientes con diabetes tipo 2 presentan otros factores de riesgo cardiovascular como dislipemia (alteración de los niveles de lípidos sanguíneos) e hipertensión arterial. Esta agrupación de factores de riesgo se conoce como “síndrome metabólico”. “El 80 % de los pacientes diabéticos son hipertensos y la mayoría tiene elevados los triglicéridos y unos niveles bajos de HDL- colesterol (conocido como ‘colesterol bueno’). En conjunto, todas estas alteraciones determinan que los pacientes con diabetes tipo 2 tengan un elevado riesgo cardiovascular”, explica.
La hiperglucemia crónica en ausencia de síntomas conlleva lesiones en múltiples tejidos, entre ellos la retina, los riñones y el sistema cardiovascular. Además, la diabetes es la primera causa de insuficiencia renal terminal en la población española, la principal causa de amputaciones (solamente en España, 146.000 anuales) y uno de los primeros motivos de ceguera debido a la retinopatía. Para evitar todas las complicaciones es fundamental controlar la enfermedad, es decir, mantener bajo control el nivel glucémico.
La delgadez incrementa el riesgo de diabetes y de sufrir enfermedades cardiovasculares
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto, según recoge la revista Nature Genetics, que el gen IRS1, asociado a una menor grasa corporal, incrementa, paradójicamente, el riesgo de enfermedad cardiovascular y de diabetes tipo 2. Sobre todo en hombres.
Ser un individuo delgado no siempre significa tener un bajo riesgo de padecer enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2, o enfermedades cardiovasculares. Así lo demuestra un estudio publicado en la revista Nature Genetics por un consorcio de investigadores de 72 instituciones científicas pertenecientes a diez países, liderado por la doctora Ruth Loos, de la Unidad de Epidemiología del Medical Research Council, en Cambridge, Reino Unido.
El trabajo se basa en estudios de asociación genética para buscar posibles correlaciones entre 2,5 millones de variantes génicas a lo largo de todo el genoma humano y el porcentaje de grasa corporal de más de 75.000 personas (mujeres y hombres de distintos países).
Además de confirmar la implicación de un gen previamente asociado con obesidad —denominado FTO (fat mass and obesity associated)— el trabajo logró identificar dos nuevas regiones en el genoma asociadas a la cantidad de grasa corporal: una cerca del gen SPRY2 (sprouty homolog 2, Drosophila) y otra cerca del gen IRS1 (Insulin Receptor Substrate 1).
La variante analizada con mayor detalle por los científicos en el estudio fue la relacionada con el gen IRS1, puesto que este no solo indica una menor grasa corporal, sino que, a su vez, predispone a padecer enfermedades metabólicas y cardiovasculares comúnmente asociadas a la obesidad.
Para Belén Peral, investigadora del Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols (CSIC-uAM), y firmante del artículo en cuestión, el estudio ha revelado otro hallazgo sorprendente: “la asociación entre la variante del gen IRS1 y la menor grasa corporal ocurre mayoritariamente en hombres, lo cual significa que aquellos hombres que portan en su ADN este polimorfismo específico son a la par que más delgados, más susceptibles de padecer enfermedades metabólicas, como la diabetes tipo 2, y enfermedades cardiovasculares”.
Menos grasa en la superficie pero más grasa en el interior
¿Cómo se explica que una variante en un gen asociada a menores cantidades de grasa corporal pueda a su vez resultar perjudicial para el organismo? Para dar respuesta a esta pregunta, los científicos investigaron la distribución de grasa corporal en personas portadoras de la variante en el gen IRS1, y encontraron que esta variante del gen reduce solamente la grasa bajo la piel (grasa subcutánea), pero no la más dañina para el organismo, que es la que rodea los órganos en el abdomen (grasa visceral).
Los autores argumentan la posibilidad de que las personas con esta variante del gen son menos capaces de almacenar la grasa subcutánea, y que, por tanto, deben almacenar la grasa en otras partes del cuerpo donde puede interferir con la función normal de los órganos. Este fenómeno ocurriría con mayor frecuencia en hombres, puesto que acumulan más grasa visceral en el abdomen, situación que resulta más perjudicial para el organismo que la alternativa “femenina” de aumento del tejido adiposo subcutáneo, fundamentalmente en la región gluteo-femoral.
La composición genética puede ayudarnos a determinar si estamos predispuestos a ciertas enfermedades, pero no hay que olvidar que la alimentación y la actividad corporal también juegan un papel vital en el mantenimiento de una buena salud.
Comer rápido provoca diabetes
Un equipo científico de Lituania ha presentado una investigación en la que se muestra que aquellos que consumen alimentos con mayor rapidez presentan un riesgo 2,5 veces más alto de sufrir diabetes de tipo 2 que aquellos que se toman la comida con calma. La diabetes mellitus es una afección muy común (en Europa hay 25 millones de afectados) provocada por una concentración alta de glucosa en la sangre. Afecta aproximadamente a un 6,4 % de la población mundial (285 millones de personas) y está asociada a un mayor riesgo de sufrir infarto de miocardio, ictus y lesiones en ojos, pies y riñones.
