El alcohol nos trastorna el cerebro
Abusar del alcohol es perjudicial para la salud. No es una frase hecha, sino una realidad indiscutiblemente contrastada. No en vano, el consumo excesivo de bebidas alcohólicas, y de manera regular, puede estar detrás de un buen número de patologías que ponen en serio riesgo nuestra salud, tanto física como emocional. A lo que hay que sumar, como han constatado numerosos estudios de investigación, que es un potencial enemigo de la salud y del cerebro, uno de los órganos más importantes de nuestro organismo. Pero hay más, en concreto, la respuesta a cómo el alcohol nos trastorno el cerebro.
Contenido de la información:
- Beber alcohol los fines de semana afecta al ADN
- El origen del estudio
- Los jóvenes que bebían, con el doble de daño oxidativo
- Analizando los efectos de la ingesta de alcohol
- Los resultados
- La longitud de la cola de cometa
- Los alcohólicos toman decisiones sin importarles la moralidad
- 10 cosas que no debes hacer si estás de fiesta y conduces
- Cosas que no debes hacer si estás de fiesta
- No beber si se va conducir
- No confiar, ni creerse muchos mitos y falsedades que circulan en torno al consumo de bebidas alcohólicas
- Elegir medios de transporte alternativos
- Practicar el conductor alternativo
- Beber despacio
- Alternar bebidas alcohólicas con no alcohólicas
- Comer mientras se bebe
- Evitar los consumos de riesgo
- Decir siempre no a un conductor ebrio y procurar evitar que coja el coche
- Alcohol cero en colectivos de riesgo
- Directivos y profesionales cualificados, los que más alcohol toman
- Consumo de drogas
- Los directivos de empresas tienen mejor salud que otros trabajadores de su edad
- Más de una tercera parte de resultados anormales en la exploración cardiológica
- Menos fumadores que en el colectivo global de trabajadores
- Dos de cada cinco hombres y una de cada 5 mujeres de entre 15 y 34 años se han emborrachado en el último año
Es la pregunta que se ha hecho el equipo formado por investigadores españoles (Universidad del País Vasco) y del Reino Unido (Universidad de Nottingham) y que les ha permitido desvelar las lesiones estructurales que puede provocar el consumo excesivo o abuso del alcohol. Resultados que han sido publicado en la revista Plos One.
Para analizar con detalle los daños estructurales causados por el alcohol se analizaron 40 cerebros de personas fallecidas. La mitad habían tenido un diagnóstico de abuso o dependendencia del alcohol. La otra parte no había sido alcohólica. Al analizar la corteza prefrontal de los cerebros se hallaron determinadas alteraciones en el denominado citoesquelo neuronal de aquellas personas que habían abusado del alcohol, en concreto, en las denominadas proteínas tubulinas y espectrinas (alba y beta tubulina y espectrina beta II).
Asimismo, los investigadores detectaron que la región del cerebro responsable de las funciones ejecutivas (diseñar estrategia, planificar, controlar la conducta, la memoria…) solo presentaba alteraciones en el caso de los pacientes que habían sido diagnosticados como alcohólicos. El uso de las técnicas de proteómica permitió identificar cuáles eran exactamente las proteínas que se habían modificado en las neuronas, y que resultaron ser las correspondientes a las familias de proteínas tubulinas y espectrinas, implicadas en la red neuronal del cerebro.
El etanol provoca cambios en el comportamiento
Alteraciones en la estructura del cerebro que están provocadas directamente por el etanol, y que, tal y como señalan los investigadores responsables del estudio, podrían tener la respusta a los cambios de comportamiento, de aprendizaje y cognitivos que suelen aparecer en las personas con problemas de alcoholismo.
Aunque tomarse una caña de cerveza o una copita de vino puede reportar beneficios para la salud, en el momento en que una persona se excede en el consumo de alcohol, esos beneficios dejan de ser tales, pasando a convertirse en factores de riesgo y a verse afectados órganos tan importantes como el cerebro. Cómo influye el alcohol en el cerebro es precisamente en lo que ahonda este nuevo estudio de investigación, cuyas conclusiones, sin duda, pueden dar respuestas a nuevas preguntas.
Beber alcohol los fines de semana afecta al ADN
Los efectos del alcoholismo se han estudiado en personas que han bebido durante mucho tiempo con diagnósticos de desde el daño hepático a diversos tipos de cáncer, depresión o problemas del sistema nervioso. Entonces, ¿cuál es el efecto del alcohol en personas jóvenes y sanas? Un estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), en colaboración con la Universidad Autónoma de Nayarit (México), publicado en la revista Alcohol indica que el consumo de esta sustancia los fines de semana puede afectar al ADN.
