El talento femenino para salvar la crisis
La crisis económica actual exige la incorporación del talento del 51 % de la población que actualmente representan las mujeres. Para ello, es necesario conseguir un profundo cambio cultural, especialmente en las empresas, que busque la eficiencia, la competitividad, la productividad y el talento sin distinciones. Esta es la principal conclusión de las jornadas: “Mujer, Igualdad y Desarrollo Económico”, que han sido inauguradas hoy por la Ministra de Igualdad, Bibiana Aído y el Presidente del Consejo de Cámaras, Javier Gómez-Navarro.
Durante su intervención, Aído ha puesto de manifiesto que “Tenemos que ser conscientes de que en momentos como los que vivimos, de crisis económica, es precisamente cuando tiene que haber una mayor movilización de talentos. Es cuando menos nos podemos permitir prescindir de la mitad de la formación, capacidad y creatividad de nuestra sociedad.
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“El cambio de modelo que parece exigir la situación actual”, ha continuado Aído, “ha de ser visto como una oportunidad. Ya no es posible hablar de competitividad, productividad, eficiencia y desarrollo sin contar con todo el talento y toda la capacidad, sin contar con las mujeres.”
Por su parte, Gómez-Navarro, ha declarado que “impulsar la igualdad, no significa sólo legislar, sino que es necesario provocar las condiciones sociales para que la mujer tenga las mismas oportunidades”. El presidente del Consejo de Cámaras se ha referido también a la jornada laboral que, en la actualidad, dificulta la disponibilidad de la mujer en la empresa. “Desde las Cámaras estamos organizando jornadas para concienciar a las empresas para que se aplique y se ponga en práctica la Ley de Igualdad”
Gómez-Navarro se ha referido, asimismo, al Programa de Apoyo Empresarial de las Mujeres (PAEM), que llevan a cabo las Cámaras de Comercio, en colaboración con el Instituto de la Mujer. Desde el año 2000, se han logrado crear 15. 589 empresas lideradas por mujeres; se ha generado 3.840 empleos y se han atendido 96.119 demandas de asesoramiento.
Por su parte, Petra Mateos, presidenta de Hispasat, ha puesto también la crisis como el hilo conductor del papel de la mujer en la economía española. Para Mateos, “es necesario hacer valer el estilo de liderazgo de la mujer que, aunque es menos competitivo, es más creativo, capaz de implicar más al grupo, más abierto y más democrático.”
También ha intervenido en la jornada la empresaria Nuria Vilanova, presidenta de Infopress. Para Vilanova, es necesario reconocer que las cosas están actualmente mal, pero la presión no nos tiene que llevar a la paralización. No debemos renunciar a los valores, al contrario es necesario demostrar que, a pesar de las nuevas circunstancias, seguimos asumiéndolos”. Por último, se ha referido a las “tres C” de su estrategia empresarial: Credibilidad, confianza y comunicación”.
Las Cámaras de Comercio y el Instituto de la Mujer colaboran, desde el año 2000 en el Programa de Apoyo a la Mujer Empresaria (PAEM). A través de los más de 50 gabinetes de apoyo, repartidos en toda la geografía española, las Cámaras han apoyado la creación de 15.589 empresas lideradas por mujeres.
Según los datos del PAEM, el perfil de la mujer emprendedora, corresponde a una mujer de entre 25 y 45 años, en paro hace menos de un año y universitaria. El 92 % de las mujeres que han acudido al programa, han creado empresas del sector servicios y sólo un 4,7 % a la industria.
En la clausura, la empresaria y presidenta de la Cámara de Comercio de Córdoba, Dolores Jiménez, ha puesto de manifiesto la labor de las Cámaras en favor de la igualdad de la mujer. “Concienciamos a las empresas para aumentar la presencia de las mujeres, especialmente en puestos directivos”. Asimismo, se ha referido a las estadísticas españolas para pintar la situación de la mujer: “como media, la mujer española gana un 28 % menos que el hombre; la tasa de actividad femenina es un 22 % menor que la masculina. Por cada hombre que abandona su puesto de trabajo por razones familiares, lo hacen 27 mujeres. Las empresas del IBEX35 sólo tienen un 2,5 % de mujeres en sus Consejos de Administración y de cada 10 contratos temporales, 8 son ocupados por mujeres y el 78 % de los contratados a tiempo parcial son mujeres.”
Las mujeres, más competitivas con la crisis
La consultora de recursos humanas Randstad realizó un estudio para conocer si los candidatos valoraban la formación como canal para conseguir un empleo y si pensaban mejorar o incrementar su educación para hacer frente a la crisis. Entonces, el 67 % de los consultados por Randstad reconocieron que entre sus planes estaba dedicar parte de su tiempo a la formación para contar con más posibilidades para afrontar la búsqueda de empleo.
