Crece la inquiocupación de inquilinos que solo pagan los primeros meses de alquiler

Crece la inquiocupación de inquilinos. Un fenómeno en el que las personas firman un contrato de alquiler, entran a vivir, realizan el correspondiente pago de una o dos mensualidades y de forma automática dejan de pagar, pero sin dejar la vivienda. Una nueva modalidad de ocupación de viviendas que sigue una tendencia al alza en el país. Esta es una de las conclusiones presentadas por el informe elaborado por El Institut Cerdà y el Colegio de Economistas de Cataluña acerca de la ocupación ilegal en España.

El informe es una actualización del análisis de la ocupación ilegal de viviendas en España. En una revisión del primer informe que emitió en el año 2016 y que deja algunas conclusiones llamativas. De manera general, tras el análisis de estos siete años, se detectan algunos cambios de intensidad y concentración del fenómeno, así como en los perfiles o modelos de la gestión de la ocupación.

El perfil de los okupas en España

El perfil de la ocupación, existe una evolución del protagonismo de las familias vulnerables que son desahuciadas y que ocupan directamente. Aunque también destaca el perfil de otras personas que ocupan como forma normalizada de acceso a la vivienda a través de mafias y grupos organizados, prácticamente como morosos profesionales.

Llama la atención que crece de forma notable la inquiocupación, un fenómeno mediante el que el inquilino entra a la vivienda pagando una o dos mensualidades de alquiler, pero transcurrido este tiempo, deja de pagar y mantiene la ocupación de la vivienda.

Otra de las conclusiones del estudio señala que el perfil del ocupante conflictivo sigue siendo minoritario, en torno a un 10 %, según recogen de los datos municipales cuantificados.

Disminuye ligeramente la ocupación ilegal de familias

Desde el año 2016, la entidad señala que se aprecia una “cronificación del fenómeno“, situación que contrasta con el ligero descanso de la cifra de familias ocupantes, que en el año 2016 se situaba en las 87.600 familias (unas 262.500 personas). En este último informe, la cantidad de familias en esta situación con datos a fecha de finales del año pasado es de 78.800.

Este ligero descenso, explican en el informe, se debe determinadas actuaciones:

• La disminución de viviendas vacías
• Gestión más proactiva de los parques de vivienda por parte de los operadores públicos y privados
• Generalización de las medidas preventivas y de protección
• Efecto de las medidas de desalojo cautelar
• Influencia de las medidas públicas de protección social

Qué tipo de viviendas son las que más se ocupan

¿Cuáles son los pisos que más buscan los ocupas? Los datos del informe revelan que la ocupación de viviendas se concentra en los parques de los grandes tenedores, entre el 75 y el 80 %. Por su parte, las ocupaciones de viviendas de particulares se vuelven más esporádicas.

El estudio detecta que en los últimos años está creciendo la ocupación de locales en plantas bajas, lo que supone una preocupación, en especial, para los Ayuntamientos, por el impacto más directo que esto puede tener en la vía pública, detallan en el informe.

De forma paralela, se detecta un incremento de la percepción de ocupación de viviendas en los parques públicos y en los de entidades de economía social o cooperativas como la vía de acceso más efectiva a una vivienda sin que exista riesgo para las personas que las ocupan. Ello, a pesar del agravio comparativo que supone para aquellas otras personas en situación de vulnerabilidad y en lista de espera para acceder a ellas, detallan.

En cuanto a la sensación de la sociedad respecto a esta situación, el informe detalla que la sensación generalizada es que “la ocupación apenas comporta riesgos y que el conflicto hoy tiene mayor presencia en debates públicos y mediáticos”. De tal manera que se advierte que la polarización del debate y el uso de la política perjudican a la gestión racional del fenómeno, llegando, en ocasiones, a no realizar ningún tipo de actuación.

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