El origen del estudio
La idea de estudiar el efecto oxidativo por la ingesta de alcohol en ese periodo surgió cuando la investigadora Adela Rendón daba clases de Bioquímica Clínica en el Instituto Politécnico Nacional en México. Muchos de los estudiantes que acudían a clase los lunes a primera hora mostraban falta de atención y malestar generalizado consecuencias de haber bebido alcohol durante el fin de semana.
Los jóvenes que bebían, con el doble de daño oxidativo
La investigadora les propuso estudiar los efectos que tenía en su organismo ese consumo de fin de semana que los estudiantes creían inocuo. Los estudiantes se involucraron en el proyecto, en el que también participó el investigador Jesús Velázquez (Universidad Autónoma de Nayarit, México), y, tras completar los requisitos administrativos pertinentes y obtener la colaboración de diversos expertos en encuestas y análisis, definieron el objeto del estudio: el daño oxidativo producido por del consumo de bebidas alcohólicas en personas jóvenes.
Analizando los efectos de la ingesta de alcohol
Los estudiantes se dividieron en dos grupos: el grupo de control lo formaban los jóvenes que no bebían alcohol y el grupo de estudio los que bebían los fines de semana. Para comprobar que se trataba de personas sanas sin otro tipo de enfermedades o adicciones que pudieran alterar los resultados del estudio se realizaron análisis de sangre. La edad de los jóvenes oscilaba entre los 18 y los 23 años, y el consumo medio de alcohol era de 118 g, litro y medio de cerveza, por ejemplo.
Se midió la actividad de la enzima alcohol deshidrogenasa, responsable del metablismo del etanol a acetaldehído, acetoacetato y acetona. El daño oxidativo se evalúa por un ensayo bioquímico TBAR (especies que reaccionan al ácido barbitúrico), y refleja la lipoperoxidación que sufre la membrana por efecto tanto del etanol en la sangre como del acetaldehído producto de la acción de la enzima sobre el etanol. Por tanto, existen por lo menos dos vías por las que se forman radicales libres que pueden deteriorar la integridad de la membrana celular.
Los resultados
Aunque los investigadores esperaban encontrar daño oxidativo, el resultado les llamó la atención según comenta Adela Rendón. “Observamos que los que bebían tenían dos veces más daño oxidativo que el grupo que no consumía alcohol” y decidieron continuar con una prueba para evaluar si el ADN también se veía afectado: el ensayo cometa. Extrajeron el núcleo de las células linfociticas de la sangre y lo sometieron a electroforesis.
“Lo interesante es que si la cromatina no está bien compactada, si hay daño en el ADN, en la electroforesis deja un halo”, lo que denominan “cola de cometa”. Y, en efecto, la cromatina del grupo expuesto dejaba un pequeño halo, mayor que la del grupo de control. Para ser exactos, los resultados mostraron un daño en el 8 % de las células en el grupo de control y en el 44 % en el grupo expuesto. Por tanto, el grupo expuesto tenía 5,3 veces más células dañadas.
La longitud de la cola de cometa
Para poder afirmar la existencia de un daño relevante en el ADN la longitud de la cola de cometa debe ser mayor que 20 nm, y no era el caso. “Afortunadamente”, comenta la investigadora, “pero es que no debería de haber daño alguno, porque llevan muy poco tiempo consumiendo alcohol, no han estado expuestos de forma crónica”.
La vía por la cual el alcohol llega a alterar el ADN no se conoce todavía. Ese será el siguiente paso: estudiar el re-empaquetamiento de la cromatina y el comportamiento de mecanismos tan complejos como las histonas en estos individuos.
“Cuando hablamos de alcoholismo juvenil nos referimos a jóvenes que beben alcohol sin llegar a ser adictos. La adicción implica una cuestión más compleja social y psicológicamente hablando. Este es un alcoholismo social” comenta la investigadora, “pero que a la larga causa daño, y hay que tener conciencia de eso”.
Hasta ahora nunca se había documentado daño sobre el empaquetamiento del material nuclear en estadios tempranos de alcoholismo, quizá porque la mayoría de los estudios se realizan en etapas tardías, con personas que llevan consumiendo alcohol de forma adictiva durante muchos años.
