Crean un motor de hidrógeno que aprovecha mejor aún el combustible utilizado
Dos estudiantes de la Universitat Politècnica de Catalunya. BarcelonaTech (UPC) de Ingeniería Técnica Industrial se preguntaban cuando iban a clase cómo ahorrar en el combustible que emplean los coches. Su curiosidad respecto al tema fue más allá y, después de un año y medio de trabajo, en su proyecto de fin de carrera han encontrado la respuesta: un equipo de generación y combustión de hidrógeno. Este motor de 1,4 litros de cilindrada que consume un 20 % menos de combustible que uno de habitual.
Para conseguirlo, Raúl Novillas y Roger Casas han disociado las partículas de agua mediante un proceso electrolítico para obtener un gas formado de hidrógeno y oxígeno puro. Esta mezcla alimenta, junto con la gasolina, un motor convencional. El hidrógeno hace que la explosión del carburante sea más violenta, mientras que el oxígeno alarga la cremación, de manera que el combustible se aprovecha mejor.
Aunque el motor de hidrógeno ya está inventado, los autores del trabajo han introducido una serie de pequeñas e interesantes innovaciones aplicables a los futuros vehículos de hidrógeno. Así lo ha reconocido el jurado del XV Premio Domènec Valero, que les ha otorgado el primer premio por su proyecto de fin de carrera, dirigido por José Juan de Felipe, profesor del Departamento de Máquinas y Motores Térmicos.
El proceso creativo
La pasión por los vehículos y los motores llevó a los estudiantes a interesarse por los motores de hidrógeno. Constataron que la mayoría de la investigación se ha hecho en los Estados Unidos y que en el ámbito europeo la información técnica era escasa. “Encontramos algunos esquemas, algunas fotos, nada muy claro”, explica Roger Casas. Empezaba el reto de crear.
A pesar de los cálculos previos al inicio de la construcción, en realidad se encontraron trabajando bajo el método de prueba y error. Durante un año y medio el garaje de casa de Roger se convirtió en laboratorio. Lo más difícil fue perfeccionar las medidas de seguridad para poder trabajar con el hidrógeno, “un gas extremadamente inflamable”, explican. “Sabíamos que necesitábamos un compartimento entre el tanque del gas y el del combustible, pero desconocíamos cómo hacerlo”, recuerdan. Después de algunos sustos y muchas horas de trabajo encontraron la solución en forma de depósito de agua conectado a los tanques mediante válvulas sin retorno.
Este equipo de generación y combustión de hidrógeno consigue hasta un 20 % de ahorro energético durante los primeros 20 minutos de funcionamiento. Después el rendimiento baja y la máquina expulsa algunas substancias el origen y la naturaleza de los cuales son desconocidos para los jóvenes. Casas y Novillas querrían continuar la investigación, pero aseguran que necesitan “un equipo de trabajo más grande, sobre todo la ayuda de un químico, conocimientos de otras áreas y la implicación de alguna empresa”.