Hoteles de lujo que fueron antiguos conventos o casas señoriales de la epoca colonial en América
El continente americano posee una gran herencia arquitectónica y cultural de los siglos XVI, XVII, Y XVIII que se puede apreciar en muchos de sus Monasterios, conventos o casas señoriales, en su mayoría declaradas como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El viajero que decida como destino países del Caribe o Latinoamérica pueden apreciar, varios siglos después, algunos de los primeros edificios que se construyeron en estas ciudades. Además, muchos de estos edificios están reconstruidos como hoteles de lujo para hacer las delicias de los viajeros que quieran disfrutar de los encantos de aquellos parajes con historia y encanto.
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Con motivo de la celebración del Día de la Hispanidad, el comparador de precios de hoteles trivago ha realizado una selección de los mejores hoteles históricos de Latinoamérica, los cuales conservan la arquitectura de las construcciones de la época colonial y nos acercan la historia de la que han sido testigos a lo largo de los años. Monasterios, conventos o casas señoriales de Hispanoamérica, perviven hoy en día gracias a que en ellos se ubican algunos de los hoteles más lujosos del Caribe y Latinoamérica. La transformación de estos edificios en alojamientos no ha hecho otra cosa que agrandar la historia y la belleza de los mismos, convirtiéndolos en hoteles con un encanto muy especial. Uno de ellos, que se encuentra en Cuzco, Perú, es el Hotel Monasterio que conserva la arquitectura renacentista colonial en el que se pueden encontrar emblemas españoles como el Escudo de Armas.
1. Hotel Monasterio, Cuzco (Perú)
En la ciudad de Cuzco, mezcla de las culturas española e inca, y asentado sobre lo que fue el Palacio del Inca Amaru Qhala, se encuentra este precioso hotel, Monumento Histórico Nacional de Perú. Construído en 1595, el sexto obispo de Cuzco, monseñor Antonio de la Raya, dispuso la fundación del Seminario de San Antonio Abad en estas instalaciones, para la formación de sacerdotes católicos. En el siglo XVII se convirtió en Real Pontificia Universidad y se añadió la capilla, lugar donde actualmente se celebran bodas. Se trata de un edificio que conserva la arquitectura renacentista colonial, con su patio y su pórtico de entrada de piedra, en el cual se puede observar aun el Escudo de Armas Español. El mobiliario combina la decoración más actual con el estilo colonial, y en las paredes se observan magníficas muestras de arte religioso, recordando su pasado. Como curiosidad, todas las habitaciones poseen concentradores de oxígeno para combatir el mal de altura, debido a la situación de la ciudad de Cuzco.
2. Hotel Casa Pestagua, Cartagena de Indias (Colombia)
Este hotel debe su nombre al fundador de la casona donde se ubica, Andrés Ildefonso José de Madariaga y Morales, Conde de Pestagua, quien vivió allí en el siglo XVII. Se construyó con la influencia de los palacios moriscos, tendencia que predominaba en la arquitectura española y, por consiguiente, en la colonial, dotándole de amplitud, majestuosidad y grandeza. La decoración de las habitaciones no deja de sorprender, pues en ellas se encuentran desde muebles antiguos de estilo colonial hasta piezas decoradas en Art-decó. Se disponen alrededor del patio central, donde se halla su restaurante, ubicado bajo los soportales del mismo. En él se puede observar la decoración y los frescos que se añadieron a la casa en la época republicana, al tiempo que el huésped degusta la más típica comida caribeña. Cuenta con otro pequeño patio donde se encuentran la piscina y el solarium, y en la azotea del edificio el cliente podrá disfrutar de la terraza-mirador y relajarse contemplando el mar Caribe y la histórica ciudad de Cartagena de Indias.
3. Parador Santa María La Real, Sucre (Bolivia)
El Parador Santa María La Real ocupa una casona señorial del siglo XVIII edificada sobre las dependencias de la huerta del Palacio de la Real Audiencia de Charcas, el más alto tribunal de la Corona española en esta zona, hoy Bolivia, creado en 1559 por Felipe II. En la restauración llevada a cabo para convertir el edificio en hotel, se cuidó meticulosamente la estructura de la casona original, respetando sus bóvedas de ladrillo y sus patios, conocidos como Patio Azul y Patio Rojo, y que deben su nombre a los colores de su decoración. El primero, pintado de añil, consta de columnas y arcos de medio punto y una gran cristalera en el techo que inunda de luz la estancia. El segundo, de color rojo óxido gracias a los pigmentos del cerro de Potosí usados en la colonia, albergaba los establos del Palacio. En el lobby, estancia en la que destacan sus arcos de piedra, se encuentra una hermosa imagen de la virgen María en madera, tallada y policromada, la cual dio origen al nombre de este hotel. Estos detalles, así como el mobiliario y las habitaciones inspiradas en el siglo XVIII, remontarán al huesped a la época colonial.