El consumo nocivo de bebidas alcohólicas es un problema de alcance mundial, y representa un importante problema de salud, social y económico. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el alcohol causa 2,5 millones de muertes al año en todo el mundo, de ellos 320.000 son jóvenes de entre 19 y 25 años, y causa daños que van más allá de la salud física y mental del bebedor.
Los alcohólicos toman decisiones sin importarles la moralidad
Pongamos por ejemplo que si para detener un tren y salvar a cinco personas que están a punto de ser atropelladas tuvieras que empujar a una persona a las vías, ¿la empujarías? Las personas adictas al alcohol tienen menos dificultad en tomar este tipo de decisiones morales, según un artículo publicado en la revista ‘Alcoholism: Clinical and Experimental Research’ por investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. Los alcohólicos son, en este aspecto, más utilitaristas y tienen menos dificultad para tomar este tipo de decisión, además de asumir una conducta emocionalmente aversiva en favor de un beneficio mayor.
Para llevar a cabo este artículo, los investigadores trabajaron con una muestra formada por 65 participantes, de los cuales 31 tenían dependencia al alcohol y 34 eran sanos. A todos ellos se les practicaron una serie de pruebas, para evaluar los efectos predictivos de la gravedad del consumo de alcohol, los síntomas de ansiedad y depresión, la impulsividad y la percepción de emociones.
Son más utilitaristas
Los resultados de este estudio demuestran que los pacientes dependientes al alcohol presentan un patrón utilitarista en el que se asume una conducta emocionalmente aversiva en favor de un beneficio mayor. Por ejemplo, empujar a una persona a las vías para detener un tren que está a punto de atropellar a cinco personas, o bien tirar por la borda a un moribundo para impedir que un bote salvavidas lleno de personas naufrague. Asimismo, la dificultad que les supone tomar la decisión moral es menor que en los participantes no consumidores.
“Este patrón es específico de los dilemas morales que implican mayor carga emocional, indicando el rol fundamental que juega la emoción en el proceso de toma de decisiones morales”, apunta la autora principal de este trabajo, Martina Carmona Perera, del departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada.
En cuanto a las variables psicológicas implicadas, los investigadores observaron que una peor percepción de miedo y asco predecía la tendencia a llevar a cabo conductas utilitaristas en los dilemas más emocionales, por ejemplo, decidían empujar a la persona a las vías o al moribundo al mar.
Engañar a familiares por alcohol
Como explica Carmona Perera, “el patrón utilitarista y la menor dificultad para decidir que caracterizan los juicios morales de las personas dependientes al alcohol puede ayudar a entender las violaciones morales que éstas llevan a cabo con el fin de conseguir alcohol, como por ejemplo conductas de engaño a familiares, en las que la toma de decisiones morales se decanta hacia la elección utilitarista (conseguir alcohol) a pesar de infligir un conducta emocionalmente aversiva”.
La mejor comprensión de los juicios morales en alcoholismo “es importante para promover la inclusión de terapias que tengan en cuenta el proceso de toma de decisiones morales dentro de las medidas de rehabilitación tradicionales”. En este sentido, “la contribución de emoción y, en concreto, de la experiencia emocional del asco y el miedo que muestran nuestros datos, indica la necesidad de introducir los procesos emocionales en la intervención terapéutica sobre el juicio moral, ya sea a través de la consideración de la emoción durante la resolución de dilemas morales, o bien con programas específicos para la mejora de la percepción y experiencia emocional”.
10 cosas que no debes hacer si estás de fiesta y conduces
Más de mil municipios por toda España celebran sus fiestas patronales mañana 15 de agosto, unas celebraciones donde es habitual el consumo de alcohol (cerveza, vino y espirituosos) y en las que se recurre muchas veces al coche para los desplazamientos nocturnos. De hecho es el medio de transporte elegido por un 82 % de los jóvenes estos días. Se crea así una situación potencial de riesgo por la posible mezcla de alcohol y conducción.
Cosas que no debes hacer si estás de fiesta
Para evitar el conducir bajo los efectos del alcohol y fomentar un consumo responsable, la Federación Española de Bebidas Espirituosas, FEBE, recomienda como solución la práctica del conductor alternativo y seguir un sencillo decálogo de consejos como no creerse muchos mitos asociados al consumo de alcohol, decir siempre no a un conductor ebrio y procurar evitar que coja el coche o alternar bebidas alcohólicas con no alcohólicas en al caso de las personas que no van a conducir.
