Estoy dispuesto a cambiar de ciudad para conseguir trabajo
Ocho de cada diez trabajadores con estudios universitarios están dispuestos a cambiar de ciudad para conseguir trabajo. En el ranking de lugares con más oportunidades laborales, Madrid, Cataluña y País Vasco son las comunidades autónomas que presentas unas perspectivas de trabajo más favorables. Así, el 77 % de los trabajadores se muestra dispuesto a cambiar su lugar de residencia para acceder al mercado laboral, lo que supone un aumento de ocho puntos porcentuales respecto a 2012. Por su parte, el 61 % de los profesionales españoles cambiaría de país para conseguir un trabajo, un porcentaje que asciende hasta el 65 % en el caso de los jóvenes de entre 18 y 24 años.
Contenido de la información:
- Madrid, Cataluña y el País Vasco, las CCAA con más oportunidades laborales
- Cambiar de casa para conseguir trabajo
- Vamos que nos vamos: siete de cada 10 trabajadores dispuestos a cambiar de ciudad por empleo
- El 65 % de los españoles se cambiaría de ciudad por trabajo
- Cuatro de cada diez trabajadores cambiaría su lugar de residencia por trabajo
Las oportunidades para acceder al mercado laboral varían en función de la ciudad y comunidad autónoma en la que residen los profesionales. La diferencia de los índices de ocupación entre las regiones de España influye en la voluntad de los trabajadores para cambiar su lugar de residencia con el objetivo de conseguir un empleo. Randstad, empresa líder en soluciones de recursos humanos, ha realizado una encuesta a través de sus oficinas en España y ha detectado que el 77 % de los profesionales estaría dispuesto a cambiar de ciudad para conseguir un trabajo.
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Al examinar estos datos en profundidad, se aprecia un aumento de ocho puntos porcentuales respecto a 2012. Se observa, ampliando el análisis a los últimos cuatro años, un significativo incremento de la intención de los profesionales para desplazarse con el objetivo de acceder al mercado laboral de forma activa. En 2010, este porcentaje era del 62 %, mientras que en 2011 ascendió hasta el 65 %. El año pasado, el 69 % de los trabajadores se mostraron dispuestos a cambiar su lugar de residencia para conseguir un empleo. Esta tendencia ascendente viene provocada, en parte, por el aumento de los índices de desempleo desde 2010, aunque también se aprecia un cambio progresivo de actitud hacia la movilidad laboral por parte de los profesionales españoles.
El nivel de estudios supone una importante variable que determina el comportamiento de los trabajadores al optar por la movilidad hacia otra ciudad del territorio nacional. Ocho de cada diez profesionales con estudios universitarios se muestran dispuestos a cambiar su lugar de residencia para trabajar. En segundo lugar, con un 76 % de aceptación, se sitúan aquellos que cuentan con estudios de Bachillerato o Formación Profesional, seguidos muy de cerca por los que disponen del título de educación obligatoria (bien sea EGB o ESO).
Madrid, Cataluña y el País Vasco, las CCAA con más oportunidades laborales
De la encuesta realizada por Randstad, se desprende que las comunidades autónomas con mejor apreciación en cuanto a oportunidades laborales son Madrid, Cataluña y el País Vasco, que cuentan con unos porcentajes totales de 35,8 %, 28 % y 22,7 %, respectivamente, según la visión de los propios participantes.
Esta percepción de los españoles está en consonancia con el Informe de Movilidad Nacional y Regional publicado por Randstad en junio, que analizaba los datos del primer trimestre del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE). Dicho estudio mostraba que Madrid, Cataluña y el País Vasco eran las comunidades autónomas españolas con un saldo de movilidad positivo más elevado, es decir, aquellas regiones en las que entraban más trabajadores con contrato de los que salían.
En el caso de Madrid, la región de España más receptora en lo que al mercado laboral se refiere, el saldo de movilidad arrojaba unas cifras de 32.580 contrataciones (entraban 59.949 personas con contrato y salían 27.369), mientras que en Cataluña ascendía a 6.872 y en el País Vasco a 2.782. Las comunidades autónomas elegidas por los trabajadores como aquellas con mayores oportunidades laborales concuerdan con estos datos correspondientes al primer trimestre de 2013, lo que refleja el conocimiento de los españoles de las cifras de empleo y ocupación.
