Demostrado, en el futuro se podrá ‘conducir’ y leer un libro a la vez
La forma de cómo conduciremos en el futuro está más cerca. Aunque mejor habría que decir que el futuro nos traerá fórmulas para no conducir. ¿El motivo? Una investigación española que emplea un sistema de posicionamiento desarrollado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) el vehículo autónomo bautizado Platero ha logrado completar un recorrido de aproximadamente 100 kilómetros sin necesidad de ser manejado por un conductor. Durante la prueba, la investigadora del Centro de Automática y Robótica (centro mixto del CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid) Teresa de Pedro, responsable del proyecto, ha expresado que “Platero representa el futuro de la conducción, en el que el vehículo es capaz de desplazarse de forma autónoma para satisfacer las necesidades humanas”. Aunque aún falta mucho trabajo para que las vías estén pobladas por coches autónomos, De Pedro considera que este “es un gran avance para crear una infraestructura de transporte más eficiente y segura”.
El mecanismo de Platero es el fruto del proyecto Autopía, que lleva desarrollándose desde hace más de 15 años. El sistema de navegación permite al vehículo conocer su posición con un margen de error de 50 centímetros, y gracias a un sistema de visión artificial, puede reconocer la calzada y los obstáculos que puedan aparecer en ella. Por su parte, el sistema de conducción automática permite al coche simular el comportamiento de un conductor humano y tomar sus propias decisiones en función del estado del tráfico y la vía.
Tecnología Autopía
A través de un sistema de comunicación entre vehículos, durante el recorrido, Platero ha seguido las indicaciones del coche guía Clavileño situado un tramo por delante de él. De Pedro explica: “En este caso, hemos utilizado un coche guía debido a que los navegadores convencionales no tienen mapas con la suficiente precisión ni están totalmente actualizados en términos de desvíos y accidentes”.
Clavileño transmite su trayectoria a Platero con mensajes de su posición enviados 10 veces por segundo. El vehículo automático conoce su propia posición y hacia la que debe dirigirse, por lo que el sistema Autopía actúa sobre los mandos del vehículo para obtener la conducción autónoma.
Cuando el vehículo conoce las condiciones exactas de la calzada es perfectamente capaz de circular sin la presencia de un coche guía. Por este motivo, Platero no imita los movimientos del vehículo de referencia, simplemente recibe su información y actúa en consecuencia.
El experimento
Con salida en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial y llegada en la sede el Centro de Automática y Robótica en Arganda del Rey (ambas localidades en Madrid) el experimento, ejecutado en vivo y en directo, se ha realizado a una velocidad media de 60 kilómetros por hora, escoltado por agentes de la Guardia Civil. Además, el trayecto ha sido registrado desde el centro de pantallas de la Dirección General de Tráfico.
La primera parte del recorrido ha tenido lugar por vías urbanas desde la lonja del complejo monumental hasta la carretera M-600. Ambos vehículos se han mantenido en esta vía hasta incorporarse a la AP-6/a-6. El trayecto por la autovía se ha realizado en sentido Madrid hasta la llegada a la M-50, por la que han discurrido hasta alcanzar la A-3, recorrida hasta la Salida 22, que corresponde al punto de acceso para llegar al Centro de Automática y Robótica. En total, Platero se ha desplazado de forma autónoma a lo largo de unos 100 kilómetros.
15 años de investigaciones
El nacimiento de Autopía se remonta al año 1996. Desde el principio, su desarrollo ha estado marcado por la obtención de numerosos proyectos de investigación con financiación nacional e internacional. Actualmente, recibe recursos a través de dos proyectos del Plan Nacional de I+D+i: el proyecto Guiade y el proyecto Onda-f. Guiade pretende el guiado automático de vehículos de transporte público mediante percepción multimodal para mejorar la eficiencia. Por su parte, Onda-f persigue que los coches automáticos y los convencionales puedan coexistir en el mismo entorno.