Todos los padres han advertido a sus hijos seguramente en más de una ocasión que comiesen más despacio. Ahora un estudio científico viene a darles la razón. En el Congreso internacional de endocrinología y el Congreso europeo de endocrinología, celebrados conjuntamente en Florencia (Italia), el equipo de investigación dirigido por la doctora Lina Radzeviciene de la Universidad de las Ciencias de la Salud de Lituania, ha determinado por primera vez que la velocidad a la que se consumen los alimentos aumenta por sí misma el riesgo de sufrir diabetes de tipo 2.
Diabetes tipo 2
En Europa existen más de 25 millones de afectados. En la mayoría de los países es una de las principales causas de muerte por su influencia en las afecciones cardiovasculares, puesto que entre el 70 % y el 80 % de los diabéticos mueren por esas causas. La diabetes es una de las causas principales de ceguera, insuficiencia renal y amputación de extremidades inferiores. Entre el 85 % y el 95 % de casos de diabetes corresponden al tipo 2. El coste total de la asistencia a los diabéticos en Europa asciende a entre 28 000 y 53 000 millones de euros anuales.
Radzeviciene ha comentado que “la prevalencia de la diabetes de tipo 2 aumenta a escala global hasta tal punto que está adquiriendo dimensiones de pandemia mundial. En ella participan factores genéticos y del entorno. De este modo, es importante dar con factores susceptibles de modificación de cara a reducir la probabilidad de desarrollar la enfermedad”.
Esta ocasión no es la primera en la que el equipo de la doctora Radzeviciene logra un avance en el ámbito de la diabetes. Con anterioridad había determinado que el consumo de café (cuatro tazas o más al día) reduce de forma significativa el riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2. También descubrieron que fumar y consumir huevos (más de cinco huevos a la semana) aumenta el riesgo.
En el estudio se compararon 234 pacientes recientemente diagnosticados con diabetes de tipo 2 con un grupo control de 468 personas que no sufrían la enfermedad. La relación entre ambos grupos era de uno a dos y coincidían en cuanto a distribución de sexos y edades (±5 años).
Los participantes cumplimentaron un cuestionario exhaustivo creado para recopilar información sobre posibles factores de riesgo de la diabetes en el que clasificaron su velocidad al comer con respecto a los demás (más lenta, igual, más rápida). Se obtuvieron mediciones corporales (altura, peso y circunferencia de la cintura y la cadera) de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Resultados
Tras ajustar otros factores de riesgo como antecedentes familiares de diabetes, nivel de estudios, el ejercicio matutino, el índice de masa corporal, la circunferencia de la cintura, el consumo de tabaco y la concentración de triglicéridos en el plasma, los investigadores descubrieron un aumento superior al doble del riesgo de padecer diabetes de tipo 2 asociado a la costumbre de comer rápido (razón de posibilidades = 2,52, intervalo de confianza del 95 % 1,56-4,06). Otros datos aportados pusieron de manifiesto que los afectados presentaban un índice de masa corporal mayor y un nivel de estudios considerablemente menor en comparación con el grupo de control.
Tras esta investigación tan satisfactoria, los investigadores confían en poder llevar a cabo un estudio de mayor tamaño en el que se examine en qué medida afectan a los factores de riesgo de padecer diabetes, aspectos como cierto tipo de alimentos, la ingesta de calorías, el ejercicio físico y el bienestar psicológico y emocional.
Pesticidas en la comida, diabetes tipo 2
Un estudio realizado en la Universidad de Granada ha revelado que existe una clara relación entre la exposición a pesticidas (Compuestos Orgánicos Persistentes, COP), que ingerimos a través de los alimentos, el aire o el agua, y la prevalencia de diabetes tipo 2 en personas adultas, independientemente de su sexo, edad o masa corporal. Estas sustancias tienden a acumularse en la grasa del cuerpo humano, y podrían ser una de las causas por las cuales las personas obesas tienen más posibilidades de desarrollar diabetes porque, al tener más cantidad de grasa, acumulan una mayor cantidad de COP.
En un artículo publicado en el último número de la revista Environmental Research, los científicos han demostrado que las personas con mayores concentraciones del compuesto DDE, principal metabolito del plaguicida DDT, tienen cuatro veces más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, con respecto a las que presentan niveles más bajos. Además, otro de los pesticidas que se hallaron en el tejido adiposo de los participantes en el estudio, β-hCH (beta-hexaclorociclohexano), presente en las formulaciones del plaguicida Lindano, también está relacionado con el aumento de riesgo de la enfermedad.
Estudio con 386 personas
Para llevar a cabo esta investigación, los científicos analizaron un grupo seleccionado de COP en el tejido adiposo de 386 personas adultas que acudieron a los hospitales San Cecilio de Granada y Santa Ana de Motril. Como explica Juan Pedro Arrebola, investigador de la UGR y del Hospital San Cecilio de Granada, y uno de los autores del trabajo, “el tejido adiposo humano (comúnmente llamado “grasa”) actúa como reservorio energético y tiene una gran importancia metabólica en el organismo, pero al mismo tiempo posee la capacidad de almacenar sustancias potencialmente tóxicas, entre las que se encuentran los llamados Compuestos Orgánicos Persistentes (COP)”.