Tener empleo apenas influye en la decisión de los profesionales
Cabe destacar los resultados de la encuesta elaborada por Randstad cuando se analiza en función de la situación laboral de los trabajadores. En cuanto a su predisposición hacia la movilidad nacional, apenas hay variación entre los profesionales que disponen de un empleo y aquellos que no lo tienen. En el caso de los trabajadores sin ocupación, el 78 % estaría dispuesto a cambiar su lugar de residencia si con ello consiguieran un empleo, un 2 % más que el porcentaje de los trabajadores que ya cuentan con uno.
Los trabajadores prefieren cambiar de ciudad dentro de España que emigrar
Los profesionales españoles se muestran más dispuestos a cambiar su lugar de residencia dentro de las fronteras del país que a marcharse al extranjero para trabajar. En este sentido, el 61 % de los trabajadores españoles emigraría para conseguir un empleo, un porcentaje que asciende hasta el 77 % en el caso de la movilidad nacional.
Al igual que en cuanto a la movilidad internacional, los profesionales que muestran mayor disposición a cambiar su lugar de residencia son aquellos que cuentan con estudios universitarios.
Cambiar de casa para conseguir trabajo
El 70 % de los desempleados que cambian su zona geográfica de residencia consiguen empleo según el Servicio de Estudios de AGETT (Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal) en colaboración con Ceprede (Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid). Cerca de 40.000 parados encontraron un empleo en 2008 después del cambio de residencia.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) realiza anualmente a través de la Encuesta de Población Activa (EPA), la Encuesta de Migraciones (EM) en la que se considera migrante a toda persona que resida en un municipio distinto al que residía en el año anterior. Por tanto, se puede decir que “migrante” es toda persona que, en un periodo de referencia dado, ha cambiado de municipio o de zona geográfica de residencia.
Durante 2008, el número de personas que migraron superó el medio millón de personas (593 mil), un 22,6 % menos que el año anterior (173.600 personas menos). De los que migraron en 2008, el 52 % tenían un empleo, el 15,4 % eran estudiantes, el 12,8 % se dedicaban a las labores del hogar y el 11 % estaban en paro.
El 81,8 % de los migrantes con empleo (263,9 mil personas) lo conservaron un año después del desplazamiento, mientras que el 12,5 % lo perdieron y el 5,7 % pasaron a la inactividad.
Respecto a los migrantes en paro (55,6 mil personas), el 69,8 % encontraron un empleo un año después del desplazamiento, mientras que el 20,1 % permanecieron en desempleo y el 10,1 % pasaron a la inactividad. Por tanto, la migración permitió encontrar un empleo a 38.800 desempleados en 2008.
Dentro de España
En cuanto a los flujos migratorios dentro del país, la mayor movilidad es intrazona (movilidad dentro de las áreas que componen cada zona: Noroeste, Nordeste, Madrid, Centro, Este, Sur y Canarias3), siendo las principales zonas de movilidad intrazona Canarias, donde el 87,6 % de la movilidad es intrazonal, seguida del Este (79 %), Noroeste (78,8 %) y Nordeste (77,2 %).
En cuanto a las corrientes interzona (movilidad entre de las diferentes zonas), como zonas preferidas de destino se encuentran el Este con el 31 % de migrantes, Madrid con el 18,2 % y el Sur con el 15 %.
La cercanía geográfica es un factor determinante en las migraciones. El principal flujo migratorio interzona sea el de la zona Centro hacia Madrid, con un total de 10.700 migrantes que eligen la capital como destino. Esto supone que casi el 23 % de los que salen de la zona centro (Castilla y León, Castilla-La Mancha y Extremadura) se dirigen a Madrid.
Por otro lado, todas las comunidades tienen un saldo migratorio global positivo gracias al efecto de la inmigración, pero la zona con un mayor saldo migratorio positivo es el Este con 64.500 migrantes de diferencia entre los que entran y los que salen, seguida de Madrid con un saldo de 44.200.
