Greenpeace acusa a Nike, Adidas y Cortefiel de trabajar con fábricas contaminantes en China
Un estudio de la organización ecologista vincula a estas marcas y otras del sector textil con fábricas contaminantes en China. Greenpeace ha presentado hoy en Beijing y Hong Kong el informe Trapos sucios que revela los vínculos comerciales existentes entre una serie de marcas internacionales de ropa como Adidas, Nike o Li-Ning con dos fabricantes chinos que utilizan sustancias químicas peligrosas en sus procesos productivos.
En el transcurso de una larga investigación sobre la contaminación tóxica del agua en China, la organización ecologista ha recogido muestras de estas sustancias químicas en los vertidos de fábricas textiles ubicadas en los deltas de los ríos Perla y Yangtzé. Durante la investigación también se ha constatado la existencia de relaciones del grupo español Cortefiel con una de estas fábricas, concretamente con la de Youngor.
Este informe es la continuación de la reciente publicación de Greenpeace Consecuencias ocultas, que destacaba los impactos de la contaminación industrial en los ríos de todo el mundo.
Paralelamente a la presentación del estudio, activistas de Greenpeace han desplegado una pancarta con el mensaje “Detox” en la puerta principal de la tienda Adidas más grande del mundo cercana a una tienda Nike, en Beijing, para pedir a estos gigantes de la ropa deportiva que eliminen las sustancias tóxicas de sus cadenas de suministro y de sus productos.
Desafío Detox
“Greenpeace lanza el desafío “Detox” a las marcas de ropa que se aparecen en este informe para que acaben con los vertidos de sustancias peligrosas de toda su cadena de suministro y de sus productos. Pedimos especialmente a las marcas líderes Adidas y Nike, que tomen la iniciativa, y que utilicen su influencia en su cadena de suministro para lograr este fin”, ha declarado Sara del Río, responsable de Tóxicos de Greenpeace en España.
La organización ecologista pide a los seguidores y consumidores que lancen el desafío Detox a estas grandes marcas para que “descontaminen” su cadena de suministro y sus productos y para que defiendan un futuro sin tóxicos.
Entre las sustancias químicas encontradas por Greenpeace se incluyen disruptoreshormonales que además son persistentes y bioacumulativas, y que plantean amenazas a largo plazo para el medio ambiente y la salud humana.
“Nuestros resultados hacen una instantánea del tipo de productos tóxicos que la industria textil vierte a los ríos y otros cursos de agua en todo el mundo y que son indicativos de un problema mucho mayor que está teniendo graves consecuencias, a largo plazo y de gran alcance para las personas y la vida silvestre”, ha declarado Martin Hojsik, coordinador de la campaña de Tóxicos de Greenpeace Internacional. Ninguna de las marcas incluidas en el informe tiene una visión global de las sustancias que se utilizan y vierten durante la fabricación de sus productos. La solución pasa por que estas empresas adopten políticas integrales de gestión de productos químicos que permitan reducir sistemáticamente y eliminar las sustancias más peligrosas a lo largo de su cadena de suministro y llevar a cabo un seguimiento de los avances.
Greenpeace también reclama a los gobiernos que tomen medidas y trabajen para eliminar los vertidos de sustancias químicas peligrosas en el plazo de una generación.”Los responsables políticos tienen una oportunidad. Pueden seguir exponiendo a las personas y al medio ambiente a los riesgos creados por el vertido de estas sustancias tóxicas o se pueden establecer legislaciones estrictas que reduzcan progresivamente y eliminen las sustancias químicas más peligrosas al tiempo que se da apoyo a prácticas innovadoras sostenibles”, ha concluido Del Río.