Ahora, Randstad ha querido conocer qué porcentaje de demandantes de empleo ha llevado a cabo este propósito: el resultado es que un 47,58 % de consultados afirma haber mejorado su formación en el último año. Quienes más han apostado por esta herramienta han sido las mujeres. De hecho, ellas suelen mostrar más interés por continuar con sus estudios o por alargar su carrera profesional frente a los varones y son desde hace años mayoría en centros universitarios. No obstante, la gran mayoría reconoce que no desempeña un puesto relacionado con sus estudios.
Tal y como sucede con las mujeres, los colectivos con mayor interés por la formación son también quienes han mostrado una mayor predisposición por seguir formándose durante la crisis. Son los universitarios, vinculados durante más años con el mundo educativo, los que reconocen en mayor medida esta preocupación por hacerse más competitivos en el mercado laboral: un 63 % de ellos afirma que ha mejorado su formación en el último año; seguidos de un 53 % de titulados con Bachillerato y un 49,63 % de titulados de Formación Profesional.
Por otro lado, parece lógico que sean los más jóvenes (personas de entre 16 y 25 años), que doblan la tasa de desempleo, quienes más se han preocupado por mejorar su formación y sus posibilidades de encontrar un trabajo. También son ellos los que más han invertido en mejorar su currículum: así reconocen haberlo hecho en un 61,63 % de ocasiones. Tras ellos, otro grupo que ha apostado claramente por mejorar su CV han sido los trabajadores de entre 25 y 29 años, tal y como apuntan un 55,91 %.
De esta manera, la preocupación por aumentar la formación se corresponde con un perfil claro: son las mujeres jóvenes, en especial universitarias con poca experiencia laboral, quienes han optado por continuar con su formación en el último año. Conscientes de que las posibilidades de empleo se han reducido, han elegido esta vía para estar mejor preparadas.
Fieles a nuestra vocación
Tal y como sucedía el año pasado, la mayoría de encuestados reconocen que no están desarrollando un puesto que esté relacionado con su formación. Ante la pregunta de “¿Trabajas en lo que has estudiado?” la mayoría de los consultados reconoce que no trabajan en algo relacionado para lo que se formaron; en concreto, así lo indican el 65,6 %.
A pesar de ello, si atendemos a los datos por sexos son las mujeres las que en mayor medida equiparan puesto de trabajo y formación: 42 % de mujeres frente al 27 % hombres. Parece evidente pues que, a la larga, ellas consiguen mayor satisfacción en su trabajo porque sí desempeñan un puesto acorde a su formación.
En cuanto a lo que son propiamente niveles formativos, destaca que sólo los universitarios son los que reconocen en una tímida mayoría que sí trabajan en lo que han estudiado, tal y como apunta un 52 % de consultados. En el resto de categorías, siempre se alude a que la formación no corresponde con el trabajo que en última instancia desarrollan. El caso es especialmente llamativo en el caso de los titulados en Formación Profesional, que de forma genérica suelen emplearse en actividades relacionadas con sus estudios, pero que según el estudio de Randstad sólo lo consiguen en un 34 % de ocasiones.
En este aspecto sin duda ha influido la crisis económica, que ha favorecido a los universitarios (que el año pasado sólo se empleaban en un 48 % de ocasiones en empleos relacionados con sus estudios) y ha perjudicado a titulados de FP (que el año pasado aludían a un 40 % de casos que sí trabajaban en su profesión).
En definitiva no podemos asegurar que la trayectoria profesional sea reflejo de una formación académica concreta: los trabajadores prefieren “sacrificar” su profesión antes que quedarse sin empleo.
Sin embargo, esto no es obstáculo para frenar su vocación. Cuando Randstad ha preguntado si volverían a optar por la misma formación un 57,4 % afirma que repetiría, frente al 42 % que reconoce que hubiera cambiado de formación. Una vez más son las mujeres las que lideran la lista de las más satisfechas con su educación, puesto que el 63 % asegura que volvería a estudiar lo mismo frente al 51 % de los varones.
Formación como vía hacia el empleo
La formación es uno de los aspectos más mencionados como vehículo hacia el empleo. No obstante, el éxito dependerá en gran medida de la planificación estratégica previa que realice el candidato. No se trata de formarse con la finalidad de “engordar” el currículum, sino de hacerlo en función de unos objetivos preestablecidos. Saber lo que buscamos y orientar la formación en esa dirección sí es una herramienta de éxito.