La tasa de migración, definida como el cociente entre el número de migrantes y la población total, viene reduciéndose en los últimos tres años. En 2008 se situó en un 1,31 %, cuatro décimas por debajo de la tasa de 2007 (1,72 %) y cinco de la de 2006 (1,82 %).
La tasa de migración es ligeramente mayor en las mujeres que en los varones. En el pasado ejercicio la tasa femenina alcanzó un 1,34 %, seis centésimas porcentuales superior a la masculina. Así, del total de 593.000 migrantes registrados en 2008, 306.900 fueron mujeres (un 51,8 %).
Por grupos de edad (cuadro 2), se puede observar que los jóvenes son los que tienen una tasa de migración más elevada, siendo el tramo de edad comprendido entre los 20 y 29 años el que presenta una tasa de migración más alta (3,22 %, más del doble de la tasa general), seguido de los comprendidos entre 16 y 19 años (2,37 %).
De estos dos grupos de edad mencionados, los más jóvenes han visto cómo su tasa se incrementaba desde el 1,75 % de 2006, hasta el 2,37 % de 2008. Lo contrario sucede con los de 20 a 29 años, que han venido reduciendo su tasa desde el 4,39 % de 2006 hasta el mencionado 3,22 % del pasado ejercicio. Esta misma estructura se mantiene para ambos sexos, si bien la tasa de migración es algo mayor en las mujeres en todos los grupos de edad.
En cuanto a la tasa de actividad de los migrantes según el sexo y la edad, podemos observar que son los trabajadores de una edad media (de 30 a 39 y de 40 a 49) los que tienen unas mayores tasas de actividad, siendo considerablemente menor en jóvenes y mayores de 50.
En términos generales, los colectivos con mayores tasas de paro son los que más migran, exceptuando los colectivos de edades más avanzadas, principalmente.
Los migrantes que tienen una mayor tasa de paro son los más jóvenes (de 16 a 19 años) y los mayores de 40 (con una tasa de desempleo del 25,8 % para los de edades entre 40 y 49 años, y del 20,3 % para los mayores de 50). No obstante, como excepción, las mujeres migrantes mayores de 50 años no siguen este patrón, puesto que tienen una tasa de paro del 2,2 %, mientras que la de los varones del mismo grupo de edad supera el 36 %. Así, teniendo en cuenta que casi el 27 % de las mujeres migrantes mayores de 50 años son laboralmente activas, casi la totalidad de éstas (97,8 %) tienen un empleo.
Vamos que nos vamos: siete de cada 10 trabajadores dispuestos a cambiar de ciudad por empleo
La movilidad es un factor que toma cada vez más importancia para encontrar un empleo. Las oportunidades laborales no siempre coinciden con los lugares de residencia de los candidatos. Éstos han comprendido que deben moverse y cambiar de ciudad si es necesario para acceder a un empleo, poniendo de manifiesto el aumento de la madurez de los trabajadores. Así, siete de cada diez españoles se encuentran actualmente dispuestos a cambiar de ciudad para encontrar un empleo. En los dos últimos años, esta tendencia ha aumentado en siete puntos porcentuales y el 83 % de los encuestados esgrime razones económicas para la toma de esta decisión. Los profesionales eligen principalmente la movilidad nacional. Los que optarían por salir al extranjero optan por destinos dentro de la Unión Europea de habla inglesa.
Randstad, empresa de soluciones de recursos humanos, ha detectado un aumento en la intención de cambio en busca de oportunidades laborales. Según una encuesta que ha realizado entre más de 1.200 profesionales en activo, el 69 % de los españoles se encuentra actualmente dispuesto a cambiar de ciudad con el objetivo de encontrar un empleo. El incremento es evidente si se analizan los dos últimos años. Si en 2010 el porcentaje era del 62 %, el año pasado aumentó hasta el 65 %, lo cual supone una subida de siete puntos porcentuales en los últimos dos años.
