El Foro de Davos publica el informe sobre ‘Riesgos Globales 2012’ y centra toda la atención en las revueltas sociales, la crisis y las disparidades de ingresos entre individuos
Las turbulencias sociales y económicas ponen en riesgo los logros de la globalización. La vulnerabilidad mundial ante nuevos desastres económicos y los riesgos de revueltas sociales ponen en peligro el progreso aportado por la globalización, advierte el Foro Económico Mundial en la séptima edición de su informe ‘Riesgos Globales 2012’, publicado hoy. Los desequilibrios fiscales crónicos y la grave disparidad de ingresos serán los principales riesgos de los próximos 10 años. Este tándem amenaza el crecimiento mundial, puesto que es un catalizador de nacionalismos, populismos y medidas proteccionistas, en un momento en el que el mundo sigue siendo muy vulnerable a problemas financieros sistémicos, y a posibles crisis relacionadas con el agua y los alimentos. Los resultados de este Informe, realizado por 469 expertos y líderes del sector, reflejan un importante cambio en las principales preocupaciones mundiales con respecto al año anterior: los riesgos medioambientales pierden influencia frente a los riesgos socioeconómicos.
“Por primera vez en generaciones, mucha gente no cree que sus hijos disfrutarán de un nivel de vida superior al que ellos tuvieron”, indica Lee Howell, el Director General responsable del Informe. “Esta nueva sensación de malestar es especialmente aguda en los países industrializados, que históricamente han sido fuente de gran confianza e ideas audaces.”
El informe analiza los tres principales riesgos que generan mayor preocupación:
1. Semillas de distopía
El creciente número de jóvenes con pocas perspectivas y de jubilados que dependen de estados sobrecargados por deudas públicas (que alimentan los desajustes fiscales), así como el aumento de la brecha entre ricos y pobres, están alimentando el resentimiento global. En conjunto, estas tendencias corren el riesgo de acabar con el progreso alcanzado por la globalización. “Cada vez más, se pide a los individuos que hagan frente a riesgos, que antes asumían los gobiernos y empresas, para poder disfrutar de una jubilación segura y acceder a servicios de salud de calidad. Este informe es una llamada de atención, tanto al sector público como privado, para que aporten nuevas vías, capaces de realinear las expectativas de una comunidad global cada vez más inquieta,” indica John Drzik, Consejero Delegado del grupo Oliver Wyman (Marsh & McLennan Companies).
2. Medidas de protección inseguras
Las políticas, normas e instituciones del siglo XX no podrán seguir protegiéndonos en un mundo cada vez más complejo e interconectado. La debilidad de las actuales medidas de protección se suma a los riesgos relacionados con las tecnologías emergentes, la interdependencia financiera, el agotamiento de recursos y el cambio climático, que dejan a la sociedad cada vez más vulnerable. “Hemos visto ejemplos de regulación excesiva, como la respuesta a las erupciones volcánicas en Islandia, o de regulación insuficiente, como con la crisis de las hipotecas de alto riesgo (subprime) o la crisis de la Eurozona. Debemos lograr un equilibrio adecuado en las políticas regulatorias y, para hacerlo, nuestras medidas de protección deben ser preventivas en lugar de reactivas. Es igualmente importante que las regulaciones sean más flexibles para así responder de forma efectiva ante el cambio,” indica David Cole, Director de Riesgos de Swiss Re.
3. El lado oscuro de la conectividad
Nuestra vida cotidiana depende casi en su totalidad de sistemas on-line, lo que nos hace más vulnerables ante individuos, instituciones y naciones con fines maliciosos, cuya capacidad para desatar devastadores ciberataques de forma anónima y remota es cada vez mayor. “La Primavera Árabe demostró el poder que tienen las redes sociales para avanzar en la libertad personal; sin embargo, no olvidemos que es la misma tecnología que actuó al servicio de los disturbios en Londres (agosto 2011). Los gobiernos, las sociedades y las empresas deben comprender mejor el riesgo de interconectividad en las tecnologías actuales si realmente queremos aprovechar las ventajas que ofrecen,” indica Steve Wilson, Director de Riesgos de General Insurance en Zurich.
Los desastres naturales también nos recuerdan el poder devastador de la Naturaleza y las limitaciones de la tecnología, como quedó patente en el gran terremoto de Japón y la posterior crisis nuclear de la planta de Fukushima. En un capítulo especial sobre las lecciones que se deben aprender del desastre, el Informe resalta que las organizaciones tienen una mayor capacidad de recuperación ante grandes crisis si establecen unas líneas de comunicación claras y si conceden capacidad de decisión a sus empleados.
El Informe describe 50 riesgos globales agrupados en las siguientes categorías: económicos, medioambientales, sociales, geopolíticos y tecnológicos. En cada categoría, se indica el riesgo sistémico más importante. El informe también destaca los “Factores X” o preocupaciones emergentes que merecen mayor investigación. Estos incluyen un invierno volcánico, el neotribalismo cibernético y la epigenética.
“El Informe de Riesgos Globales 2012 indica que la gobernanza global está estrechamente relacionada con el resto de riesgos globales. El informe aboga por un replanteamiento de las responsabilidades públicas y privadas para impulsar una mayor confianza. Además, ofrece la base para un diálogo sobre el impacto negativo de un pensamiento miope, y la importancia de diseñar estrategias factibles a largo plazo, capaces de generar una buena acogida,” indica Howard Kunreuther, profesor James G. Dinan y profesor de Políticas Públicas y de Ciencias de la Decisión en la Wharton School de la Universidad de Pensilvania, EE. UU.
Los tres casos de riesgo y los “Factores X” se discutirán en una serie de sesiones especiales durante la Reunión Anual del Foro Económico Mundial 2012, que tendrá lugar en Davos-klosters, Suiza, entre el 25 y el 29 de enero.