El último puente de Todos los Santos o cómo los festivos entre semana se pasarán a los lunes
A propósito de la eliminación en el futuro de los ‘puentes’ laborales, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha apuntado hoy en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros que el Ministerio de Empleo y Seguridad Social está trabajando con la Conferencia Episcopal, con los agentes económicos y sociales y con las Comunidades Autónomas para que la mayor parte de las fiestas que caigan en medio de una semana, se desplacen a los lunes. ¿Y qué piensan las empresas de esta reforma? Al contrario de lo que pudiera pensarse, según un informe de la escuela de negocios ESCP Europe, las grandes empresas no se muestran partidarias de reducir el número de festivos en el calendario laboral, sino de diseñar una mejor organización que no provoque parones de actividad o bajones de rendimiento.
Contenido de la información:
- ¿Pero quién ha dicho que los trabajadores quieren que se acaben los puentes y festivos?
- Dos tercios de los españoles estaría dispuesto a cambiar el calendario de festivos
- ¿Llevarías las fiestas entre semana a los lunes o viernes? Siete de cada diez empleados lo prefiere
- Los empresarios ven necesaria una reestructuración del calendario para aumentar la productividad
Más de la mitad de las grandes empresas está a favor de agrupar los festivos en el calendario laboral para evitar semanas con un bajo índice de actividad, debido a algunos de los puentes más populares como los de los meses de noviembre y diciembre, según ESCP Europe, que pone de manifiesto la inquietud de las empresas por el descenso de la productividad, especialmente, en las épocas del año en las que coinciden varias festividades dando lugar a puentes e incluso “acueductos” .
El 40 % no quiere cambios
No obstante, no todos opinan así, de hecho algo más del 40 % consideran que el calendario español está bien tal como está y no es necesario cambiarlo, sino realizar un mejor reparto del trabajo, vinculándolo no tanto a las horas trabajadas sino a la productividad y a los resultados.
¿Pero quién ha dicho que los trabajadores quieren que se acaben los puentes y festivos?
Los trabajadores, contra la supresión de puentes. La mayoría de empleados españoles dicen estar en contra de suprimir puentes y trasladar festivos, según una encuesta de Feebbo.com para el Observatorio del Empleo de AgioGlobal. Un 78 % de trabajadores cree que modificar el calendario laboral afectaría negativamente a la motivación de los empleados. Un 28 % asegura estar “más motivado” para trabajar y ayudar a su empresa a salir de la crisis y un 20 % asegura que ahora trabaja más y se queja menos.
Una encuesta del Observatorio del Empleo de AgioGlobal refleja el rechazo mayoritario de los trabajadores a la supresión de puentes o al traslado de fiestas al lunes más cercano. El 64 % considera que en España no hay demasiados puentes y vacaciones, sino que “las cosas están bien así” y que “la crisis es una excusa para quitarlos”.
Según la encuesta, elaborada por la web Feebbo entre ciudadanos que actualmente tienen empleo, dos de cada tres se manifiestan abiertamente en contra de reducir puentes y festivos para mejorar la productividad.
Aunque uno de cada tres trabajadores españoles sí cree que disfrutamos de demasiados días de asueto y un 20 % considera que quitar algún puente “mejoraría la productividad”, un abrumador 78 % cree que el traslado de festivos afectaría negativamente a la motivación de los trabajadores. De hecho, un 66 % asegura que “la gente trabaja mejor cuando está contenta”.
Con respecto a la actitud de los trabajadores frente a su empresa a raíz de la crisis, la mitad de los trabajadores dice que trabaja ahora lo mismo que antes, un 28 % asegura estar “más motivado” para ayudar a su empresa a superar la crisis y otro 20 % admite que ahora trabaja más y se queja menos, según recoge este observatorio.
Información de contexto
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se comprometió a “fomentar la eficiencia del mercado de trabajo” y a “racionalizar el calendario laboral” en su discurso de investidura, el pasado 19 de diciembre. “Abordaremos los costes que para nuestra economía suponen los puentes, de manera que se trasladarán las fiestas al lunes más cercano, con la excepción de aquellas fechas de mayor arraigo social”, dijo el presidente en el Congreso.
Por el momento, el Ejecutivo no ha tomado ninguna decisión, aunque empresarios y sindicatos ya le propusieron en su día mover al lunes tres festivos nacionales: la festividad de la Asunción (miércoles 15 de agosto), el Día de Todos los Santos (jueves 1 de noviembre) y el Día de la Constitución (jueves 6 de diciembre).