Eso sí, a la hora de elegir destino, la mayoría (52,34 %) prefiere quedarse en nuestro país y elegiría cambiar de residencia para trasladarse hasta cualquier otra provincia española. El resto de consultados se dividen de la siguiente manera: un 20,29 % optaría por un destino dentro de la Unión Europea; un 3,44 % elegiría países fuera de la UE pero de habla inglesa; el 3,86 % elige destinos minoritarios que abarcan tanto Latinoamérica como países emergentes. Pero es reseñable que para uno de cada cinco consultados, el “dónde” no es un problema y se marcharían allí donde tuvieran empleo (un 20,07 % del total).
Este análisis permite discernir entre las prioridades de los encuestados. En primer lugar, destaca la cercanía geográfica. Como se observa, los trabajadores prefieren quedarse en el país aunque sea en otra provincia con mayores posibilidades de empleo (Madrid y Barcelona cubren la mayor parte de expectativas de los encuestados).
Por otro lado, los idiomas cobran un auge muy destacado en el aumento de la empleabilidad de los trabajadores. Quienes elegirían irse al extranjero lo harían mayoritariamente a países de habla inglesa, destacando especialmente Reino Unido. Por último, los países que a priori más empleo están generando y cuentan con mayores posibilidades de desarrollo profesional también se sitúan entre los más destacados entre los consultados, como es el caso de Alemania, China o Brasil.
¿Por qué se marchan?
Los motivos de esta fuga de talento son claros. Las circunstancias económicas son la principal razón para el 83 % de los encuestados, aunque existen matices. Si un 45 % achaca la crisis en términos globales como factor fundamental para tomar esta decisión, un 38 % asume que la falta de oportunidades laborales es el principal causante para tener que abandonar su actual ciudad.
Progresar laboralmente
Para el 17 % restante el objetivo es otro. Las metas profesionales y la posibilidad de encontrar en otro lugar de España un empleo que le permita progresar dentro de su escalafón laboral es la principal razón para explicar su traslado, lo cual no está tan directamente relacionado con los efectos de la actual situación económica.
En este sentido, la encuesta elaborada por Randstad establece diferencias si la pregunta la responden trabajadores en activo o desempleados. Respecto a los primeros, un 65 % está dispuesto a cambiar de ciudad en aras de encontrar otro puesto de trabajo, mientras que esta opción sube hasta el 71 % en el caso de los profesionales que se encuentran en el paro.
En los dos casos se registran aumentos respecto a la muestra elaborada el año pasado, aunque llama la atención que es mayor entre los trabajadores en activo (5 puntos porcentuales) que entre los desempleados (3 puntos porcentuales), lo cual evidencia que el profesional siente una menor seguridad en su actual puesto de trabajo.
La movilidad geográfica no es un hecho desdeñable. Actualmente, supone un elemento diferenciador dentro de las relaciones laborales. Los profesionales con capacidad de movilidad nacional fortalecen sus actitudes a través de la superación de nuevos retos. Asimismo, a las empresas les ayuda a obtener recursos. La alta especialización que se requiere para algunos proyectos y la escasez de determinados perfiles requiere esta movilidad, de la misma manera que abre más oportunidades a los especialistas.
Mayor movilidad entre los hombres
En cualquier caso, la encuesta elaborada por Randstad establece otras conclusiones. Los hombres (72 %) son más proclives que las mujeres (66 %) a la movilidad laboral. En ambos casos aumenta el porcentaje respecto al año pasado, aunque es más significativo entre las mujeres, que registran un incremento del 5 %. Esta diferencia de seis puntos porcentuales es significativa ya que actualmente el descenso de la ocupación es casi tres veces mayor entre los varones (278.300 menos) que entre las mujeres (96.000 menos), según datos obtenidos por la Encuesta de Población Activa (EPA) para el primer trimestre del año.
Aumenta la movilidad de los trabajadores de entre 25 y 44 años
Un dato que singularmente se mantiene estable respecto a 2011 es el relativo a la edad. Actualmente, siete de cada diez profesionales de entre 25 y 44 años de edad están a favor de la movilidad nacional para conseguir un empleo, la misma cifra que el año pasado. Tras ellos se sitúan los jóvenes de entre 18 y 24 años (68 %), que se encuentran ante el reto de su primer puesto de trabajo y que tradicionalmente presentan una mayor capacidad de movimiento por la ausencia de cargas familiares.