De cara a las fiestas patronales cabe destacar la importancia de erradicar el binomio alcohol y conducción y hacer un consumo responsable para disfrutar al máximo y evitar complicaciones asociadas a una ingesta excesiva de alcohol. Este práctico decálogo resume los puntos más importantes a tener en cuenta para disfrutar de forma responsable de las próximas festividades:
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No beber si se va conducir
Cualquier consumo, por mínimo que sea, influye en los reflejos a la hora de conducir. Es importante elegir un conductor alternativo, es decir, aquel amigo que llevará el coche y por tanto no beberá, o buscar otros medios de transporte para llegar a casa.
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No confiar, ni creerse muchos mitos y falsedades que circulan en torno al consumo de bebidas alcohólicas
como dejar de beber cuando se acerca la hora de conducir, mantener en la boca un chicle, café u otras sustancias o soplar de una determinada manera para engañar al alcoholímetro, hacer ejercicio, etc. (Ver los mitos del alcohol)
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Elegir medios de transporte alternativos
Pensar en posibles medios de locomoción alternativos al coche a la hora de las salidas nocturnas si se va beber como el autobús, el tren, el taxi u otros medios de transporte público especiales que los ayuntamientos ponen muchas veces a disposición de las personas durante las fiestas
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Practicar el conductor alternativo
Si se opta por coger el coche, elegir cada noche qué persona del grupo de amigos será el conductor y por tanto no beberá ni una gota de alcohol
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Beber despacio
, disfrutando de la bebida y del momento de consumo en el caso de las personas que no van a conducir. En general las bebidas con contenido alcohólico tienen una larga tradición y un fuerte arraigo cultural, y desde su origen su consumo ha estado ligado al disfrute de sus sabores y matices. Además, hay que tener en cuenta que el cuerpo tarda en eliminar 10 gramos de alcohol puro entre una hora y hora y media.
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Alternar bebidas alcohólicas con no alcohólicas
El alcohol deshidrata por lo que es importante beber suficiente agua para rehidratarse.
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Comer mientras se bebe
Además de moderada, la ingesta de bebidas con contenido alcohólico debe acompañarse de comida, puesto que cuanto más lleno esté el estómago más tardará el alcohol en llegar a la sangre. Los alimentos con alto aporte calórico y grasas ralentizan la absorción del alcohol. Beber con el estómago vacío hará que el alcohol llegue antes a la sangre, alcanzando un mayor nivel de alcoholemia.
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Evitar los consumos de riesgo
Para ello es fundamental aprender a conocer los límites personales. La Organización Mundial de la Salud, OMS, recomienda no consumir más de 30 gramos de alcohol puro al día (dos copas de vino, dos tercios de cerveza, o dos combinados al día) en el caso de los hombres, y 20 gramos de alcohol puro diarios (algo más de una copa de vino, un tercio de cerveza, o una copa de combinado) en el caso de las mujeres.
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Decir siempre no a un conductor ebrio y procurar evitar que coja el coche
Es tarea de todos concienciarnos de los peligros que el binomio alcohol y conducción supone para el propio conductor y para los pasajeros, así como los riesgos que implica para otros vehículos que circulan por la carretera. Cierto es que los jóvenes cada vez muestran menos tolerancia ante un conductor ebrio. Según los datos del estudio realizado en 2013 con el programa Los Noc-turnos, el 85 % de los jóvenes intenta convencer al conductor de que no coja el coche si ha ingerido alcohol. Y, el 50 % está dispuesto a buscar cualquier otra alternativa de transporte para no volver a casa con un conductor poco responsable.
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Alcohol cero en colectivos de riesgo
Los menores no deben beber. Es obligación de todos evitarlo. Es importante entender que el cuerpo a esas edades no está preparado, ni física ni psicológicamente, por lo que el consumo de alcohol puede ocasionar problemas a largo plazo. Igualmente, las mujeres embarazadas no deben ingerir ni una gota de alcohol, puesto que puede afectar al futuro desarrollo del feto.
Directivos y profesionales cualificados, los que más alcohol toman
Investigadores españoles del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERES) han publicado un trabajo en la Gaceta Sanitaria que analiza las diferencias de ingesta de drogas por categorías profesionales y desvela, por ejemplo, que el consumo de alto riesgo de alcohol es significativamente más elevado entre los directivos y profesionales masculinos (6,7 %) que entre los trabajadores manuales cualificados (4,9 %) y no cualificados (5,3 %).