4. Hostal Nicolás de Ovando, Santo Domingo (República Dominicana)
Se trata del primer edificio construido en la República Dominicana durante la época colonial, en el año 1502. Debe su nombre al fundador de la ciudad, el Gobernador Nicolás de Ovando, compañero de Cristóbal Colón y quien vivió en una de las tres casas de piedra que forman el edificio. Al igual que la zona histórica en la que se encuentra, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y se sitúa, además, en la primera calle adoquinada del Nuevo Mundo, “Las Damas”. Hoy en día se ha convertido en un lujoso hotel de cinco estrellas con todos los detalles y servicios que hacen que el huesped pueda disfrutar del magnífico entorno en el que se encuentra, como tomar un ron caribeño, jugar al golf o al tenis, nadar en su piscina o fumar el mejor tabaco dominicano en el Cibao Bar, situado bajo los arcos del patio central. En las habitaciones, los tonos suaves del mobiliario se mezclan a la perfección con las paredes de piedra y las losas color ocre del suelo, combinando la parte histórica del hotel con su cara más actual.
5. Boutique Hotel de Cortés, México D. F. (México)
En pleno centro de la ciudad y muy cerca de edificios históricos como la Catedral Metropolitana, el Palacio Nacional o el Palacio de Bellas Artes, se sitúa una de las primeras hosterías de América. Se cree que el edificio se construyó a principios del siglo XVII, puesto que albergó la Hostería de Santo Tomás de Villanueva, donde los frailes de la Orden de San Agustín se hospedaban en sus viajes hacia las islas Filipinas. La fachada data de 1780 y en ella se encuentra la figura del santo que dio nombre al primer establecimiento. La piedra blanca y la madera están presentes en todos los rincones del hotel, desde las habitaciones hasta su restaurante, lo que contribuye a crear una atmósfera única en la que dejarse envolver por la historia del edificio y disfrutar del lujo más exclusivo. En la parte superior del hotel se encuentra la terraza El Cielo de Cortés, donde el huésped puede relajarse, tomar un cóctel y contemplar los edificios más importantes de la ciudad de México, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
6. Hotel Plaza Grande, Quito (Ecuador)
Ubicado en la Plaza de la Independencia, frente a la Catedral y al Palacio Presidencial, este hotel se alza como uno de los edificios más bellos e impresionantes del centro de la ciudad, siendo uno de los mejores hoteles del país. Se asienta sobre lo que fue la casa de Juan Díaz de Hidalgo, uno de los primeros conquistadores españoles que llegó a la ciudad en el siglo XVI y que posteriormente se convertiría en regidor de la misma. Durante el siglo XX se convirtió en el hotel Majestic, una dependencia bancaria y un edificio de la administración del Municipio de Quito, hasta que un grupo de hoteleros se fijó en él y quiso devolverle su esplendor. Las habitaciones están decoradas con maderas nobles, siguiendo patrones de la época colonial española, y cuenta con comodidades dignas de un 5 estrellas como spa, gimnasio o varios restaurantes, donde el viajero podrá degustar tanto los platos tradicionales ecuatorianos como la cocina más internacional e innovadora.
7. San Pedro de Timote, Cerro Colorado (Uruguay)
Declarada Monumento Histórico Nacional en 1997, San Pedro de Timote es una pintoresca edificación que originalmente se llamó Nuestra Señora de los Desamparados y perteneció a los Jesuitas hasta el año 1767, momento en que se vendió. Desde entonces y hasta el siglo XX, los diferentes propietarios disfrutaron de este edificio y realizaron mejoras en él y en la comarca, dotando a la casa de una gran fama. El complejo contaba con herrería, carpintería e incluso capilla, y hoy en día ha sido remodelado para ofrecer a los huéspedes el mayor confort posible. Las amplias habitaciones se distribuyen entre El Casco, la casona principal, que aun mantiene el espíritu señorial con el que fue concebida, y El Hostal, apartamentos pensados para familias. Ambos están diseñados con maderas nobles, estufas de leña y grandes ventanales desde los que observar la naturaleza que rodea al hotel. Al situarse en el campo, los viajeros podrán realizar multitud de actividades deportivas, como la pesca o montar a caballo, y no deben perderse la rica comida casera de su restaurante, con platos como el asado criollo.