El 20 % de los jóvenes no sabe ponerse un preservativo

El 20% de los jóvenes no sabe ponerse un preservativo
NOTICIA de Javi Navarro
07.06.2013 - 13:27h    Actualizado 28.02.2023 - 11:04h

Según los resultados de una encuesta presentada en el 33º Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, la mitad de los adolescentes que mantiene relaciones sexuales no utiliza anticonceptivos. Si bien la mayoría de encuestados, entre 13 y 17 años, se interesa por los diferentes tipos de anticonceptivos, el 20,6 % no sabe poner un preservativo. Internet y el colegio son las principales fuentes de consulta sobre sexualidad a estas edades y la primera relación sexual con coito es a los 15 años en los chicos y a los 16 en las chicas.

Los resultados de la encuesta, en la que han participado 301 alumnos de un Centro de Secundaria de Cartagena, se han presentado en el 33º Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC), que estos días se celebra en Granada y al que acuden 3.500 profesionales de Atención Primaria de toda España.

A tenor de estos datos, la doctora Juana Jiménez, una de las autoras del estudio, considera que “la formación de los adolescentes en este campo es bastante mejorable”. En opinión de esta experta, “como médicos de familia debemos procurar que nuestros pacientes adolescentes lleguen lo mejor formados al inicio de la actividad sexual, potenciando la colaboración formativa con los centros educativos”.

El sexo, asignatura pendiente

Otro de los datos del estudio pone de manifiesto que Internet y el centro escolar son las principales fuentes de consulta sobre sexualidad para los adolescentes. En concreto, el 52,1 % de los chicos la obtienen por Internet frente al 55,2 % que lo hace en el colegio. “Es además una edad difícil”, explica la doctora Jiménez, “por tanto, como profesionales, debemos facilitar que tengan un mayor conocimiento en este tipo de cuestiones y ayudarles a resolver sus dudas. Para ello en nuestra labor asistencial diaria disponemos de herramientas que nos pueden ayudar, por ejemplo aprovechar cualquier motivo por el que vienen a la consulta para intentar charlar sobre estos temas”.

La investigación indica que sólo el 33,6 % sabe lo que implica una planificación familiar, mientras que el 25,9 % piensa que es únicamente decidir el número de hijos que se quiere tener. En lo que se refiere a los métodos anticonceptivos, el 20,6 % no sabe poner un preservativo y un 11 % aún piensa que no existe riesgo si se mantienen relaciones sexuales sin protección. Además, casi la mitad (49,8 %) conoce a alguna mujer de su entorno que se ha quedado embarazada sin desearlo.

Para la doctora Jiménez, “estimamos que el sentimiento de invulnerabilidad propio del adolescente le hace pensar que esas situaciones siempre le ocurren al de al lado. A esto hay que unir que son muy dependientes económicamente y con ingresos escasos, lo que les dificulta en muchas el acceso a métodos anticonceptivos”.

En lo que se refiere a enfermedades de transmisión sexual (ETS), tan sólo uno de cada cuatro adolescentes sabe cómo se transmiten. La más conocida (69,8 %) es el SIDA, mientras que el virus del papiloma humano y la micosis son desconocidas para el 53,4 % y 55,5 % respectivamente. “Hoy por hoy no es frecuente que nos consulten por estas enfermedades, si bien hemos observado un aumento de la incidencia de verrugas virales/condilomas acuminados”, comenta la doctora.

Para esta experta, “aunque la sexualidad y la planificación familiar son temas difíciles de abordar, puesto que el adolescente por iniciativa propia no pregunta, tanto los médicos como los educadores y los padres debemos hacer un esfuerzo. Asimismo, sería recomendable estructurar un temario formativo específico, objetivo y periódico desde edades prepuberales, orientado de manera escalonada a formar a nuestros adolescentes sobre todos estos temas, de manera que entiendan la sexualidad como parte de su salud”.

¿Relaciones seguras? El 10 % de jóvenes no utiliza ninguna protección

Según una reciente encuesta realizada por la Fundación Tambre sobre educación sexual a más de 300 jóvenes con edades comprendidas entre los 17 y 30 años durante la celebración en Madrid de la última edición de la feria universitaria “REDKAMPUS UNIVERSALIA”, un 10 % de ellos reconoció que no utilizaba ningún método “de barrera” a la hora de mantener una relación sexual. No obstante, 8 de cada 10 jóvenes entrevistados confesaron que lo utilizan en la mayoría de sus encuentros sexuales.

