¿Qué papel tuvo TVE durante la transición española?

¿Qué papel tuvo TVE durante la transición española?
NOTICIA de Javi Navarro
23.02.2013 - 12:52h    Actualizado 13.03.2023 - 11:24h

Construcción de la sede de TVE en Prado del Rey.Mucho antes, el 28 de octubre de 1956, comenzó a funcionar la televisión en España de forma regular. Prácticamente sus primeros veinte años vivió bajo la censura del régimen de Franco y pocos sospechaban que en los años 70 se iba a convertir en uno de los actores del cambio en la sociedad española e incluso en uno de los elementos que amuebló el imaginario colectivo con los nuevos valores de la libertad. Así es como lo retrata el profesor Manuel Palacio, que explica en esta obra que la televisión colabora en los procesos conformadores de la opinión pública, en los mecanismos de socialización de los ciudadanos y en el ordenamiento del universo simbólico de cada comunidad. “Para que se produzca la consolidación de la democracia se necesitaba que los españoles empezaran a socializarse en nuevos valores. Y ahí es donde intervinieron los programas de televisión”, señala el investigador.

Una investigación de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) ha culminado con la reciente publicación de “La televisión durante la Transición española”, un libro (Cátedra, 2012) de Manuel Palacio, catedrático de Comunicación Audiovisual de la UC3M. El texto de Palacio busca interrelacionar el medio televisivo con la transición democrática española y para ello se pregunta sobre el papel que representó TVE en el proceso político y cultural acaecido en ese periodo, que recorre el paso desde el régimen político dictatorial del franquismo a otro de libertades públicas, desde 1974 hasta 1981 aproximadamente.

Resquicios ideológicos
En este sentido, este trabajo trata de resolver una paradoja: ¿cómo es posible que, si bien durante la transición este medio estuvo siempre al servicio de los intereses del poder político, al mismo tiempo por muchos resquicios se colaran en la programación espacios que en ocasiones iban frontalmente en contra de los presupuestos ideológicos de la misma dirección?

La dirección de TVE trataba de realizar unos informativos y de seguir una línea de programas acordes a los intereses del Gobierno, relata Palacio. Pero hay que tener en cuenta que había muchas horas de parrilla que rellenar y que había muchos trabajadores (unos 6000) desperdigados por todo el país, que trataron de reflejar de alguna manera su forma de pensar, ya fuera continuista con el Régimen, reformista o rupturista.

“De la dialéctica entre dirección y trabajadores surge una de las paradojas más difíciles de aceptar por los maximalistas: en Televisión Española durante la transición existen programas de todas las ideologías”, concluye Manuel Palacio. “Y de ello se desgaja un inevitable corolario: no es necesario que exista una televisión completamente democrática en sus estructuras para que en su seno se produzcan espacios que lo son”.

Recorrido televisivo histórico
La obra comienza con una visión histórica, repasando cómo era la televisión durante el gobierno de Arias Navarro (1974-76). Unos años en los que “sus programas establecen el espacio público (nacional) y hasta los mismos procesos de identidad común de igual manera que lo hacen las plazas de las ciudades, las banderas, los himnos o las fiestas ciudadanas”, aunque comienza a reflejar de forma indirecta la erosión de los valores del franquismo.

Por aquella época ya se consideraba a este medio la mejor forma para llegar a los ciudadanos, de hecho, en su primera aparición, Carlos Arias Navarro dijo: “Mi presencia esta noche ante vuestros hogares responde a la necesidad que siente todo gobernante de comunicarse directamente al país”. Como no podría ser de otro modo, el autor dedica una buena parte de la obra al gobierno de Adolfo Suárez, durante el cual surge la libertad creativa y la regulación entre política y televisión.

En el libro se rememoran además los primeros desnudos en televisión, la posición que fue adquiriendo la mujer como profesional del medio, el papel de grandes personajes como Chicho Ibáñez Serrador con el “Un, dos, tres” y sus “Historias para no dormir”, o las producciones de Antonio Mercero. También se describe cómo se vivió en el Paseo de la Habana la muerte de Franco, cómo fueron las primeras imágenes de la Familia Real y cuáles fueron los primeros pasos de los programas en directo.



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