Ergofobia: Síntomas del miedo a volver al trabajo y cómo superarlo
La vuelta al trabajo después de las vacaciones no suele ser fácil. Tras una época de desconexión y relajación, volver a las responsabilidades, madrugones y rutina se hace un poco cuesta arriba. Pero hay determinadas personas que sufren episodios de estrés y ansiedad y que lo pasan verdaderamente mal por tener que volver a incorporarse a su jornada laboral. Es lo que se conoce como ergofobia o miedo al volver al trabajo, una patología que puede derivarse de muchas causas, pero que puede tratarse y tiene solución.
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En qué consiste la ergofobia
Lo primero que hay que tener en cuenta es que la ergofobia no aparece solo después de un periodo largo de vacaciones, sino que las sensaciones y síntomas aparecen de forma habitual, cada fin de semana o el día antes de incorporarse al trabajo tras un pequeño descanso, por breve que sea.
Como ocurre con el resto de fobias, se trata de un miedo irracional que bloquea la mente de los usuarios y les lleva a sufrir episodios de ansiedad que, en ocasiones, se manifiestan a través de síntomas físicos.
La ergofobia es, por tanto, esa sensación de apatía generalizada, estrés, ansiedad y malestar general el día antes o los días previos de la vuelta al trabajo. Entre los síntomas que se experimentan, destacan el nerviosismo, irascibilidad, trastornos de la alimentación, insomnio, presión general y pensamientos negativos constantes.
Qué provoca la ergofobia
La ergofobia es una patología cuyo origen puede derivarse de muchas causas. Algunas de las más habituales son:
- Elevado nivel de estrés provocado por la carga de trabajo
- Mal ambiente laboral con los compañeros o con los jefes
- Situaciones incómodas o traumáticas producidas en el entorno laboral
- Presión por el tipo de trabajo a realizar
Todos estos son factores desencadenantes que pueden acabar derivando en ergofobia y en ese miedo irracional a volver al trabajo que convierte esta rutina en algo que puede interferir notablemente y de forma perjudicial en la salud.
Cómo superar la ergofobia
Al igual que otros miedos irracionales, la ergofobia puede superarse si se acuden a los especialistas adecuados. Para ello, lo ideal es acudir a un experto y valorar lo que cuesta una sesión de psicólogo para exponer la situación y que sean los profesionales los que puedan ayudar al paciente.
De manera adicional, intentar buscar el origen del problema de entre las principales causas mencionadas e intentar ponerle remedio. Ya sea por un elevado volumen de trabajo, como por presión, por el tipo de desempeño o ambiente laboral, lo más recomendable es hablar con las personas pertinentes para poner solución al problema.
De tal manera que si mejora la ergofobia y el estado de ánimo de un trabajador, mejora la salud individual y, por tanto, la colectiva del ambiente de trabajo.