El 10 % de los trabajadores mejor pagados acapara el 38 % de todos los sueldos del mundo
Un nuevo informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha puesto de manifiesto la alarmante desigualdad salarial a nivel global, aunque con una tendencia a la disminución en algunos países. En las últimas dos décadas, la desigualdad ha disminuido en aproximadamente dos tercios de las naciones, destacándose especialmente en los países de renta baja, donde la reducción llegó a ser de hasta un 9,6 %. Sin embargo, esta mejora ha sido mucho más limitada en los países más ricos, donde los descensos han sido de entre el 0,3 % y el 0,7 %.
A pesar de estos avances, la OIT destaca que las disparidades salariales siguen siendo un problema urgente. Según el informe, el 10 % de los trabajadores mejor remunerados obtienen casi el 38 % de la masa salarial mundial, mientras que el 10 % peor remunerado recibe solo el 0,5 %.
Los peor pagados
En este contexto, la desigualdad es más pronunciada en los países de renta baja, donde un 22 % de los trabajadores están clasificados como mal pagados.
Además, el estudio subraya que las mujeres y los trabajadores de la economía informal son los más afectados por estas disparidades salariales, lo que resalta la necesidad de implementar acciones específicas para reducir estas brechas.
En cuanto a los trabajadores no asalariados, un tercio de la fuerza laboral mundial pertenece a este grupo, predominando en países de renta baja y media, donde las oportunidades de empleo suelen encontrarse en la economía informal.
El director general de la OIT, Gilbert Houngbo, destacó que, aunque los avances en la reducción de la desigualdad salarial son positivos, “millones de trabajadores y sus familias siguen sufriendo la crisis del costo de la vida que ha erosionado sus niveles de vida, y que las disparidades salariales entre y dentro de los países siguen siendo inaceptablemente elevadas”. La OIT insiste en que, para seguir avanzando, es necesario fortalecer las políticas salariales y fomentar la productividad, la formalización de la economía informal y el trabajo decente.
La OIT también ha recomendado a los gobiernos que adopten políticas salariales justas, basadas en el diálogo social, la igualdad de género y la no discriminación, y que aborden las causas estructurales de los bajos salarios, como la informalidad y la baja productividad.