La Consejera de Empleo y Educación de la Comunidad de Madrid, Lucía Figar, ha confirmado hoy en declaraciones al programa “El Círculo” de Telemadrid que en esta región se aplicará próximamente la racionalización del mercado laboral. Se trata de “agrupar festivos y que, con carácter general, vayan al lunes, de manera que haya tres días de corrido, sábado, domingo y lunes, pero no haya tanto puente y tanto acueducto”, ha afirmado Figar.
En Madrid capital, la primera semana de mayo se quedó en dos días, por el puente del Trabajo y la fiesta de la Comunidad de Madrid, y esta tercera semana se ha visto reducida para muchos trabajadores a tres días por la festividad de San Isidro Labrador, puesto que muchos han aprovechado para descansar también el lunes.
Dos tercios de los españoles estaría dispuesto a cambiar el calendario de festivos
Cada vez parece más real la posibilidad de que el calendario de festivo españoles, tal y como se conoce, pudiera desparecer en el corto o medio plazo. La actual crisis económica ha situado a los famosos “puentes” en el centro del debate laboral. Según un reciente estudio de Randstad, casi un 70 % de los españoles estaría abierto al cambio.
Los “puentes” perjudican a la productividad de la economía española. Esa es la teoría que parece calar entre algunas organizaciones y expertos.
Según una encuesta realizada por Randstad, un 70 % de los encuestados está dispuesto a trasladar a lunes o viernes las festividades que caen entre semana. De esta forma estarían apoyando la tesis expuesta en octubre por la CEOE.
Además, la patronal también proponía cambiar de fecha nueve de los doce días que tienen todas las comunidades autónomas.
Eso sí, el sondeo se presta a matices. Del total de consultados, un 42 % está a favor de esta posibilidad, pero pone una objeción: que las fechas más significativas del calendario laboral, como las que tienen que ver con la Navidad se mantengan como hasta ahora.
Sólo un 30 % de los trabajadores españoles dispuesto a seguir con el modelo actual y sin la necesidad de generar cambios en pos de una mayor productividad. Aunque según otro estudio de la consultora, un 42 % de los profesionales en activo reconocía que había aumentado su productividad debido a la crisis.
En cuanto al número de horas trabajadas, Beatriz Cordero, directora de Relaciones Institucionales y Laborales de Randstad asegura que “España está a la cabeza de horas trabajadas al año en Europa y sólo ha reducido su jornada en los últimos 60 años un 13 %, cuando la media de los países desarrollados es del 25 %. Una distribución racional y conforme a jornada de los días de descanso se nos antoja más productivo y racional”, ha asegurado.
En este sentido caben posibilidades de cambio. Según la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España (ARHOE) casi la totalidad de los países de nuestro entorno la jornada laboral suele terminar entre las 17.00 y las 18.00 horas, mientras que en España lo hace sobre las 19.00 horas. Este informe también concluye que en ninguno de estos países analizados existe jornada continua o intensiva como en España.
¿Llevarías las fiestas entre semana a los lunes o viernes? Siete de cada diez empleados lo prefiere
En una semana en la que se celebra con una sola jornada de diferencia el Día de la Constitución y la Inmaculada, Randstad, empresa líder en servicios de recursos humanos, ha realizado un sondeo entre los trabajadores españoles para valorar la idoneidad del calendario laboral actual, y el resultado es claro. Un 70 % de los encuestados está dispuesto a trasladar a lunes o viernes las festividades que caen entre semana, es decir, se inclinan en su mayoría por la propuesta que hizo el pasado mes de octubre la CEOE de terminar con los conocidos “acueductos” con el objetivo de mejorar la productividad de las empresas.
Del total de consultados, un 42 % está a favor de esta posibilidad, pero pone una objeción. Que las fechas más significativas del calendario laboral, como las que tienen que ver con la Navidad, salgan de esta ecuación y se mantengan en su día original para no trastocar el sentido de su celebración. La encuesta realizada por Randstad solo detecta a un 30 % de los trabajadores españoles dispuesto a seguir con el modelo actual y sin la necesidad de generar cambios en pos de una mayor productividad.
Cabe recordar que la propuesta de la CEOE se proponía cambiar de fecha nueve de los doce días que tienen todas las comunidades autónomas, puesto que la patronal se mostraba “preocupada” por los niveles de productividad que presentaba España frente al de otros países europeos y como una de las soluciones a estudiar para salir de la actual situación económica que vive España.