Por último, los más experimentados y que se encuentran más cerca de la jubilación (63 %) son los que presentan la cifra menos alta, aunque sigue siendo igual de contundente que las anteriores, y más si se compara con 2011, donde registra un aumento de 24 puntos porcentuales, lo que evidencia un cambio de actitud en sus prioridades laborales.
Los universitarios pierden el primer lugar
El nivel de estudios también supone una variable que determina un comportamiento u otro. Los más proclives son los que han estudiado alguna rama de Formación Profesional (80 %) quitando del primer puesto que ostentaba el año pasado a los universitarios (77 %), pese a que aumenta en seis puntos porcentuales su interés por cambiar de ciudad para conseguir un empleo. En el lado contrario de la balanza, se sitúan aquellos sin estudios (57 %), lo cual les deja con el mismo ratio que en 2011.
Manchegos, cántabros y gallegos, los más móviles
La encuesta elaborada por Randstad para analizar la movilidad de los profesionales a nivel nacional también establece diferencias por Comunidades Autónomas. Castellano-manchegos (84 %), cántabros (80 %) y gallegos (79 %) son los más partidarios de cambiar de ciudad para encontrar un puesto de trabajo. Por su parte, canarios (50 %), aragoneses (54 %) y baleares (60 %) son los que menos favorables se muestran en esta causa pese a que en todos los casos se llega como mínimo a la mitad de la muestra, lo cual refleja el grado de aceptación que existe.
El 65 % de los españoles se cambiaría de ciudad por trabajo
La crisis y el paro ha provocado que crezcan los índices de movilidad laboral. Así, la mayoría de los los españoles estamos dispuestos a cambiar de residencia por motivos de trabajo. La tasa también crece en las mujeres llegando al 61 %, ocho puntos menos que los hombres. Entre los parados, el 68 % estaría dispuesto a cambiar de ciudad para obtener empleo. Los más móviles son los nacidos en Castilla y León y Extremadura y los menos proclives a cambiar de comunidad son los canarios, catalanes y valencianos.
La movilidad laboral se ha convertido para muchas personas en una oportunidad profesional. Así lo asegura el 65 % de los trabajadores españoles, que estarían dispuestos a cambiar de residencia para conseguir un empleo, según el IV Estudio de Movilidad Laboral de Randstad, realizado a 1.000 personas durante el mes de enero de 2011. Este dato supone un incremento del 3 % frente a los datos registrados por la empresa líder en soluciones de recursos humanos durante el año pasado.
En este contexto laboral, esta cifra es significativamente superior si contestan a esta pregunta personas que actualmente no tienen empleo, puesto que alcanza el 68 % de los encuestados, el mismo porcentaje que en 2010. Por su parte, seis de cada diez españoles activos laboralmente estarían dispuestos a cambiar de ciudad por un motivo profesional, lo cual demuestra el grado de preocupación que existe entre los ciudadanos que no se encuentran en el paro, puesto que esta percepción ha subido seis puntos porcentuales respecto a los datos obtenidos durante el año pasado hasta colocarse en el 60 %.
La movilidad geográfica ofrece un valor añadido a empresas y candidatos. Permite a los trabajadores acelerar su curva de aprendizaje, contar con un interesante bagaje cultural y desarrollar aptitudes que en el futuro pueden poner en práctica en su vida laboral. A las empresas les ayuda a contar con recursos especializados con mayor rapidez en respuesta a la demanda. La alta especialización que se requiere para algunos proyectos y la escasez de determinados perfiles requiere esta movilidad, al tiempo que abre más oportunidades a los especialistas.
Por su parte, el informe elaborado por Randstad traza una radiografía de la movilidad laboral en España y asegura que los hombres son más proclives a cambiar de ciudad para conseguir un empleo (69 %) que las mujeres (61 %). En cualquier caso y respecto a 2010, el informe incide en un incremento en las perspectivas de estas últimas frente al de los varones, puesto que esta percepción ha registrado un aumento del 5 % frente al descenso de un 1 % de los hombres.
Esta situación se ve influida por distintos motivos. Los hombres siguen sufriendo en mayor medida la crisis y son conscientes de que las ofertas laborales se han reducido en los últimos tres años. Por otro lado, las mujeres cada vez dan más importancia en su vida al desarrollo profesional y de ahí la variación que ha registrado este año el informe de Randstad en este apartado.