El trabajo analiza las diferencias entre hombres y mujeres, trabajadores y desempleados, y entre las distintas categorías ocupacionales y sectores de actividad. Los resultados destacan que los empleados de hostelería son los que presentan un mayor riesgo de ingesta de sustancias adictivas y que, por categorías laborales, los directivos y profesionales masculinos presentan alto riesgo de consumo de alcohol.
Datos muestra
Los autores seleccionaron a los 15.000 participantes en edad ocupacional que cumplimentaron la Encuesta Domiciliaria de Alcohol y Drogas en España de 2007, elaborada por el Plan Nacional sobre Drogas. Tras el análisis de los datos han podido determinar que el 3,4 % de la población activa española presenta un consumo de alto riesgo de alcohol (más de 30 gramos al día para las mujeres y más de 50 para los hombres). Además, un 2,3 % recurre diariamente a los tranquilizantes y somníferos, cerca del 8 % había consumido cannabis en los últimos 30 días y el 12 % consumió otras drogas ilegales en el último año.
La hostelería es el sector más vulnerable a las drogas, aunque con diferencias entre sexos. Mientras en los hombres se aprecian las mayores prevalencias en el consumo excesivo de alcohol (7,8 % de los trabajadores) y de cannabis (15,9 %), en las mujeres se detecta un mayor aumento en el consumo de cannabis (7,4 %) y de otras sustancias ilegales (el 11 % de las empleadas en hostelería ha recurrido a este tipo de drogas en el último año, frente al 18 % de sus compañeros masculinos).
Por el contrario, los trabajadores con un menor riesgo de consumo elevado de alcohol son los profesores y el personal sanitario y administrativo, mientras que el cannabis y las drogas ilegales son más frecuentes en la construcción.
Consumo de drogas
El trabajo también analiza las diferencias entre categorías profesionales y desvela, por ejemplo, que el consumo de alto riesgo de alcohol es significativamente más elevado entre los directivos y profesionales masculinos (6,7 %) que entre los trabajadores manuales cualificados (4,9 %) y no cualificados (5,3 %).
En el caso de las mujeres, las únicas diferencias entre categorías se observaron en el cannabis y otras drogas ilegales: las trabajadoras no cualificadas consumen menos (3,5 % y 6,2 % respectivamente) que las directivas y profesionales (4,1 % y 8 %).
Por último, se observa que la situación laboral influye en el consumo. Los hipnosedantes, el cannabis y otras sustancias ilegales son más frecuentes entre los hombres en paro, mientras que en el caso de las mujeres, el desempleo aumenta en 1,7 el riesgo de consumo diario de tranquilizantes y somníferos.
Así, el 21 % de los desempleados ha coqueteado con alguna droga ilegal en el último año (frente al 14 % de los trabajadores), mientras que el consumo diario de hipnosedantes se extiende al 5 % de las mujeres sin empleo, doblando prácticamente el porcentaje de trabajadoras.
Con estos datos, los autores quieren reivindicar el centro de trabajo como un lugar adecuado para desarrollar actividades de prevención sobre el consumo de sustancias adictivas.
Los directivos de empresas tienen mejor salud que otros trabajadores de su edad
Según los datos recogidos por Sociedad de Prevención de Fremap en los reconocimientos médicos “Executive” realizados a directivos españoles durante el año 2012, un 38,15 % de los que se sometieron a este chequeo presentó un índice de colesterol superior a 220 mg/dl, lo que se considera hipercolesterolemia. Este dato no sería malo en relación con el total de la población, puesto que en el estudio europeo por países Euroheart II se advierte de que el 56 % de los españoles mayores de 25 años superaban esta tasa. De los 1.200 reconocimientos evaluados el pasado año a los directivos españoles, el 84 % se hicieron a hombres y un 12 % a mujeres.
Según el director del Programa Executive de Sociedad de Prevención de Fremap, Jesús Otones Pérez, “es un tipo de reconocimiento que tiene como objetivo evaluar el estado de salud e identificar y prever la enfermedad a través de la detección de factores de riesgo, así como de indicadores de alteración en la salud”.
El reconocimiento se desarrolla a partir de una exploración exhaustiva y personalizada que, estructurada, dirigida y evaluada por profesionales especializados en Medicina del Trabajo, incluye las siguientes especialidades de salud: Cardiología, Diagnóstico por imagen, Oftalmología, Psicología y Nutrición. En todas las especialidades se utilizan los más avanzados medios diagnósticos.
