El espíritu olímpico de los deportistas llevado al mundo de la empresa en 5 claves

El espíritu olímpico de los deportistas llevado al mundo de la empresa en 5 claves
NOTICIA de Javi Navarro
28.07.2012 - 17:08h    Actualizado 26.07.2021 - 16:20h

Deporte y empresa representan un binomio perfecto porque el primero hace gala de todos los valores y cualidades de los que las compañías presumen en su literatura de ventas, aunque no siempre se rijan por ellos. Así, mientras que en los equipos deportivos parece claro que los axiomas de esfuerzo, superación y, por qué no, creatividad son consustanciales al éxito, para las compañías todavía resulta complicado trasladar estas ideas a sus profesionales. La escuela de negocios ESCP Europe recomienda emular y aprender de la actitud de esfuerzo y creatividad de los grandes equipos deportivos facilitando algunos consejos sobre cómo trasladar el espíritu olímpico al mundo de la empresa.

Con los Juegos Olímpicos recién iniciados, los expertos en habilidades directivas de la escuela señalan que no hay que mostrar reparos a la hora de copiar las estrategias de los grandes técnicos deportivos y aprender de las estrellas del deporte españolas más allá del fútbol y de los populares héroes de La Roja para adaptarlas al mundo de la empresa.

De esta forma, ESCP Europe simboliza a través de los cinco aros olímpicos las cualidades deseables en los equipos de las empresas españolas que, ahora más, que nunca se enfrentan a sus mayores gestas deportivas si quieren triunfar en la difícil contienda que plantea el contexto económico actual.

¡Liderazgo y pasión!
La importancia de un líder. El buen entrenador es aquel que no dice lo que hay que hacer, sino que detecta los talentos de cada jugador y sabe sacarles partido. Su papel es de dirección y de guía, propiciando el espacio más adecuado para favorecer la motivación del equipo.

¡Todos a una!
La importancia del trabajo en equipo. Aunque el reconocimiento -y también las críticas- suelen recaer directamente en “las estrellas”, existe una labor inmensa detrás, con una larga cadena de personas, desde preparadores físicos, técnicos, médicos, hasta miembros del propio equipo, más en la sombra. En la empresa ocurre lo mismo, todos deben remar en la misma dirección y dejar los egos a un lado. No hay individualismos, porque el éxito es de todos.

¡Sacrificio y tesón!
No hay mejor símil que el de nuestros olímpicos para saber el esfuerzo y la tenacidad de los deportistas luchando por aquello que persiguen. La satisfacción del trabajo bien hecho, incluso de aquel más costoso, porque para llegar a la meta hay que andar antes el camino.

Los objetivos claros
Todos los miembros deben saber hacía dónde va el proyecto y qué se requiere de cada profesional para superar los records ya conseguidos. Pero también conocer los deadlines, la competición a la que nos enfrentaremos y dónde tendrá lugar su puesta de largo… En definitiva, saber cuándo serán nuestros particulares Juegos Olímpicos y utilizar esa presión como motor motivador.

Creatividad y juego limpio
No tener miedo a los cambios, a innovar en el modo de hacer las cosas, a dejar volar de vez en cuando la imaginación, hacer cambios en la defensa o a confiar en nuevos jugadores, son técnicas habituales en deporte. También la ética, el juego limpio y el respeto por el adversario forman parte del espíritu olímpico. Es hora de convertir nuestras empresas en “olímpicas”.



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