Los más proclives al cambio son los jóvenes de entre 25 y 34 años
El IV Estudio de Movilidad de Randstad también analiza la percepción que tienen los españoles en esta materia en función de la edad y destaca que los jóvenes de entre 25 y 34 años son los más dispuestos a cambiar de ciudad para conseguir un empleo (70 %). En el lado opuesto de la balanza, se sitúan los españoles con edades comprendidas entre los 45 y los 65 años de edad (39 %), segmento de edad tradicionalmente más reacio a desplazarse por motivos laborales y que se refrenda con un descenso del 2 % respecto a 2010.
La formación influye en la movilidad
En cuanto al nivel de formación, destaca el amplio consenso que existe en todos los grupos analizados para cambiar de ciudad en aras de conseguir un trabajo. Los más dispuestos son los universitarios (71 %) y las personas que cursan bachillerato (70,5 %), mientras que las personas sin estudios contestan afirmativamente a esta respuesta sólo en un 57 %. De hecho, destaca el incremento registrado por los dos primeros, puesto que suben cuatro y catorce puntos porcentuales respectivamente, mientras que el grupo de personas sin estudios ha obtenido un descenso de un 10 % respecto a 2010.
Los inmigrantes se mueven, pero menos
El informe de Randstad también estudia este comportamiento en función de la nacionalidad y asegura que los inmigrantes (69 %) muestran una mayor disposición que los españoles (66 %) a progresar gracias a la movilidad laboral. Cabe destacar el descenso significativo que se registra en la percepción de los inmigrantes, puesto que se obtiene un descenso de doce puntos porcentuales respecto a la muestra de 2010.
Los inmigrantes en general se caracterizan por su alto nivel de movilidad, puesto que ya se encuentran desplazados de su lugar de origen y priman las condiciones económicas al arraigo al lugar. Sin embargo, esta movilidad ya se ha producido en la mayoría de los casos, lo que significa que aquellos trabajadores extranjeros que no están dispuestos a moverse por un empleo son los más arraigados y su nivel de movilidad es prácticamente similar al de los nacionales.
En el caso de los trabajadores españoles la tendencia es al alza. Se observa un aumento de un 8 % que permite reducir sustancialmente la brecha que existía el año pasado, puesto que en la actualidad no hay apenas diferencias entre la percepción de ambos segmentos sociológicos.
Perfil de la persona móvil
El IV Estudio de Movilidad de Randstad también establece una radiografía del perfil de la persona móvil, puesto que se trata de un varón de entre 25 y 34 años y que cursa estudios universitarios. En este punto radica una de las diferencias más llamativas, puesto que el año pasado incluía un perfil formativo bajo o incluso sin estudios. Este hecho, permite detectar los cambios de tendencias que se dan en la sociedad española y que provocan que los jóvenes españoles en edad de postgrado vean su futuro laboral con peores perspectivas que en años anteriores.
El concepto de movilidad está cambiando en España en función de la realidad que ha ofrecido durante los últimos años este informe de Randstad. Pero pese a que la situación económica actual ha modificado sustancialmente este concepto en nuestro país, seguimos estando muy lejos en esta materia respecto al resto de países de nuestro entorno.
Los canarios, catalanes y valencianos, los que menos se mueven
En el análisis por comunidades autónomas, destaca que los trabajadores menos móviles son los canarios, catalanes y valencianos, puesto que son quienes en mayor medida trabajan en la misma comunidad en la que nacieron (INE, 2009). En los tres casos, al menos nueve de cada diez siguen trabajando en la misma ciudad en la que nacieron.
Por el contrario, los profesionales más móviles son los nacidos en Castilla y León y Extremadura, donde cuatro de cada diez personas tienen que cambiar de ciudad para trabajar, seguidos de los nacidos en Castilla-La Mancha, donde se mueven de ciudad tres de cada diez personas.