Más de una tercera parte de resultados anormales en la exploración cardiológica
“De todos los resultados exploratorios obtenidos, llama la atención que más del 11 % de las pruebas de esfuerzo son anormales y que por encima de un tercio de los directivos (un 35,68 %), presenta hallazgos en las pruebas de ecocardiografía. Esto no deja de ser preocupante, si añadimos el dato de que la mayor parte de los directivos que se sometieron a estos chequeos (un 45 %) tenían entre 40 y 49 años”, según el cardiólogo del centro, el doctor Rubio Navarro.
Menos fumadores que en el colectivo global de trabajadores
En cuanto al consumo de tabaco y alcohol, solo un 19,94 % se declara fumador, frente al 32,6 % que fuma entre el colectivo global de trabajadores que analiza cada año la Sociedad de Prevención de Fremap. El 27,5 % de los directivos no consume alcohol y un 15 % declara llevar una vida sedentaria y no hacer ejercicio. Por el contrario, el 61 % de los directivos hace deporte de forma regular, un 13 % lo hace de vez en cuando y un 5 % de forma esporádica. Este mismo porcentaje de directivos (el 5 %) declara realizar deportes de competición, otro factor que relaciona ganar más dinero con tener mejor salud.
Dos de cada cinco hombres y una de cada 5 mujeres de entre 15 y 34 años se han emborrachado en el último año
El consumo de la mayoría de las drogas, en especial el tabaco, el alcohol, el cannabis y la cocaína desciende. Se acaba de presentar la Encuesta Domiciliaria sobre alcohol y otras drogas 2011/12, que también destaca la prevalencia de borracheras entre jóvenes y adolescentes. Aún así, dos de cada cinco hombres y una de cada 5 mujeres de entre 15 y 34 años se han emborrachado alguna vez en el último año. Por su parte, el consumo de tabaco se sitúa en su nivel más bajo desde que se iniciaron este tipo de encuestas y el consumo de cocaína continúa bajando y reduce su protagonismo en las nuevas consultas en centros asistenciales. Disminuye también el consumo de cannabis, aunque entre los menores este consumo es mayor que en el del resto de la población.
Desciende el consumo de todas las drogas en nuestro país, excepto el de hipnosedantes. Este descenso es más significativo en el caso del tabaco, alcohol, cannabis y cocaína. Así lo ha explicado el delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisco Babín, durante el acto de presentación de la Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas 2011/2012.
En su intervención, el delegado ha mostrado su preocupación por el consumo de alcohol entre los menores de 18 años, que considera muy elevado, pese a su disminución en términos generales y ha alertado de los riesgos del consumo en forma de atracón, una práctica que parece consolidarse entre los jóvenes españoles. “Vamos a seguir trabajando para lograr el consumo cero de bebidas alcohólicas entre los menores”, ha subrayado.
Para ello, ha anunciado que el Plan de Acción 2013-2016 incluye, entre sus actuaciones, una nueva normativa para prevenir el consumo de alcohol en menores, la creación de un portal de buenas prácticas para la prevención, el desarrollo de un sistema de acreditación de programas preventivos y la potenciación de la investigación de las mejores opciones preventivas.
Babín también ha mostrado su preocupación por “el consumo de cannabis en menores de edad, que es mayor que en el resto de los encuestados”, sobre todo si se tiene en cuenta la baja percepción de riesgo que los ciudadanos tienen respecto a esta sustancia. En este sentido, ha anunciado que el Plan de Acción 2013-2016 incluye medidas para intensificar la prevención y potenciar la investigación sobre el cannabis.
El delegado ha anunciado, asimismo, la firma en el segundo trimestre del año, de un convenio de colaboración con la Universidad Complutense de Madrid a través de la Cátedra de Comunicación y Salud de la Facultad de Ciencias de la Información, para el desarrollo de estrategias preventivas a través de las redes sociales. Babín ha explicado que se está desarrollando una aplicación descargable para dispositivos telefónicos.
Drogas más consumidas
La Encuesta Domiciliaria sobre Alcohol y otras Drogas (EDADES) 2011/12 forma parte de los estudios periódicos que desde 1995 realiza la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, con el fin de conocer la evolución del consumo de sustancias psicoactivas en nuestro país. La presente edición incluye un total de 22.128 personas entrevistadas entre la población general de entre 15 y 64 años. Se trata de una de las encuestas de mayor muestra poblacional en adultos de toda Europa.