Asimismo, en un reciente estudio elaborado por Randstad este pasado mes de agosto, un 42 % de los profesionales en activo reconocía que había aumentado su productividad debido a la crisis y contrastaba sus datos con el informe de Score Board, en el que se aseguraba que la productividad por hora trabajada creció entre 2005 y 2010 a un ritmo del 1,5 %, superando en 0,9 puntos porcentuales la media de la zona euro.
“España está a la cabeza de horas trabajadas al año en Europa y sólo ha reducido su jornada en los últimos 60 años un 13 %, cuando la media de los países desarrollados es del 25 %. Una distribución racional y conforme a jornada de los días de descanso se nos antoja más productivo y racional.”, ha asegurado Beatriz Cordero, directora de Relaciones Institucionales y Laborales de Randstad.
En esta línea, la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios en España (ARHOE) ha asegurado en un estudio reciente que en casi la totalidad de los países de nuestro entorno la jornada laboral suele terminar entre las 17.00 y las 18.00 horas, mientras que en España lo hace sobre las 19.00 horas. Este informe también concluye que en ninguno de estos países analizados existe jornada continua o intensiva como en España.
Los festivos, a los lunes
Por su parte, la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA se muestra partidaria de pasar los festivos (no domingos) al lunes, puesto que considera que en un momento tan complicado como el actual, esta medida sería positiva para mejorar la productividad de nuestra economía así como la competitividad de nuestras empresas. ATA en ningún caso se muestra partidaria de reducir el número de días festivos, sino de trasladarlos a los lunes, pudiendo de esta manera llevar a cabo una mejor organización del trabajo que no provoque en los autónomos estos bruscos parones de actividad.
“Es ilógico – señala Lorenzo Amor, Presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos, ATA – que España, con la mayor tasa de paro de la Unión Europea, sea también de los países con mayor número de macropuentes, y que por dos días festivos paralicemos el país una semana entera, con una importante perdida de productividad en nuestra economía”.
Los empresarios ven necesaria una reestructuración del calendario para aumentar la productividad
El mes de diciembre es una época dónde la agrupación de fiestas nacionales hace que las empresas reduzcan su productividad. De hecho, fiestas como la Inmaculada o el día de la Constitución, en los que difieren de un día hacen que esa semana tenga un gran vacío laboral. Razón por la que muchos empresarios prefieren agrupar festividades en aras de un mayor beneficio.
Los días festivos durante la semana siempre han sido motivo de preocupación para los empresarios, puesto que la jornada laboral se acorta y esto repercute en su productividad. Y por esa razón, más de la mitad de las grandes empresas está a favor de agrupar los festivos en el calendario laboral para evitar semanas con un bajo índicie de actividad, como sucede en el mes de diciembre con las festividades de la Inmaculada y el día de la Constitución.
La agrupación de las festividades
Según el informe realizado por ESCP Europe y elaborado por directivos de RRHH, las principales multinacionales de España ponen de manifiesto la inquietud de estas empresas por el descenso de la productividad. Sin embargo, las grandes empresas no se muestran partidarias de reducir el número de festividades en el calendario laboral, sino de diseñar una mejor organización que no provoque parones de actividad o bajones de rendimiento, proyectando una imagen exterior de España un tanto negativa o de país take it easy.
La crisis, una palabra indispensable
De este modo, consideran que ahora que la crisis está obligando a empresarios y empleados a apretarse el cinturón y hacer sacrificios por ambas partes, es el mejor momento para reestructurar el calendario laboral e incluir modificaciones con vistas al próximo ejercicio, garantizando el pleno rendimiento de las empresas con independencia de la época del año en la que nos encontremos.
Reestructurar el calendiario
Aunque no todos opinan así, de hecho más del 40 % consideran que el calendario español está bien tal como está y no es necesario cambiarlo, sino realizar un mejor reparto del trabajo, vinculándolo no tanto a las horas trabajadas sino a la productividad y a los resultados.
De hecho, el estudio de ESCP Europe revela que la coyuntura actual ha llevado a muchas empresas a plantearse la posibilidad de vincular el sueldo de sus empleados a la productividad, hasta el punto de que el 70 % de las compañías estaría de acuerdo en poner en marcha esta medida, siempre y cuando el salario base garantice un mínimo que permita al profesional vivir en época de vacas flacas.
Pero sólo el 8 % de las compañías no está de acuerdo con esta medida ya que considera que podría generar tensión y mal ambiente entre los empleados, repercutiendo de forma negativa en el rendimiento de los trabajadores y, por tanto, en la cuenta de resultados finales de la empresa.