El 60 % de los mandos intermedios poseen cualidades técnicas, pero carecen de aptitudes para liderar y dirigir equipos
El mando intermedio es la pieza clave para que el engranaje empresarial funcione: es el que dirige al equipo de producción y a su vez es quien aporta visibilidad al equipo directivo. El perfil más habitual es el del “jefe” que en vez de formar a su equipo opta por hacer las tareas él mismo, perdiendo de este modo eficiencia y productividad.
Los mandos intermedios acostumbran a ser operarios promocionados, bien por destacar en competencias respecto a sus compañeros, bien por llevar años trabajando en la empresa. A menudo, estos perfiles cuentan con unos sólidos conocimientos técnicos, pero se encuentran en dificultades cuando su posición les exige liderar y dirigir equipos humanos.
ABANTIA GROUP, compañía especializada en la consultoría de operaciones, ha realizado un estudio para identificar las tipologías básicas del mando intermedio en la empresa española, identificando cinco perfiles básicos: el “Manitas”, el “Bombero”, el “Superman”, el “Cansado” y el “Burócrata”.
El tipo de mando intermedio más usual es el “Manitas”. Destaca por haber sido buen operario, lo que le otorga unas muy buenas habilidades técnicas. Acostumbra a realizar tareas que no le corresponden, puesto que prefiere hacer el trabajo antes que dedicar su tiempo a formar a su equipo. El 40 % de su jornada laboral la dedica, por tanto, a trabajos impropios a su puesto, y sólo dedica un 2 % del tiempo a la formación.
Tras el Manitas, en la empresa española abundan los “Bomberos”, mandos intermedios que actúan como “apagafuegos”: es decir, sólo cuando la situación es crítica. Por tanto, la mayor parte del tiempo (un 50 % de su jornada) se dedica a la gestión pasiva. Solamente invierte un 5 % del tiempo en la gestión activa, y el resto del día lo dedica al papeleo, la formación, los desplazamientos y el descanso.
En tercer lugar aparece el “Burócrata”, el jefe obsesionado con el papeleo, que pasa la mayor parte del tiempo cumplimentando informes. En ningún momento se para a pensar si podría mejorar la eficacia y eficiencia de su trabajo y el de su equipo. Como nota positiva, este tipo de mandos intermedios no dedican ni un minuto de su jornada a tareas impropias a su puesto.
En cuarto lugar se encuentran los jefes “Cansados” que se caracterizan por mostrar una desmotivación total, que los lleva a pasar el tiempo de una manera totalmente improductiva. Mal compañero y mal subordinado, este perfil es capaz de estar un 60 % de la jornada sin trabajar.
El último de los perfiles, casi inexistente, es el “Superman”: es proactivo, se planifica y distribuye perfectamente las tareas a sus subordinados, y además recibe e imparte la formación necesaria para optimizar todos los recursos a su alcance.
En palabras de Xavier Hernán, Socio de ABANTIA GROUP, “la experiencia demuestra que el mando intermedio es la pieza clave para que el engranaje empresarial funcione: es el que dirige al equipo de producción y a su vez es el que aporta visibilidad al equipo directivo. La mayoría de ineficacias e ineficiencias detectadas en las organizaciones no se producirían si estos mandos estuvieran bien formados para desempeñar las funciones que se les exigen”.
Para Hernán, el perfil idóneo de mando intermedio sería aquél que dedicara un 35 % del tiempo a la gestión activa y que supiera repartir equitativamente el resto de su jornada entre el papeleo, la formación, los desplazamientos y el descanso.
Para lograrlo, Hernán comenta que “es indispensable revisar junto con el mando intermedio los procesos clave de su área de trabajo y, una vez optimizado, es decir habiendo detectado y corregido todas las ineficiencias, diseñar un sistema de gestión para garantizar que el proceso se realizará correctamente, aportando asimismo visibilidad a toda la organización implicada.
Por otra parte, hay que realizar una formación a medida para que los mandos sean capaces de dirigir a sus equipos y para que reporten a la dirección toda aquella información que sea necesaria”.