Como novedades, en la presente edición se ha introducido un módulo sobre drogas emergentes y se ha ampliado a 21 el total de drogas incluidas en el cuestionario.
Los datos demuestran que las drogas de mayor consumo son, por este orden, el alcohol (el 76,6 % lo ha consumido en los últimos doce meses), el tabaco (40,2 %) y los hipnosedantes (11,4 %). La proporción de personas que consume hipnosedantes supera por primera vez a la de los consumidores de cannabis.
La encuesta pone de manifiesto una reducción del consumo de todas las sustancias (excepto los hipnosedantes), más acusado en el caso del tabaco, alcohol, cannabis y cocaína, que descienden entre 1 y 2 puntos porcentuales, respecto a la encuesta anterior. También se consolida el policonsumo, donde el alcohol juega un papel predominante.
Edad de inicio y diferencias de género
La edad de inicio en el consumo de las diferentes drogas se mantiene estable, con respecto a ediciones anteriores de la encuesta. El inicio más precoz ocurre en los consumos de tabaco y alcohol, que se sitúa por encima de los 16 años, y el de cannabis, por encima de los 18 años. El más tardío sigue siendo el de los hipnosedantes, que empiezan a consumirse a los 34,5 años de media.
En cuanto a las diferencias de género, los datos confirman un mayor consumo entre los hombres, excepto en el caso de los hipnosedantes, donde la proporción de mujeres consumidoras duplica al de los varones. Estas diferencias se acentúan en el caso de la cocaína, donde la proporción de hombres cuadruplica a la de las mujeres, y en el del cannabis, donde esta proporción casi se triplica.
Por edades, las prevalencias de consumo son mayores en el grupo entre los 15 y los 34 años, salvo en el caso de los hipnosedantes, cuyo uso se incrementa a partir de los 35 años. De hecho, el porcentaje de consumidores de hipnosedantes de 35 a 64 años representa algo más del doble que en el grupo de menos de 35 años.
Los datos también demuestran que el uso de drogas –tanto legales como ilegales– se intensifica a partir de los 18 años, excepto en el caso del cannabis, cuyo consumo entre los menores de 15 a 17 años supera en 3,9 puntos al grupo de 18 a 64 años.
Datos por sustancias
Tabaco. El consumo de tabaco se sitúa en su nivel más bajo desde el inicio de esta encuesta en la década de los 90. El 40,2 % de los encuestados dice haber fumado tabaco en los últimos 12 meses, y el 37,6 % en los últimos 30 días, lo que supone un descenso de más de 2 puntos porcentuales respecto a la encuesta anterior.
Se confirma la tendencia descendente de la prevalencia de consumo diario de tabaco, en todos los rangos de edad y en ambos sexos, salvo en mujeres de entre 15 y 34 años, donde se mantiene estable. El 30,4 % asegura haber fumado tabaco diariamente en el último mes (frente al 31,8 % del estudio anterior)
Alcohol. Sigue siendo la sustancia psicoactiva más consumida, pese a que también registra un ligero descenso. El 76,6 % ha consumido alcohol en los últimos doce meses (78,7 % en la encuesta anterior) y el 62,3 % lo ha hecho alguna vez en los últimos 30 días (frente al 63,3 % de 2009/10). También se reduce ligeramente el consumo diario en los últimos 30 días, con una prevalencia de un 10,2 % (11 % en el estudio anterior).
Disminuye asimismo la prevalencia de borracheras en ambos sexos y para todos los grupos de edad, aunque sigue manteniéndose en niveles muy elevados. Las borracheras se dan sobre todo entre los jóvenes adultos de 15 a 34 años: en esta franja de edad, 2 de cada 5 hombres y 1 de cada 5 mujeres se han emborrachado alguna vez en el último año, En cambio, asciende ligeramente el consumo de alcohol en forma de atracón (“binge drinking”). El 15,2 % de los encuestados ha consumido alcohol en forma de atracón en los últimos 30 días (14,9 % en 2009). Esta forma de consumo de ‘riesgo’ se concentra en el grupo de adultos jóvenes de 20 a 29 años, de ambos sexos. Los datos también revelan que el 21,8 % de los hombres de entre 15 y 19 años y el 17,2 % de las mujeres se han atracado alguna vez de alcohol en los últimos 30 días.
Hipnosedantes. Su consumo viene aumentando de forma paulatina desde 2005. El porcentaje de mujeres que consumen este tipo de sustancias duplica el de hombres (15,3 % /7,6 %). Estas diferencias aumentan con la edad.