A este respecto, el doctor Pedro Caballero, director de la Fundación Tambre indica que “el riesgo de contagio de una enfermedad de transmisión sexual se acrecienta durante las primeras relaciones sexuales. Por ello es fundamental que los jóvenes dispongan de toda la información necesaria acerca de los métodos anticonceptivos, no sólo para evitar embarazos no deseados, sino sobre todo para impedir la transmisión de enfermedades tan importantes como la hepatitis, el SIDA u otras que, si bien menos graves inicialmente, pueden ocasionar serios problemas de infertilidad en un futuro. Es necesario que los jóvenes conozcan que las infecciones genitales son una de principales causas de esterilidad tanto en hombres como en mujeres”.

Por su parte, entre aquellos que si reconocieron utilizar métodos anticonceptivos en sus relaciones, fue el preservativo el método de barrera más nombrado por los jóvenes. Así, 8 de cada 10 jóvenes entrevistados –tanto mujeres como hombres- confesaron que lo utilizan en la mayoría de sus encuentros sexuales. Otros de los métodos más empleados son por orden de mención, los anticonceptivos orales, el anillo vaginal y el DIU.

Encuesta a jóvenes sobre anticonceptivos
En este sentido, esta encuesta dirigida a evaluar el conocimiento de los jóvenes sobre diferentes aspectos de la salud sexual, también ha reflejado que más de la mitad de los entrevistados declara tener un conocimiento suficiente o “muy amplio” sobre los métodos anticonceptivos. En concreto, el 30 % reconoce tener un conocimiento muy amplio sobre ellos.

Destacan las respuestas de los jóvenes que tenían pareja en el momento de la encuesta. Éstos reconocieron que utilizaban en menor proporción el preservativo como método anticonceptivo, que aquellos que no tenían pareja. “Es posible que los jóvenes piensen que al tener una relación estable existen menos posibilidades de ser infectados por una enfermedad de transmisión sexual y, por tanto, acuerden con sus parejas el uso de otro tipo de anticonceptivo que se adapte más a su pensamiento y tipo de vida” explica el doctor Caballero.

Según este experto, muchas de las infecciones ginecológicas pueden, en la mujer, dañar de forma irreversible las trompas de Falopio y causar esterilidad. Algunas de estas infecciones, además, pueden pasar inadvertidas sin síntomas, como las causadas por chlamydia, ureaplasma, micoplasma e incluso el gonococo. Por su parte, el varón es partícipe como receptor o transmisor, bien sea de estos microorganismos como de otras enfermedades.

Los jóvenes no dan importancia a la “infertilidad”
La mayoría de los jóvenes españoles no considera que la infertilidad sea un problema muy importante en la pareja, mientras que un 54 % de los entrevistados cree que sólo afecta a algunas parejas. Sin embargo, en estos momentos en España el número de parejas con problemas para tener un hijo no deja de aumentar, lo que convierte a la esterilidad en un problema médico y social preocupante que provoca que alrededor de 35.000 niños nazcan al cabo del año por medio de técnicas de reproducción asistida.

Asimismo, en esta encuesta se ha puesto de manifiesto que los hombres jóvenes son menos conscientes que las mujeres de sufrir un problema de infertilidad. En este sentido, el doctor Caballero explica que “hoy en día, desafortunadamente todavía la sociedad piensa que la infertilidad solo es un asunto de la mujer. Sin embargo, los expertos en reproducción asistida consideramos que cuando una pareja acude a nuestras consultas debemos abordar la incapacidad de tener hijos como un problema de pareja. Aunque, siempre tendemos a pensar que el mayor porcentaje de actividad lo lleva la mujer, puesto que ella es la anfitriona del proceso reproductivo”. En el caso de los tratamientos de reproducción asistida, la mayoría de los estudiantes entrevistados declararon conocer estas técnicas. Por orden, en primer lugar, la inseminación artificial, seguido de la Fecundación In Vitro (FIV) y en último lugar, la donación de óvulos.