Este hecho convierte a la medida de estos residuos en grasa en un excelente indicador de la exposición histórica de una persona a COP. Los COP comprenden a un grupo de sustancias químicas de características muy diversas, presentes en mezclas de plaguicidas, residuos de actividades industriales o materiales de construcción, entre otros, y penetran en el organismo principalmente por la dieta, pero también por inhalación o a través de la piel.
Aumentan los riesgos
Arrebola advierte de que el mecanismo de acción por el que los COP aumentarían el riesgo de padecer diabetes “no se conoce aún, aunque algunos investigadores han sugerido que estos compuestos podrían provocar una respuesta inmune tras su unión a los receptores de estrógenos en tejidos relacionados con metabolismo de los azúcares”.
La prevalencia de diabetes en el mundo ha aumentado significativamente en las últimas décadas, y se estima que para el 2030 el 4.4 % de la población mundial sufrirá este trastorno metabólico. Este hecho tendrá graves consecuencias en los programas de salud pública, puesto que ocupará una parte importante de los recursos. Los factores que están determinando este rápido incremento de la diabetes no son todavía bien conocidos.
En la investigación han participado científicos del Hospital Universitario San Cecilio de Granada, la Universidad de Granada, la Escuela Andaluza de Salud Pública, el Hospital Santa Ana de Motril y el Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques de Barcelona, y supone, en palabras de sus autores, “un buen ejemplo de la investigación clínica actual centrada en enfermedades frecuentes y de alto impacto en salud”.
La diabetes provoca periodontitis en las encías
La asociación entre diabetes y enfermedad periodontal es mutua, puesto que la diabetes provoca hasta el triple de riesgo de sufrir problemas en las encías como la periodontitis. En España, solo el 10-15 % de los adultos tiene las encías sanas, mientras que el 50-60 % sufre gingivitis, y el 25-38 % periodontitis, “aun así, quizá se ha prestado mucha más atención a otras complicaciones de la diabetes, por ser más graves desde el punto de vista de la salud global, pero los efectos de las enfermedades periodontales no deben ser olvidados, tanto a nivel local (dado que la pérdida de dientes afecta a la función, a la estética y a la salud), como a nivel global (peor control de la glucemia, mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares)”, explica David Herrera, presidente de la Sociedad Española de Periodoncia (SEPA).
Enfermedades periodontales en diabéticos
Las enfermedades periodontales son más frecuentes y suelen estar más avanzadas en personas con diabetes que en las que no lo son. “Si los niveles de glucosa en sangre no son controlados correctamente, existe un mayor riesgo de sufrir problemas en las encías, especialmente periodontitis, que puede causar la pérdida de dientes. Como otras infecciones, la periodontitis ha demostrado ser un factor que provoca un incremento del azúcar en sangre y hace más complicado controlar la diabetes”, asegura el presidente de SEPA.
Paciente diabético con otras patologías
La diabetes se ha convertido en uno de los problemas sanitarios actuales más graves en todo el mundo, alcanzando ya proporciones pandémicas. Alrededor de 366 millones de personas en el mundo padecen diabetes tipo 2 y en torno a 150 millones presentan un nivel de glucosa en sangres superior al objetivo. El profesor Manuel Serrano Ríos, Académico de Número de la RANM, recuerda que “en España, la diabetes afecta al 13,8 % de la población adulta mayor de 18 años y dentro de este porcentaje hasta un 7,8 % corresponde a casos de diabetes tipo 2. Además, hasta un 6 % de la población desconoce que padece la enfermedad”.
La hiperglucemia crónica, incluso en ausencia de síntomas, conlleva lesiones en múltiples tejidos, entre ellos, la retina, los riñones y el sistema cardiovascular. “Es frecuente que las personas con diabetes padezcan cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca, EPOC, insuficiencia renal, depresión, obesidad, enfermedad osteoarticular, dependencia funcional, etcétera. De este modo, el paciente diabético es a menudo pluripatológico, por lo que supone un gran reto asistencial para los sistemas sanitarios”, detalla el profesor Serrano Ríos.
Complicaciones de la diabetes
Según apuntan los expertos, las complicaciones periodontales, ya se consideran “la sexta complicación de la diabetes”. Según José Luis Herrera, profesor emérito de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), “las complicaciones más frecuentes son, por este orden, la retinopatía diabética, la nefropatía, la enfermedad cardiovascular, la enfermedad vásculo cerebral y la neuropatía. De acuerdo con los últimos datos que conocemos, en sexto lugar aparecen ya desde hace algunos años las enfermedades periodontales”.
Dado que las personas con diabetes tienen más riesgo de sufrir periodontitis, se debe hacer más énfasis en la prevención y el diagnóstico precoz de esta enfermedad. “Las personas con diabetes deben saber que es necesario un chequeo dental anual y que la higiene diaria de los dientes es uno de los cuidados a introducir en los hábitos de cada día”, asegura este experto. Otra forma de evitar estas complicaciones, “es huir del tabaco, un mal hábito que daña las encías y favorece la diabetes”.