Consejos para sobrevivir a la suegra en vacaciones

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NOTICIA de Javi Navarro
21.07.2014 - 18:53h    Actualizado 28.02.2023 - 13:14h

Las esperadas vacaciones pueden, en ocasiones, irse al traste cuando nos hacemos a la idea de las reuniones y encuentros familiares que tenemos por delante y que, teniendo en cuenta los antecedentes, generarán más tensión de la debida y acabarán con cualquier atisbo de relax, paz y alegría. Tampoco se presentan como idílicas las vacaciones cuando es la pareja la que está atravesando por un mal momento. ¿Y qué sucede cuando las vacaciones nos obligan a compartir techo con la suegra? En ‘Amor del Bueno’, un ensayo de Mila Cahue, nos dan las claves para sobrevivir a la suegra y a la familia en vacaciones sin morir en el intento.

No siempre las vacaciones familiares son lo que son esperamos, ¿o sí? Lo cierto es que una cuestión de actitud y de respetar opiniones y espacios. Las reuniones familiares, propias de las vacaciones o de los días de descanso veraniego, pueden disparar la tensión y dar al traste con la perseguida tranquilidad y descanso de las vacaciones. Para evitarlo, y sobre todo para que las vacaciones no generen un problema en la pareja, entre una y dos semanas antes hay que empezar a planificar el destino o las actividades a realizar.

¿Vacaciones en casa de los padres?
Si durante unos días vamos a estar en casa de los padres, son sus normas las que prevalecen, y si no estamos de acuerdo, lo mejor será buscar otro sitio. Por su parte, para que la convivencia no se convierta en un problema, los padres también tienen que poner de su lado, por ejemplo, dejando a los hijos su espacio. Éstos, por su parte, deben respetar su estilo de vida, sus horarios y sus costumbres, aunque no coincidan con las suyas.

En el caso contrario, es decir, cuando son los padres los que durante las vacaciones se trasladan a casa de sus hijos, son éstos los que deberán adaptarse a su forma de vida y costumbres. Si cada uno tiene sus espacios personales, y respeta los del otro, no habrá ningún problema de convivencia. Lógicamente, tanto en un caso como en el otro, la hospitalidad es importante. Cuando recibimos invitados o familiares en casa, hay que procurar ser menos rígidos con nuestras costumbres, tratando de agradar y sobre todo de que sientan cómodos y a gusto en nuestra casa.

 

Vacaciones en armonía
Siguiendo los consejos de la psicóloga, especializada en parejas, Mila Cahue podremos disfrutar de unas vacaciones en armonía y sin disputas familiares. Tomamos nota:

  1. La familia más importante es que la creamos, no nuestra familia de procedencia, algo que hay que tener en cuenta a la hora de planificar las vacaciones.
  2. No dejar para el último día la planificación de las vacaciones. Al menos una o dos semanas antes conviene que la pareja comience a planificar qué hacer los días de descanso, con quién los pasará y qué actividades les gustaría realizar.
  3. – De igual manera, no hay que comunicar a última hora a las respectivas familias los planes para las vacaciones. Aunque en algunos casos se intente evitar el conflicto, es mejor avisar con antelación para que la familia, si no está de acuerdo con los planes, pueda decidir a tiempo qué hacer.
  4. – Aunque las vacaciones se pasen en familia, la pareja debe buscar momentos exclusivos para ellos, sin padres y sin hijos.
  5. – Si, por cualquier motivo, la relación con la familia no atraviesa un buen momento o hay algún conflicto, lo mejor es acortar la estancia o la visita. En ocasiones, tomar un café puede ser más que suficiente.
  6. – Si, por ejemplo, uno de los miembros de la pareja quiere estar más tiempo con su familia pero el otro no, hay que consensuarlo antes, para que la parte que no va a ir pueda organizarse y dedicar ese tiempo a otra actividad. Asimismo, es aconsejable cerrar la jornada con alguna actividad juntos para romper la sensación de que la separación no haya sido consensuada.
  7. Si se prevé alguna situación conflictiva con la familia, es importante que la pareja haya consensuado de antemano cómo van a actuar, por ejemplo, cambiando de tema de conversación o cambiándose de sitio sin darle mayor importancia. Lógicamente, ambos tienen que estar de acuerdo para que la situación genere aún mayor tensión en la pareja.
  8. Hay que evitar las decisiones unilaterales ante una situación inoportuna. En estos casos, antes de actuar, conviene tomarse unos minutos para pensar, aunque sea escondiéndose en el baño.
  9. Controlar lo que se dice y lo que se hace. Es mejor relativizar o tratar de mininizar las situaciones para evitar los conflictos. Hay que buscar la parte positiva a la situación, algo que será mucho más sencillo si se cuenta con el apoyo de la pareja.
  10. Darse una pequeña alegría. Si todo ha salido según lo previsto, y las vacaciones no han sido tan sacrificadas como parecía, es bueno darse una alegría o recompensa para reforzar los vínculos de la pareja.



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