En cuanto a la educación en materia sanitaria, el doctor Caballero resalta que ésta debe empezar desde la escuela, con la participación de especialistas que puedan informar sobre factores que influyen en la reproducción, como los hábitos dietéticos y de ejercicio, los tóxicos (alcohol, tabaco y drogas), las enfermedades de transmisión sexual y la anticoncepción.

Ellos asumen más riesgos que ellas en las relaciones sexuales

El 30,5 % de los alumnos de 14 a 16 años manifestaba haber tenido una relación sexual (33,6 % de los chicos; 27,4 % de las chicas). El 73 % de estos estudiantes sexualmente activos reconocía haber tenido alguna relación sexual de riesgo. Específicamente, un 82,3 % de los chicos frente a un 63 % de las chicas. Un ejemplo lo encontramos en el número de parejas sexuales. El 36,2 % de los chicos reconocía haber mantenido relaciones con tres o más personas diferentes, porcentaje que se reduce al 17,5 % de las chicas.

Los adolescentes varones asumen más riesgo en las relaciones sexuales que las chicas. Así lo asegura Gaceta Sanitaria, que ha publicado en su último número uno de los estudios más ambiciosos de nuestro país sobre salud sexual en adolescentes. Con una muestra de 9.340 estudiantes de 97 institutos catalanes, el trabajo analiza los resultados de una encuesta basal distribuida entre 2005 y 2006, para conocer los factores que más se pueden relacionar con las conductas de riesgo sexual.

En el uso del preservativo, los varones son menos precavidos, aunque tanto ellos como ellas utilizaban el condón de forma generalizada como método anticonceptivo (84,2 % frente al 86,7 %). Tan sólo el 37,4 % de los chicos había rehusado mantener relaciones sexuales sin protección, mientras que el 60 % de las chicas sí había adoptado esa actitud de rechazo.

El estudio, realizado por el Instituto de Investigación en Atención Primaria Jordi Gol (IDIAP Jordi Gol) y por el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, también analiza el perfil del adolescente con más riesgo de llevar a cabo conductas sexuales inseguras. En ambos sexos, el origen inmigrante se relacionaba con algunas de las conductas estudiadas y, específicamente en los chicos, influía el consumo de alcohol.

Hábitos sexuales y educación de los jóvenes españoles

Un estudio sobre educación y hábitos sexuales realizado a una muestra de casi 30.000 jóvenes entre los 15 y los 28 años revela cómo afrontan su sexualidad, la educación que reciben y la utilización que hacen de los métodos anticonceptivos y de los anticonceptivos de urgencia. Entre los datos destacables, el 73 % confiesa haber mantenido relaciones sexuales (más de la mitad antes de los 16 años). El 11 % no toma ninguna medida de protección y, extrapolando los datos de la web www.dudasdesexo.es, autora del informe,, el 2,6 % de los jóvenes españoles ha tomado anticonceptivos de urgencia más de una vez al año.

Entre los datos que se desprende de esta encuesta destaca que más de la mitad de los adolescentes que la ha contestado confiesa sentirse satisfecho con la educación sexual que reciben. Y como consecuencia de la información que afirman tener, se deciden a mantener su primera relación sexual completa mucho más temprano. El 73 % de los entrevistados manifestó haber mantenido ya relaciones sexuales y, de ese porcentaje, el 56 % se decidió a tener su primera relación sexual completa con menos de 16 años; un 41 % entre los 17 y los 21 años, entre los 22 y los 26 un 1 % igual que los que reconocen haber realizado el acto sexual con más de 26 años.

El estudio revela datos concluyentes sobre la información y la percepción que los jóvenes tienen sobre la anticoncepción de urgencia. El 86 % de los adolescentes ha reconocido conocer perfectamente en qué consisten los anticonceptivos de urgencia y ser conscientes de que sólo deben tomarse cuando se ha roto el preservativo o se ha mantenido una relación sexual sin protección.

Al menos el 80.84 % de los encuestados afirma no haber tomado nunca este tipo de anticonceptivos y el 19.15 % asegura haber recurrido a él en alguna ocasión. De ese 19.15 %, el 15.68 % de los adolescentes mantiene haberla ingerido sólo en una ocasión, cuando tuvo un susto, y el 2.62 por ciento entre 2 y 4 veces al año. Un residual 0.85 % afirma haberla tomado más de 6 veces al año.

