El desastre ecológico de BP en cifras

El desastre ecológico de BP en cifras
NOTICIA de Javi Navarro
19.06.2010 - 11:23h    Actualizado 24.08.2021 - 10:24h

El 20 de junio se cumplen dos meses del hundimiento de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de British Petroleum (BP) que sigue expulsando en el Golfo de México entre 35.000 y 60.000 barriles de petróleo diarios. La catástrofe recuerda al Prestige, que hace casi ocho años tiñó las costas gallegas de negro y provocó la muerte de más de 22.000 aves marinas. Todavía sin datos concretos, los expertos ya hablan de la mayor catástrofe ecológica de EE. UU., y se prevé que la mancha alcanzará en julio las costas del Atlántico. El 25 de abril el petróleo cubría un área de 1.500 km2. Cinco días más tarde cubría 10.000 km2. Las predicciones apuntan a que alcance las costas del Atlántico en julio con una velocidad de 160 km al día.

EL VERTIDO EN CIFRAS:
– 11 personas murieron y 17 resultaron heridas por la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de BP, causante del vertido.

– Desde entonces se vierten entre 35.000 y 60.000 barriles diarios al Golfo de México.

– El 25 de abril el petróleo cubría un área de 1.500 km2. Cinco días más tarde cubría 10.000 km2. Las predicciones apuntan a que alcance las costas del Atlántico en julio con una velocidad de 160 km al día.

– A fecha del 4 de mayo 7.500 personas y 2.000 voluntarios trabajaban en los esfuerzos de limpieza.

– El 4 de junio el petróleo ya había cubierto 201 km de la costa de Louisiana.

– Un inventario completo de las especies del Golfo de México indicaba en 2009 que había 15.700 especies. En el área del vertido se contaban 8.332 especies vegetales y animales, de las cuales 1.200 peces, 200 aves, 1.400 moluscos, 1.500 crustáceos, 4 tortugas marinas y 29 mamíferos marinos. A 15 de junio, se han encontrado 1.152 animales muertos en el área del vertido (770 aves, 341 tortugas marinas, y 41 delfines y otros mamíferos). En el desastre del Prestige murieron, al menos, 22.000 animales.

– Hasta ahora, el mayor vertido de EE. UU. ocurrido en Alaska en 1989 había expulsado 250.000 toneladas de petróleo. La catástrofe de BP ya lo supera.

– Más de 130.000 empleos se verán directamente afectados por el accidente.

Mancha producida por BP en el Atlántico

Imagen del satélite MODIS de la NASA del vertido a fecha del 18 de junio de 2010. Foto: NASA:

“El vertido del Prestige y el de BP se parecen. En el caso del Prestige, el vertido no fue sólo en superficie sino también desde el fondo, aunque las cantidades de petróleo emitido son muy superiores en el caso de BP”, explica Ignacio Munilla, investigador en la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

Sin embargo, a pesar de que el vertido del Prestige fue dramático, el impacto del petróleo en el litoral estadounidense supera cualquier imagen que se recuerde de la catástrofe española. La costa gallega, rocosa, expuesta y muy batida por el mar, impidió que el petróleo afectara a las costas bajas, como estuarios y marismas.

“Cuando ves los efectos del fuel en las rías, sólo puedes pensar en la suerte que tuvimos”, señala Munilla al recordar los efectos de un vertido menor en Corea del Sur que dejó las rías “arruinadas”.

Las estimaciones más recientes del equipo de científicos del gobierno estadounidense consideran la emisión de petróleo desde la plataforma petrolífera Deepwater Horizon de entre 35.000 y 60.000 barriles diarios, es decir entre 5.562 y 9.540 toneladas de combustible fósil alcanzan cada día a los ecosistemas. Según las observaciones de los expertos el flujo podría “ser incluso mayor”.

“En el vertido del Prestige en total fueron 60.000 toneladas y en el de BP están diciendo que es superior al otro gran desastre ecológico de Alaska del petrolero Exxon Valdez ocurrido en 1989, que fue de 250.000 toneladas”, apunta el investigador español.

Fondo marino y especies amenazadas
El riesgo y el impacto del fuel en el litoral estadounidense es muy superior al del Prestige porque son costas bajas con marismas y mareal fangoso y arenoso. Sin embargo, el petróleo también afectará a toda la cadena trófica y en especial a las comunidades que habitan el fondo del mar, a 1.500 metros por debajo del vertido. A parte de los corales, que capturan las presas que flotan o los residuos que se hunden, almejas y mejillones conviven ahora con el fuel.

A mediados de mayo un buque del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Submarina (NIUST, por sus siglas en inglés) empezó la recogida de muestras justo debajo del vertido y también de las áreas cercanas. Este organismo, creado por la Universidad del Sur de Mississippi, la Universidad de Mississippi y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), fue quien detectó petróleo debajo de la superficie.

Según Prosanta Chakrabarty, investigadora de la Universidad del Estado de Louisiana en Baton Rouge (EE. UU.), no sólo los pelícanos y las tortugas están en peligro. Un pequeño pez llamado diablito espinoso en Cuba (Halieutichthys aculeatus) y que vive a 400 metros de profundidad también tiene un dudoso porvenir.

La preocupación de la investigadora se centra en las especies que todavía están por descubrir en el Golfo de México y en la amenaza del petróleo sobre especies como el diablito espinoso de Cuba, que no nadan sino que se desplazan “saltando en el fondo marino gracias a su aleta pélvica”.

Aves petroleadas, símbolo del vertido
Un desastre medioambiental como éste tiene efectos directos e indirectos a corto, medio y largo plazo. “Dos años después de la marea del Prestige, aún había señales evidentes de contaminación de hidrocarburos en aves marinas. El petróleo estaba circulando en el ecosistema”, recuerda Munilla, quien encontró hidrocarburos en la sangre de gaviotas enfermas.

Los hidrocarburos afectan a largo plazo a su supervivencia y reproducción porque el alimento es más escaso. “Los efectos se han podido ver hasta siete u ocho años después del vertido”, certifica el investigador.

Según sus últimas investigaciones, el científico estima que la mortalidad directa afectó a más de 22.000 aves marinas de especies diferentes. El 80 % eran álcidos como frailecillos o araos, que son muy vulnerables. Además, el investigador estima que el impacto en la mortalidad pudo ser “diez veces mayor”.

A pesar de las campañas de recuperación de las aves petroleadas, “casi ninguna sobrevive. Las pocas que lo hacen en los centros viven muy poco una vez soltadas de nuevo”, informa Munilla.

EE. UU. todavía está luchando por frenar la expansión del fuel en el Golfo de México. La pesadilla no ha hecho más que comenzar. El vertido no sólo afectará a las reservas naturales y ecosistemas de esa área, sino también a la cría de camarones y a la economía de la región. Se calcula que el 90 % del pescado y los mariscos del Golfo de México provienen de las marismas de Louisiana, Mississippi y Alabama.

La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) insta a un cese inmediato de la explotación de petróleo y gas, y afirma que más de 130.000 empleos se verán directamente afectados por el accidente. El coste sólo en el Estado de Louisiana ya se estima en más de 4.000 millones de dólares.

Pero en los próximos meses México, Cuba, las Bahamas y las Bermudas podrían verse afectados por el petróleo. Sin duda, éste podría ser el mayor desastre ecológico de EE. UU. y una gran pesadilla para el presidente Barack Obama.



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