¿Cuál es la mejor hora para cenar y no engordar?

Cenar pronto
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NOTICIA de Javi Navarro
28.01.2024 - 18:37 CET    Actualizado 23.01.2025 - 12:36 CET

¿Cenar pronto o tarde, cuándo es mejor? ¿Y cuánto tiempo debe pasar desde que se termina de cenar hasta acostarse para no engordar? Numerosos estudios advierten del riesgo de obesidad que experimentan las personas que cenan tarde debido a la alteración de los ritmos circadianos que impiden el correcto desarrollo del metabolismo.

Por tanto, si lo que buscas es perder peso, además de llevar una dieta equilibrada, hay otros factores importantes a tener en cuenta. Pero lo primero a tener en cuenta es que no existe una hora exacta o ideal para todo el mundo en la que cenar, sino que depende de la rutina y hábitos particulares de cada persona.

La mejor hora para cenar: Un margen mínimo de entre 2 y 3 horas antes de dormir

Lo primero que hay que tener en cuenta es que no hay una hora exacta que sea mejor que otra, sino que depende de los hábitos y rutinas de cada persona. Aunque en lo que sí coinciden muchos estudios es que se recomienda dejar un margen de tiempo entre la cena y acostarse para no alterar los ritmos circadianos del organismo. De tal manera que el metabolismo pueda hacer su función y reducir así el riesgo de obesidad que existe por cenar tarde y acostarse casi de seguido.

Así, lo recomendable es dejar, como mínimo, un par de horas o incluso tres después de cenar antes de irse a dormir. De tal manera que si una persona se acuesta a las 23:00 horas de la noche, lo recomendable es que cene en torno a las 21:00 horas. Mientras que si se acuesta después, tiene margen para cenar algo más tarde.

Cenar tarde propicia el aumento de peso

La Universidad de Harvard ha llevado a cabo un estudio experimental de dos grupos de personas con obesidad. Un análisis en el que sometió a estas personas a cenar en dos franjas horarias distintas. El primer grupo, cenaba unas seis horas antes de acostarse y el segundo, unas dos horas antes. El experimento se hizo con dietas idénticas durante un periodo de seis días. Durante estas jornadas, los científicos midieron las hormonas que regulan el apetito, así como la temperatura corporal, el gasto de calorías y las células grasas de los participantes de cada grupo.

El ensayo, publicado en Cell Metabolism, destaca, tras el análisis de los resultados, que el grupo que cenaba más tarde aumentó el hambre de los participantes, disminuyó la cantidad de calorías que quemaban y promovió el almacenamiento de grasa. Con el tiempo, esos efectos podrían provocar un aumento de peso, concluye el estudio. Y añade que, “si bien no está de más cenar tarde de vez en cuando, trate de no convertirlo en un hábito”.

Otro estudio, esta vez titulado ‘El impacto del horario de las comidas en el riesgo de aumento de peso y desarrollo de obesidad: una revisión de la evidencia actual y las oportunidades para la intervención dietética‘ y publicado en National Library of Medicine, ofrece una conclusión en la misma línea. En concreto, señala que el momento en que se toma la comida, en relación con la hora del día, se considera cada vez más importante a la hora de implementar cambios en la dieta para abordar la creciente carga de la obesidad, aunque se requiere más investigación.

Y concluye que existe una evidencia emergente de que el momento de la ingesta de alimentos puede afectar en el aumento de peso y de la adiposidad. De tal manera que las cenas tardías y nocturnas impactan de forma negativa en la regulación del peso y, con el tiempo, “favorece el desarrollo de obesidad”, añade.

Mayor riesgo de obesidad en niños si cenan tarde

Los riesgos para la salud de cenar tarde es un aspecto que no afecta a todos por igual, ya sean niños o adultos. Así se evidencia del análisis ‘Comer tarde se asocia con obesidad, marcados inflamatorios y alteraciones circadianas en niños en edad escolar‘, publicado en la editorial de revistas científicas MDPI.

Esta investigación concluye que el horario de la cena es un factor de gran importancia y que se relaciona directamente con la obesidad en los niños que se encuentran en edad escolar. Los datos del estudio señalan que los menores que cenaban tarde tenían 2,1 veces más probabilidades de tener sobrepeso que los que cenaban pronto.

El estudio también ofrece una visión circadiana de las principales alteraciones fisiológicas asociadas a una cena tardía, puesto que las personas que terminan tarde de cenar experimentan modificaciones en los patrones de la temperatura corporal y en los niveles de cortisol.

Por otra parte, también puedes tomar una cena ligera o seguir los consejos de nutricionistas para cenar sin engordar, además de no tomar determinadas frutas que no son buenas para cenar.



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