En cuanto al tiempo del que disponen para tomarse un anticonceptivo de urgencia, el 36.1 % señala que hasta 24 horas, seguido de un 27 % que manifiesta que pueden esperar hasta 48 horas y un 24.8 % que señala 72 horas como el tiempo máximo. Solo un 12.1 % ya sabe que dispone de hasta 120 horas para tomarse un anticonceptivo de urgencia, gracias a la mayor eficacia de la píldora de los 5 días después recientemente comercializada en España.

Anticonceptivos
A la pregunta de qué método anticonceptivo utilizan normalmente, los jóvenes lo tienen claro. El 79.17 % manifiesta usar preservativo, seguido de un 6 % que reconoce tomar la píldora. El anillo y parche vaginal tan sólo son contemplados por una muestra mínima de apenas el 1.6 % y el 0.40, respectivamente y un 1.4 % que señala otros métodos anticonceptivos, sin especificar cuál. Pero el dato más preocupante es que hay un 11.4 % que revela no utilizar ningún método anticonceptivo y que, por lo tanto, no tiene en cuenta las enfermedades de transmisión sexual que puede conllevar el acto sexual: VIH, sífilis, gonorrea, etc.

Respecto a la manera de informarse sobre temas relacionados con sexualidad, el 46 % confiesa que conoce los métodos anticonceptivos a través de la información que le proporcionan en el colegio e instituto; el 11 % afirma que recurre a sus amigos y tan sólo un 4 % alega que busca consejo en un médico o farmacéutico. Del estudio se extrae también que el 83 % de los jóvenes no consulta las dudas sobre sexualidad con sus padres y si surgen problemas durante la relación sexual, más de la mitad (el 59 %) pregunta a sus amigos; el 19 % recurre a Internet y el 8 % habla con sus padres.

La visita al ginecólogo también es una de las asignaturas pendientes de los adolescentes. El 75 % de los encuestados ha confesado que no acude al ginecólogo regularmente, seguido del 11 % que señala que va una vez al año y de sólo un 2,8 % que acude dos veces al año.

Un tercio de los jóvenes tiene su primera relación sexual bajo presión

Según un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Cultura y Sociedad (ICS) de la Universidad de Navarra, un tercio de los jóvenes sufre alguna presión para mantener su primera relación sexual. Un tercio de ellos manifestó haber sufrido algún tipo de presión ante su primera relación sexual, como la insistencia de la pareja o el miedo a perderla, y el hecho de que sus amigos afirmaran haber tenido ya relaciones sexuales. “Otro de los motivos”, destaca uno de los autores del trabajo, el profesor Alfonso Osorio, “fue dejarse llevar por los estímulos sexuales, como haber visto imágenes pornográficas, según declaró el 50 % de los adolescentes del estudio”.

Así se desprende de un trabajo publicado en la revista Journal of Adolescent Health, titulado ‘First sexual intercourse and subsequent regret in three developing countries’ y desarrollado dentro del proyecto “Educación de la Afectividad y de la Sexualidad Humana”, dirigido por el Dr. Jokin de Irala, vicedecano de la Facultad de Medicina del centro académico. En el análisis han participado más de 8.000 estudiantes de entre 14 y 18 años procedentes de distintos países latinoamericanos.

Ellos y ellas

Respecto a las principales diferencias entre chicas y chicos, los especialistas señalan que mientras ellos alegaban que “se dejaron llevar” en esa primera relación, las chicas tomaron la decisión de tener su primera relación sexual “por amor”. En este sentido, ellas manifestaban más arrepentimiento ante esa primera experiencia, “aunque los chicos también sostuvieron que hubieran preferido no hacerlo en aquel momento”, subraya el Dr. Osorio.

El especialista aclara que conocer las situaciones que llevan a los adolescentes a iniciar la actividad sexual “resulta fundamental para planificar estrategias dirigidas a proteger la salud de los jóvenes. Como punto de partida, ahora sabemos que la abundancia de estímulos eróticos en el entorno juvenil -como vídeos, cine, música, revistas, actitudes equivocadas frente a la masturbación, etc.- les conduce a relaciones sexuales menos libres y que posteriormente preferirían no haber tenido”.

