¿Cuántos perros de raza hay en España?
España es uno de los países de la Unión Europea con menor porcentaje de perros de raza, según los datos que ofrece la Real Sociedad Canina de España (RSCE), organización canina más antigua de España. Esta entidad ha presentado el informe ‘La cría en domicilio y los perros de raza como herramientas para una política de Bienestar Animal’, cuyo principal resultado muestra que nuestro país se encuentra en el puesto número 20 de los 26 estados miembros analizados en cuanto a la proporción de perros de raza. En cifras, solo un 9,5 % de los perros son de raza frente a la media del 20 % de la Unión Europea.
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En España hay pocos perros de raza
Las cifras de la RSCE apuntan a que solamente 9 de cada 100 perros son de raza en España, frente a la media de los 20 de cada 100 del resto de estados miembros de la Unión Europea. Unos datos que enmarcan y relacionan con la tasa de abandono de animales. En concreto, desde esta entidad detallan que, a nivel estadístico, “está probada la relación entre el mayor porcentaje de perros de raza y menor maltrato y abandono”, explica la entidad.
En el caso particular de España, según indica esta organización, esta escasa presencia de perros de raza podría ser una de las causas del nivel de abandono de perro. A lo que añaden que, de forma específica, “el abandono entre los perros de raza en España es marginal, puesto que solamente afecta al 5 %”, indican. Estos son los datos que se desprenden de un reciente estudio del Colegio Oficial de Veterinario de Madrid en el que ha participado la Comisión Científica de la RSCE.
Detrás de España en el porcentaje de perros de raza solamente se encuentran los siguientes: Hungría, Portugal, Polonia, Bulgaria, Rumanía y Turquía, que, según explican desde la organización canina, “también presentan altas tasas de abandono”.
A mayor número de perros de raza, menor abandono
Los expertos de la RSCE establecen una “relación directa entre el mayor porcentaje de perros de raza y menor maltrato y abandono“. Detallan que se trata de una relación que consideran “evidente” al observar cómo los países europeos con mayor porcentaje de perros de raza son a su vez los que tienen menores tasas de abandono y mayores ratios de bienestar animal. En datos, los cinco países con menos abandono en los países de Europa son los que poseen un mayor porcentaje de perros de raza. Son los siguientes:
- Finlandia, con el 61,35 % de proporción de perros de raza sobre el total
- Suecia, donde este porcentaje se sitúa en el 59,03 %
- En Noruega el dato asciende al 58,63 %
- En Irlanda el porcentaje se sitúa en el 43,45%
- En Dinamarca este dato es del 34,97 %
Esta es una de las principales conclusiones del informe presentado por la RSCE. Organismo que establece la correlación directa entre el número de perros de raza que hay en un país y la tasa de abandono registrada. Ello se debe, explican, en muchas ocasiones, a la “gran labor de los criadores responsables, que crían fundamentalmente perros de raza a escala familiar con dedicación y entrega”.
La RSCE remarca la figura del criador responsable
Los criadores, explican desde la RSCE son los verdaderos garantes del bienestar animal, puesto que “promueven una adquisición meditada cuando se trata de incorporar a un perro a una familia“. Aportan asesoramiento y ayuda de por vida. Por ello, son los que tienen el papel más importante en la lucha contra el abandono y que desarrollan una trazabilidad de acuerdo a los estándares de la Federación Citológica Internacional, organización canina más importante a nivel mundial.
Entre sus funciones principales, consiguen conservar el rastro de los orígenes del perro, al existir un repertorio cada vez mayor de pruebas de salud. Incluyen en muchos casos con su huella genética o ADN. Desde la RSCE explican que todos los cachorros que pasan por las manos de un criador están debidamente identificados, lo que favorece la predictibilidad de comportamiento y carácter, que impide que sean abandonados con impunidad. Otras medidas que asumen estos criadores, explican, es la inscripción de las camadas en los libros genealógicos de la Real Sociedad Canina de España, así como la implantación de un microchip o toda una serie de actividades, pruebas y test psíquicos y físicos que quedan recogidos en el historial de cada perro.