Cuándo puede el propietario desahuciar a un inquilino por impago
¿Un propietario puede desahuciar a un inquilino por no pagar? Sí, puede hacerlo. De manera general, los impagos de la renta son un motivo más que suficiente para poner fin a la relación contractual entre las partes, pero es importante tener en cuenta el proceso a seguir, así como las excepciones a la norma.
En la práctica, es posible poner fin a un contrato de alquiler de vivienda siempre que se produzca un incumplimiento de alguna de las cláusulas redactadas, como la falta de pago de la renta. Pero el proceso de ejecución de desahucio cambia tras la entrada en vigor de la nueva ley de Vivienda, que establece determinadas excepciones a la norma con el objetivo de proteger a los inquilinos más vulnerables. O que están pasando una mala racha y no pueden hacer frente al pago de las cuotas.
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Qué pasa si dejo de pagar la renta
No pagar la renta supone un incumplimiento de contrato por parte del inquilino y, por tanto, el propietario está en su derecho de rescindir el contrato de alquiler. Esto quiere decir que con solo un mes que no se pague, el propietario podrá hablar con el inquilino y, en caso de no poder hacer frente a las cuotas, invitarle a que abandone la vivienda.
Una situación que está respaldada por ley, dado que la Ley de Arrendamientos Urbanos señala que los propietarios están en el derecho de llevar a cabo las acciones legales pertinentes en el momento en el que el inquilino no paga.
¿Y si no puedo pagar el alquiler?
Unos meses malos puede tenerlos cualquier persona. Por ello, lo recomendable en este tipo de situaciones es mantener una comunicación entre las partes para llegar a la mejor solución posible. Y evitar recurrir a la vía judicial, dado que supone una pérdida de dinero y alarga el proceso en el tiempo. Desde solicitar un aplazamiento o prórroga de las cuotas del alquiler, hasta cualquier otra situación que pueda beneficiar a ambos y evite acudir a los juzgados.
En qué casos el propietario puede desahuciar
La nueva Ley de Vivienda ha introducido cambios sustanciales en la forma en la que un propietario puede echar o desahuciar a un inquilino de la vivienda. Y los casos en los que no puede hacerlo. Precisamente, una de las grandes polémicas acerca de la nueva normativa tiene que ver con que se dificulta la desocupación de un piso con la nueva ley de vivienda.
En concreto, la normativa busca proteger a las personas vulnerables frente a los desahucios. Por ello, ante situaciones de impago, el propietario puede recurrir a la vía judicial. Pero será esta quien determine si se procede o no y tomar las medidas correspondientes.
Para ello, deben tenerse en consideración algunos parámetros, como el nivel de ingresos de los inquilinos. Y acudir a los distintos organismos y administraciones públicas para acreditar que la persona se encuentra en situación de vulnerabilidad. Con los datos sobre la mesa, son las autoridades judiciales las que deben determinar el método específico a proceder en cada caso.