Hungría, oportunidad de inversión por sus ventajas fiscales
Hungría es la tercera economía más competitiva de Europa del Este en el sector de tecnologías de la información y comunicación (TIC), según los expertos que acudieron a la jornada “El sector de las TIC en Hungría” celebrada hoy en la Cámara de Comercio de Madrid. Las sociedades tributan en Hungría al 16 % con carácter general, frente al 30 % aplicable en España, beneficio que no contrarresta el hecho de tener que soportar un gravamen superior por IVA en las operaciones.
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) generan el 50 % del crecimiento de la Unión Europea según el informe anual Iniciativa de la Unión Europea i-2010. Dicho estudio incide también en la rapidez con la que los países europeos están adoptando los nuevos servicios online.
La Cámara de Comercio de Madrid destaca las excelentes oportunidades que ofrece, en concreto, este sector en Hungría, puesto que el régimen fiscal que este país aplica al inversor es especialmente ventajoso en la Unión: las sociedades tributan allí al 16 %, con carácter general, frente al 30 % que se aplica en España. Beneficio que no contrarresta un tipo general de IVA del 20 %, cuatro puntos porcentuales más elevado que el de España.
Países más competitivos UE
Estonia, Eslovenia y Hungría encabezan, por este orden, los países más competitivos de Europa del Este en esta industria crucial en la era de la economía global. Por delante de los tres (sólo figuran claramente tres países europeos: Suecia, Dinamarca y Países Bajos), mientras que Portugal precede exclusivamente a Hungría. España ocupa el decimoquinto puesto de este ranking europeo.
Con unos 10 millones de habitantes, y una superficie de 93.030 km2, similar a Andalucía, Hungría es uno de los estados más prósperos de Europa del Este europeo. Junto a Polonia y la República Checa, el país magiar es uno de los principales polos de atracción para la inversión extranjera. De hecho, 45 de las 50 principales multinacionales de todo el mundo están presentes en este mercado, cuya actividad contribuye a generar un tercio del Producto Interior Bruto (PIB) del país. La suma de la inversión extranjera en Hungría desde 1989 asciende a más de 23.000 millones de dólares (unos 16.000 millones de euros al cambio actual).
A la jornada que celebró hoy la Cámara de Comercio de Madrid asistieron la directora de Comercio Exterior de la Cámara de esta institución, Elsa Salvadores, que introdujo a los asistentes acerca de las oportunidades de negocio en Hungría; el consejero Económico y Comercial de España en Budapest, Enrique Alda, que disertó sobre las posibilidades de la tecnología española en el mercado húngaro; el director general de IDC Hungría, Zoltan Komaromi, que analizó la situación actual, las perspectivas y oportunidades de negocio en este país del Este, y el director internacional de Energía de Indra, Joaquín Granero, que aportó su experiencia empresarial al frente de esta importante multinacional española cotizada.
Luces y sombras del mercado magiar
Hungría y la región central de Europa han formado parte de los destinos preferidos para la inversión extranjera incluso antes de su entrada en la Unión Europea (UE) en 2004. Desde entonces, Hungría ha vivido importantes cambios políticos y económicos que han contribuido a la estabilización de su economía y a la consolidación de un régimen jurídico claro de propiedad, factores ambos esenciales para la inversión extranjera.
La economía de Hungría presenta, sin embargo, ciertas dificultades de tipo macroeconómico que han llegado a protagonizar serias tensiones con la Comisión Europea, entre ellos, un elevado déficit por cuenta corriente (superior al 8 % del PIB en 2007) y una inflación que ronda el 7 % y que, en palabras del consejero económico y comercial de la Embajada de España en Budapest, Walden Fernández Lobo, “supera ampliamente los márgenes definidos en el Tratado de Maastricht”.
Desde su integración en la UE, los contactos institucionales entre Hungría y España se han intensificado, lo que ha contribuido a fortalecer las relaciones económicas entre ambos países, hasta entonces muy puntuales. De hecho, con los datos del año pasado ya en la mano, las exportaciones y la inversión española hacia Hungría parecen haber emprendido la senda alcista, tras varios años de estancamiento. Aunque el saldo de la balanza comercial bilateral sigue siendo negativo para España, el año pasado se incrementaron las exportaciones un 20 %.
El sector del automóvil y componentes sigue protagonizando las exportaciones españolas, con el 40 % del total. Le siguen las de maquinaria, material eléctrico y electrónico.
En la jornada de hoy, las empresas madrileñas coincidieron en señalar la elevada burocratización de la administración húngara y la falta de definición de buena parte de los proyectos, problema que se agrava en las administraciones municipales, donde apuntaron serios problemas de transparencia en la resolución de los concursos.