Cuatro de cada diez trabajadores cambiaría su lugar de residencia por trabajo
España se ha caracterizado en los últimos años por una escasa movilidad geográfica por motivos laborales en comparación con otros países de la Unión Europea, pero esto podría estar cambiando, entre otras, cosas, por la crisis y el aumento del desempleo. Un estudio de Randstad desvela que, lejos de la creencia habitual, tanto hombres como mujeres están dispuestos a viajar por motivos de trabajo: en total, un 42,2 % de trabajadores. Ellos presentan mayor disponibilidad y muestran una clara voluntad de viajar por motivos de trabajo en un 48,5 % de las ocasiones, mientras que ellas lo harían en un 37,1 %. Eso sí, para la mayoría de trabajadores, un 41,70 % de los hombres y un 44,18 % de las mujeres las condiciones del viaje o traslado son fundamentales a la hora de tomar una decisión de este tipo.
La movilidad en España sigue en cotas muy bajas, aunque crece de manera constante desde hace unos años. Actualmente, un 28,2 % de los consultados estaría dispuesto a cambiar su residencia por un trabajo (ellos en un 32,43 % de los casos y ellas en un 24,82 % de las ocasiones). Tal y como sucedía en la disponibilidad para viajar, las condiciones son las que van a determinar la decisión final de los trabajadores. Y al igual que en el caso anterior, los hombres son, en general, menos reacios al traslado. Lo harían en un 32,43 % de las ocasiones frente a un 24,83 % de mujeres.
Las regiones con mayor movilidad
Por zonas geográficas, cabe destacar que las regiones españolas con mayor disponibilidad a la movilidad geográfica y cambio de residencia son:
– León, con un 67 %.
– Albacete: un 65,7 % de sus trabajadores tiene buena disposición al cambio.
– Jaén, con más del 64 % de trabajadores.
– Islas Baleares, con un 64 % de empleados que se trasladarían por trabajo.
– En Badajoz, donde un 62,89 % de los trabajadores no tendría problema en reubicar su domicilio.
– Alicante, con un 54,24 % de empleados con posibilidad de movilidad geográfica.
– Santa Cruz de Tenerife, en el que el 53,39 % de sus empleados cambiaría su residencia.
– Almería, donde más de la mitad (51,11 %) de los empleados está a favor de un cambio de residencia.
– Burgos sólo dispone de un 4,15 % que afirma contar con mala disposición al cambio. En esta línea destaca Huelva, con sólo un 3,34 % de trabajadores que no está a favor del cambio de residencia.
Por el contrario, las provincias con las tasas más altas de poca disponibilidad al cambio de residencia son Barcelona (19 %), Castellón (17 %), Córdoba (16 %), Madrid (17,5 %), Sevilla (14 %), Tarragona (13 %), Valencia (18 %) o Zaragoza (20,8 %).
Ventajas de la movilidad geográfica
El estudio de Randstad destaca también que la movilidad geográfica ofrece un valor añadido a empresas y candidatos. Permite a los trabajadores acelerar su curva de aprendizaje, mientras que a las empresas les ayuda a contar con recursos especializados con mayor rapidez en respuesta a la demanda. La alta especialización que se requiere para algunos proyectos y la escasez de estos perfiles requiere esta movilidad, al tiempo que abre más oportunidades a los especialistas.
Pero, ¿por qué la movilidad en España es menor que en otros países? Según los expertos de Randstad, esta escasa preferencia responde a diversos factores ente los que cabe destacar la cultura y el concepto de familia, la tradición de casa en “compra” que complica el cambio, la dificultad en varios tramos de edad de cambiar de puesto de trabajo, el trabajo de la pareja o la inseguridad de no conocer cuáles serán las condiciones de retorno a la ciudad base en un futuro.
La disposición a la movilidad es valorada por las empresas en función del tipo de puesto que se quiera cubrir. A nivel especialista y gerencial, y si la empresa tiene implantación nacional o internacional, hoy es prácticamente un requerimiento, mientras que para puestos de apoyo no es tan esencial.
Los más predispuestos a cambiar de residencia son los jóvenes, recién titulados y con un gran interés por desarrollar un aprendizaje rápido. Suele estar asociado a trabajos de tipo técnico en los que nuevas experiencias aceleran la carrera, permitiendo asumir responsabilidades progresivas.