Seis errores que aumentan el gasto en calefacción y que puedes evitar
Programar una temperatura demasiado alta, desaprovechar la calefacción encendiéndola en todo el hogar o secar la ropa en el radiador son algunas de las prácticas habituales en los hogares que aumentan el gasto en calefacción. Son errores que pueden corregirse fácilmente y que ayudan a hacer un uso eficiente del sistema de calefacción para ahorrar en la factura de la luz en invierno sin renunciar a una temperatura agradable en el interior de casa.
Contenido de la información:
1. Poner la calefacción demasiado alta
¿A qué temperatura sueles poner la calefacción? Llegar a casa, sentir frío y poner el termostato a una temperatura elevada para que la casa se caliente antes no es una buena decisión.
Por el contrario, es mucho mejor ser previsores o esperar unos minutos más a que la casa alcance temperatura de forma progresiva. Es una práctica que además de contribuir a un ahorro en la factura de electricidad, permite conseguir un ambiente en casa más saludable.
¿Pero cuál es la temperatura ideal? No saber a qué temperatura poner la calefacción de casa para ahorrar es una de las dudas más comunes. Y la respuesta no es sencilla, aunque de manera general, lo recomendable es que se encuentre en una media de 19 y 21 grados.
2. Dejar la calefacción encendida las 24 horas
Sobre si es mejor apagar la calefacción o dejarla encendida todo el día también hay un mar de dudas. Pero la respuesta es muy sencilla.
Encender y apagar la calefacción no genera un pico de consumo muy elevado. Esto quiere decir que, por la noche o en otros periodos del día en los que no haya nadie en casa, puedes dejar apagada la calefacción para ahorrar lo máximo posible y encenderla media hora antes de llegar o despertarte para sentir que el ambiente está caldeado y hay un buen clima de confort en el interior.
Por tanto, si te preguntas cómo hay que usar la calefacción para que gaste menos o si es mejor dejarla al mínimo o apagarla cuando no la necesites, lo ideal es apagarla en los momentos en los que no la uses para minimizar el gasto en el hogar.
Pero ojo, porque hay que encontrar un término medio. No es recomendable dejarla encendida todo el día, pero tampoco lo es encenderla y apagarla cada hora. Porque este cambio constante sí puede acabar repercutiendo en la factura de la luz.
3. No usar elementos que te ayuden a aislar la vivienda
Es otro de los errores más comunes que provocan un malgasto del sistema de calefacción. Encender el sistema para que el calor se escape por las puertas y ventanas no sirve de nada más que para engrosar la factura de la luz. Por ello, comprar burletes para puertas y ventanas o colocar cortinas aislantes es una fórmula económica que ayuda a evitar el exceso del gasto en calefacción.
4. Secar la ropa en el radiador
Secar la ropa en el radiador es una práctica habitual en muchos hogares en invierno. La lluvia, falta de una secadora, tendedero eléctrico o de espacio directamente, lleva a emplear los radiadores de la pared como tendederos improvisados.
Sin embargo, aunque pueda parecer una práctica inofensiva, es malo secar la ropa en el radiador por muchas razones. Aparición de moho y grietas en las paredes, aumento del nivel de humedad de la habitación y que la ropa tarde tres veces más en secarse son los principales.
A los que se suma que al colocar prendas de ropa sobre las rendijas del radiador impide que el calor seco se distribuya por toda la habitación y la calefacción no consigue el mismo efecto que si no estuvieran las prendas de ropa puestas encima.
5. Calentar todos los espacios de casa
Uno de los trucos para ahorrar en la factura de la luz durante el invierno es hacer un uso inteligente de la calefacción en casa. Si tienes habitaciones que no usas o pasas las tardes en el salón, ¿para qué tener encendida la calefacción de toda la casa? Tener todos los radiadores funcionando cuando hay espacios a los que ni siquiera vas a entrar es un derroche de energía y dinero.
Para optimizar el uso en estas situaciones, puedes recurrir a fuentes de calor que sean alternativas a los radiadores, como las estufas de butano o, directamente, cerrar la llave de los radiadores instalados en las habitaciones que no se usen.
6. No purgar los radiadores
Es otro de los errores más habituales, dado que una de las recomendaciones básicas de los expertos es precisamente la de purgar los radiadores antes de encender la calefacción para garantizar su óptimo rendimiento y eficiencia.