La mitad de las enfermedades de transmisión sexual produce secuelas

Cerca del 50 % de los casos de enfermedad de transmisión sexual produce secuelas en los pacientes, principalmente esterilidad tanto en el hombre como en la mujer. Los últimos estudios muestran que una bacteria, la clamidia, merma la capacidad reproductora del varón, debido a que disminuye la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides. En el caso de las mujeres, la mitad de las que tienen problemas de esterilidad sufren una infección por clamidia.

La III edición del Simposio Internacional sobre Reproducción Asistida de la Fundación Tambre, que concluye hoy en el Palacio de Congresos, aborda en esta jornada el tema de la salud sexual en reproducción. El doctor Juan Martínez de María, ginecólogo del equipo médico de la Clínica Tambre de Madrid explica que “las infecciones producidas por bacterias como el micoplasma-ureaplasma y por clamidia pueden provocar enfermedades como la uretritis en el varón, que aunque con tratamiento mejoran de forma rápida, en ocasiones la infección puede afectar a otras partes del aparato genital, principalmente la próstata, y como consecuencia al espermatozoide, afectando a la capacidad reproductora. Mientras que, en la mujer estos gérmenes están presentes en la mayoría de los casos de enfermedad inflamatoria pélvica y dejan secuelas en el 40 % de los casos, generalmente obstrucción de las trompas, una de las principales causas de esterilidad en la mujer”.

Este especialista añade que para prevenir estos casos es necesario una adecuada educación sexual desde la infancia, pero sobre todo en la pubertad, lo que permitirá concienciar a la población de esta realidad que es un problema de salud de primer orden y a nivel mundial”.

Infección por clamidia, la principal en España
Los últimos estudios muestran que la clamidia merma la capacidad reproductora del varón, debido a que disminuye la concentración, movilidad y morfología de los espermatozoides y, lo que es más importante, provoca la rotura del ADN y, en consecuencia, les incapacita para la fecundación. “En España, esta bacteria es la responsable de la principal enfermedad de transmisión sexual tanto en el hombre como en la mujer. Se estima que entre el 60-80 % de las adolescentes sexualmente activas sufre una infección por clamidia. Esta enfermedad, que en la mayoría de los casos suele ser asintomática, se transmite de hombre a mujer mediante los espermatozoides”, explica la doctora Rocío Nüñez, subdirectora de la Clínica Tambre de Madrid, En el caso de las mujeres, “sólo el 30 % de ellas presentan síntomas, por lo que es fundamental que aquellas sexualmente activas se sometan a revisiones periódicas para realizar un diagnóstico y tratamiento adecuados. La falta de tratamiento suele producir enfermedad inflamatoria pélvica, que puede provoca las cicatrización de las trompas de Falopio y generar esterilidad. En general, se estima que el 50 % de las mujeres con problemas de esterilidad sufren una infección por clamidia”, indica la doctora Núñez.

Métodos barrera, el único método de prevención
Los expertos indican que el único método de prevención es el empleo de métodos barrera con el preservativo y tener prácticas sexuales seguras. “Además las personas sexualmente activas -especialmente mujeres con compañero sexual nuevo o con múltiples compañeros sexuales- deben ser examinadas periódicamente para detectar la infección”, advierte la doctora Núñez.

En este sentido, una reciente encuesta realizada por la Fundación Tambre sobre educación sexual a más de 300 jóvenes con edades comprendidas entre los 17 y 30 años, un 10 % de ellos reconoció que no utilizaba ningún método “de barrera” a la hora de mantener una relación sexual.

A este respecto, esta especialista añade que “el riesgo de contagio de una enfermedad de transmisión sexual se acrecienta durante las primeras relaciones sexuales. Por ello es fundamental que los jóvenes dispongan de toda la información necesaria acerca de los métodos anticonceptivos, no sólo para evitar embarazos no deseados, sino sobre todo para impedir la transmisión de enfermedades tan importantes como la hepatitis, el SIDA u otras que, si bien menos graves inicialmente, pueden ocasionar serios problemas de salud en un futuro. Es necesario que los jóvenes conozcan que las infecciones genitales son una de principales causas de esterilidad tanto en hombres como en mujeres”.



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