Cannabis. Desciende ligeramente el consumo de cannabis entre la población general, un descenso que se acentúa en el caso del consumo experimental, que disminuye cerca de 5 puntos (27,4 % actual frente al 32,1 % de 2009/10) Así, el 9,6 % de los encuestados ha probado alguna vez el cannabis en los últimos doce meses (10,6 % anterior); el 7 % lo ha consumido alguna vez en los últimos 30 días (7,6 % en 2009) y el 1,7 % a diario ( 2 % en 2009).
Por edades, la prevalencia del consumo en los últimos 30 días se concentra en la franja comprendida entre los 15 y los 34 años., con un pico máximo entre los 15 y los 24 años. El 14,7 % de los encuestados entre 15 y 24 años ha consumido cannabis en los últimos 30 días, un porcentaje que disminuye hasta el 11 % en la franja entre 25 y 34 años.
Los hombres consumen en mayor proporción que las mujeres en todos los grupos de edad.
Cocaína. Su consumo también sigue disminuyendo, confirmándose la tendencia descendente iniciada en nuestro país en 2007. Asimismo se observa un menor protagonismo de esta sustancia en las nuevas consultas de los centros de atención a drogodependientes Así, el 2,2 % de la población ha probado cocaína alguna vez en los últimos doce meses. El consumo entre los hombres es cuatro veces mayor que el de las mujeres (3,6 % los varones/0,9 % las mujeres). Por edades, los jóvenes de 25 a 34 años (3,6 %) son los que consumen en mayor proporción. El 1,2 % de los adolescentes entre los 15 y los 17 años dice haber probado la cocaína alguna vez en el último año.
Heroína. El consumo de heroína está estabilizado, manteniéndose las mismas prevalencias que en años anteriores. Un 0,6 % de la población la ha probado alguna vez en la vida y un 0,1 % en el último año. La edad media de inicio es de 20,7 años, mucho más tardía que la de las drogas ilegales más consumidas.
Éxtasis, anfetaminas y alucinógenos. Se consolida la tendencia descendente iniciada en 2001 para todos los consumos en ambos sexos. Los datos revelan las prevalencias más bajas desde el comienzo de las encuestas. En el caso del éxtasis, el 0,7 % de la población asegura haberlo consumido alguna vez en los últimos doce meses; el 0,6 % dice haber consumido anfetaminas y el 0,4 % alucinógenos.
Drogas emergentes. La encuesta incluye por primera vez un módulo con preguntas sobre el consumo de drogas emergentes. El estudio muestra que el 47 % de los encuestados nunca ha oído hablar de estas sustancias Entre los que sí las han probado, las mayores prevalencias de consumo se dan entre los hombres de entre 25 y 34 años. La mayoría de los consumidores de este tipo de sustancias lo hace en situación de policonsumo experimental (5 o más drogas).
Policonsumo. El 15,3 % de los entrevistados no ha consumido ninguna sustancia psicoactiva en los últimos 12 meses. El porcentaje de mujeres que no consumen (19,7 %) casi duplica al de los hombres (11.1 %).
Del resto de personas que sí han consumido alguna sustancia psicoactiva en los últimos 12 meses, uno de cada 3 dice haber consumido dos sustancias a la vez y 1 de cada 10 ha mezclado tres. La mezcla de 4 sustancias sólo se da en el 2 % de los encuestados. El 1 % consume cinco o más drogas a la vez.
El alcohol está presente en el 90 % de los policonsumos. El consumo de bebidas alcohólicas, sobre todo si se hace de forma intensiva (borracheras o atracón), se asocia con una mayor prevalencia de consumo de otras drogas.
Riesgo percibido
Aumenta la percepción del riesgo ante el consumo de la mayoría de las drogas, siendo mayor en las mujeres que en los hombres. Pese a ello, persiste la consideración de que el tabaco es más peligroso que el cannabis.
Respecto a la disponibilidad percibida, los datos demuestran un importante descenso en la disponibilidad percibida por los ciudadanos, con lo que se quiebra la tendencia al alza que parecía imparable desde el inicio de esta serie de encuestas.
Las vías de información preferidas son a través de internet, charlas y de los profesionales sanitarios. En la actualidad, la información que reciben procede sobre todo de los medios de comunicación.
Los ciudadanos consideran que las medidas de mayor eficacia son las formativas, de tratamiento, el control policial y la restricción legal.