El dinero que debes tener ahorrado en el banco, según los expertos
Ahorrar en el día a día cada vez es más difícil, aunque sea algo esencial para la salud financiera. Ya sea para planear algo a largo plazo, como una jubilación, o para hacer frente a algunos gastos imprevistos, debes tener dinero ahorrado siempre. Pero, la pregunta del millón es cuánto dinero debo tener ya ahorrado en el banco.
La respuesta varía considerablemente en función de la edad, pues no se tienen las mismas necesidades con 25 años que con 50. En esta información te detallamos cuánto dinero debes tener ahorrado según tu edad e ingresos y también qué cantidad de dinero hay que tener guardado en casa.
Fórmula Greene
Si quieres saber la cantidad exacta de dinero que debes tener ya ahorrado en el banco en función de tu edad, puedes emplear la llamada Fórmula Greene. Esta regla establece que, con una edad de 20 años, debes tener ahorrado el 25 % del salario anual, es decir, una cuarta parte de los ingresos.
Una vez tengas 30 años, lo ideal sería tener ahorrado en el banco el equivalente a un sueldo. A partir de esta edad, cada cinco años más es recomendable tener un sueldo más que hace cinco años. Es decir, con 35 dos sueldos, con 40 tres y así sucesivamente.
Bien es cierto que, por situaciones de la vida, no siempre será posible mantener dicho nivel de ahorros que recomiendan los expertos. Por ejemplo, puedes estar un tiempo desempleado y sin capacidad de ahorro o puede llegar un momento en el que tus gastos sean superiores a tus ingresos.
Cuándo se deben usar los ahorros del banco
La idea de ahorrar con la Fórmula Greene está muy bien pensada, pero, ¿cuándo es el momento de gastar los ahorros? Cuando una persona ahorra un dinero es con una finalidad a largo plazo, ya sea comprarse un coche, una vivienda, hacer un viaje o asegurarse una pensión.
Según los expertos financieros, este dinero que se tiene ahorrado en el banco solo se puede usar cuando surge un imprevisto, como la avería de un coche o un electrodoméstico. Pero, ¿cuándo se considera un gasto imprevisto?
Por ejemplo, emplear la excusa de que el coche es muy antiguo para comprarse uno más nuevo no es motivo para gastar los ahorros, pues el coche, pese a ser viejo, sigue cumpliendo con su función. Lo mismo sucede con un electrodoméstico como la nevera, la lavadora o una televisión.