Ante situaciones de crisis como la actual, es un momento adecuado para iniciar todos esos proyectos formativos que hemos olvidado a lo largo de nuestra trayectoria profesional y que pueden posicionarnos como el candidato elegido en un proceso de selección. Aquí, en los últimos años han cobrado mayor importancia los idiomas, que se convierten en un valor competitivo de cara a conseguir un empleo. Tanto es así, que el conocimiento de un idioma, en especial el inglés, puede incrementar en un 40 % las posibilidades de conseguir empleo.
Otra oferta de estudios que ha incrementado su demanda son los masters y cursos de postgrado. Parece una certeza que cursar un master incrementa las posibilidades de emplearse y de crecer profesionalmente, siendo de nuevo un elemento que permite discernir entre un candidato y otro.
En España hay más de un millón de mujeres empresarias o autónomas
De acuerdo a los datos, en torno a 1.087.000 mujeres trabajan actualmente en España por cuenta propia, lo que representa el 13 por ciento del empleo femenino. Según situación profesional, el 60 por ciento son trabajadoras independientes (autónomas sin asalariados); el 24 por ciento empleadoras (con asalariados) y el 2 por ciento restante pertenecen a cooperativas o socias trabajadoras de una sociedad laboral. Sectorialmente, se ubican mayoritariamente en el sector servicios (80 por ciento) principalmente en las ramas de comercio (31); servicios a las empresas (13) y hostelería y restauración (12).
Fomentar y adaptar a las circunstancias actuales, y futuras, los programas de apoyo a las mujeres empresarias y aumentar la valoración social de la figura de la mujer que emprende como signo de reconocimiento de capacidad propia, son algunas de las conclusiones que han salido de la reunión que ha mantenido hoy en Córdoba la Comisión Mujer Empresa del Consejo Superior de las Cámaras de Comercio españolas.
En esta reunión se ha analizado también la actualidad de la mujer empresaria en España cuyo perfil no es homogéneo pero que suele responder a dos figuras representativas: la primera, a la trabajadora independiente, que emprende por necesidad (mayoritariamente) en el comercio, la hostelería u otras actividades de servicios personales; trabaja un número importante de horas y lleva su negocio bajo el modelo de autoempleo, lo que limita el alcance del mismo. Por el contrario, la segunda, responde a las empleadoras que reúnen a mujeres jóvenes, con formación universitaria, que emprende por oportunidad y dirige su negocio bajo un “modelo empresarial” previamente definido.
Por otra parte, y según se ha analizado en la reunión, la incorporación al empresariado femenino de un nuevo perfil de mujeres, más jóvenes y con alto nivel de formación, y que desempeñan actividades de servicios a las empresas (con alto valor añadido en contraposición a las actividades tradicionales) es una señal de la importante transformación que está experimentando el empresariado femenino.
Proyectos
Asimismo, se han presentado varios proyectos camerales en los que la figura de la mujer emprendedora es protagonista, como el denominado “Rompe estereotipos y dale una oportunidad al talento”, del Consejo Superior; la Feria Virtual, de la Cámara de Oviedo o la iniciativa IWEC de la Cámara de Barcelona.
Junto a ellas, se ha presentado también la de la Universidad y la Diputación de Córdoba sobre la incorporación de las mujeres a la sociedad de la información. Asimismo, y como proyecto de interés en materia de financiación, Carmen Pérez, de Cajasol, ha explicado la figura de los microcréditos para el inicio de la actividad empresarial. Esta reunión se ha celebrado en la Cámara de Córdoba, cuya presidenta Mª Dolores Jiménez es presidenta de la Comisión Mujer Empresa, tras el acuerdo mantenido en las convocatorias anteriores de celebrarlas de manera itinerante por las cámaras del país.
Presencias
Además de las componentes de la Comisión, han estado presentes, la secretaria general del Consejo Superior de Cámaras, Carmen de Miguel, la delegada del Gobierno andaluz en Córdoba, Isabel Ambrosio, la concejala del Ayuntamiento de Córdoba, Ana Tamayo, y la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. La delegada del Gobierno andaluz, Isabel Ambrosio, ha destacado el espíritu emprendedor de las mujeres, que ha supuesto un aumento del número de empresas dirigidas por estas, por encima de la media europea y el hecho de que un 41 % de las nuevas iniciativas empresariales en Andalucía están lideradas por mujeres. Por su parte, la Alcaldesa Rosa Aguilar ha resaltado ante la Comisión el papel de las mujeres emprendedoras en España y la necesidad de que tengan todo el apoyo necesario por parte de la sociedad y las administraciones para poner en marcha sus actividades empresariales, exponiendo algunos programas municipales al respecto.