151 consejos para el autocuidado personal
En esta mega guía te ofrecemos 151 consejos y recomendaciones útiles para el cuidado responsable de la salud, puesto que depende de la práctica de unos hábitos saludables que detallamos a continuación.
Con esta lista queremos aportarte todas las ideas y consejos para que tu calidad de vida mejore. Con estos consejos podrás llevar una vida más saludable y en consecuencia hacer que te sientas mejor tanto a nivel físico como a nivel psicológico.
Contenido de la información:
Alimentación
La salud de nuestro cuerpo guarda una dependencia directa respecto a los alimentos que ingerirnos. En cierto modo, somos lo que comemos.
- Una alimentación sana es decisiva para mantener la salud en todos sus aspectos: crecimiento y desarrollo, rendimiento físico e intelectual y prevención de enfermedades.
- Una dieta equilibrada se distribuye aproximadamente así: 60 % hidratos de carbono, 30 % grasas y 10 % proteínas. También son imprescindibles las vitaminas y los minerales.
- El consumo insuficiente de frutas y verduras y el mayor consumo de alimentos con alto contenido en grasas y azúcares son factores de riesgo claves para el desarrollo de enfermedades crónicas como las cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial y ciertos tipos de cáncer.
- La regla principal es llevar una dieta variada y equilibrada.
- La variedad de alimentos es fundamental para compensar las carencias de unos con otros: hay que comer de todo para estar bien alimentado. Pero no hay una dieta ideal. Podemos cubrir nuestras necesidades nutritivas con dietas muy diversas.
- Las necesidades energéticas de cada persona varían en función de su sexo, edad, complexión y actividad que realiza. Conoce cuantas kilocalorías necesita tu cuerpo al día y ajusta tu alimentación.
- Los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), las patatas y las legumbres deben constituir la base de la alimentación, de manera que los hidratos de carbono representen el 50 % aproximadamente de las calorías de la dieta.
- Se recomienda que las grasas no superen el 30 % de la ingesta diaria, debiendo reducirse el consumo de grasas saturadas y ácidos grasos trans (margarinas).
- Las proteínas deben aportar entre el 10 % y el 15 % de las calorías totales, debiendo combinar proteínas de origen vegetal y animal.
- Se debe incrementar la ingesta diaria de frutas, verduras y hortalizas, hasta alcanzar, al menos, 400 gramos diarios. Es decir, como mínimo, cinco raciones al día de estos alimentos, procurando no sustituir la fruta fresca por fruta en conserva, mermeladas o compotas.
- Procura beber un litro y medio de agua al día y evita bebidas azucaradas que contienen numerosos edulcorantes.
- Los alimentos ricos en fibra (espinacas, garbanzos), al igual que los integrales, facilitan el tránsito intestinal y combaten el estreñimiento.
- Reduce el consumo de sal. Teniendo en cuenta la sal que añades en la preparación de las comidas y la que contienen los productos elaborados, no debes sobrepasar los 5 gramos al día.
- Toma pocos alimentos azucarados. Nos sustituyas el postre de frutas por postres dulces.
- Compra poca bollería y alimentos preelaborados. Suelen contener grasas saturadas que perjudican nuestras arterias.
- Para los niños es fundamental tomar leche, queso, yogur, mace, pescado, huevos, frutas y verduras. No les des bebidas excitantes (café, té), bebidas gaseosas, ni, por supuesto, bebidas alcohólicas.
- Come con tranquilidad. Comer deprisa y masticar poco suele ocasionar digestiones pesadas.
- Lo ideal es tener un horario de comidas regular, similar todos los días. Reparte tu alimentación en 4 o 5 comidas ligeras.
- Es importante hacer un desayuno más energético compuesto por lácteos, cereales y frutas que te dé fuerzas para afrontar la jornada.
- A la hora de cocinar, resulta más sana hervir los alimentos, hacerlos al vapor, a la brasa o a la plancha, que freírlos o rebozarlos.
- Comer fuera de casa no debería ser obstáculo para llevar una correcta alimentación. En bares y restaurantes pide alimentos saludables.
- El trabajo fuera del hogar de todos los miembros no debe impedir una alimentación equilibrada. Se pueden preparar menús rápidos y sencillos, que sean sanos, sin necesidad de estar horas en la cocina.
- Ningún alimento por sí solo proporciona salud. Una vida saludable tiene que ser resultado de una combinación de productos sanos que compongan una dieta equilibrada.
- En el caso de los alimentos funcionales (aquellos a los que se les ha añadido alguna sustancia – bacterias, omega-3, calcio, vitaminas, etc. – con la pretensión de influir sobre nuestro estado de salud), recuerda que estos no curan ni previenen por sí solos y no son indispensables en la dieta. Una persona sana que sigue una dieta equilibrada ya ingiere todos los nutrientes que necesita, sin recurrir a esta nueva categoría de alimentos.
- Si te alimentas bien tampoco necesitas suplementos vitamínicos o minerales. Solo el médico debe decidir si conviene tomar vitaminas o minerales en determinadas circunstancias o épocas de la vida.
- Después de cada comida, cepíllate los dientes. Una boca sana y una dentadura fuerte, capaz de triturar bien los alimentos es el primer paso para una buena nutrición.
- Controla los factores de riesgo como el colesterol, la hipertensión, y acude periódicamente a algunas revisiones médicas importantes.
- Responsabilízate de tu salud: acude a los análisis o pruebas que te pidan, toma los medicamentos prescritos y sigue unos hábitos de vida saludables.
- Mantén tu peso ideal. Las personas obesas son mas propensas a padecer enfermedades cardiovasculares (infarto de miocardio, angina de pecho … ) ya que suelen tener una presión sanguínea alta (hipertensión) y un elevado nivel de colesterol.
- Conviene medirse la tensión arterial y hacerse un análisis de colesterol periódicamente.
- Acude al médico no solo cuando estés enfermo y hazte revisiones médicas cada cierto tiempo.
- Intenta mantener una relación personalizada con tu médico de familia. Él valorará mejor que nadie tu estado de salud.
- Para la mujer es aconsejable someterse a revisiones ginecológicas para prevenir ciertos tipos de cáncer.
- En caso de embarazo, debemos seguir un control médico minucioso. Durante la menopausia la visita al ginecólogo es importante para prevenir la osteoporosis (debilitamiento de los huesos por falta de calcio) y los problemas cardíacos (riesgo coronario).
- Si tienes hijos menores de edad, responsabilízate de su salud llevándoles al pediatra siempre que sea necesario.
- Si tienes predisposición genética o familiar a ciertas enfermedades, vigila muy especial mente la posible aparición de cualquier síntoma relacionado con ellas.
- Ayuda a tu cuerpo a sentirse cómodo. Usa zapatos anchos, no te ciñas demasiado el cinturón ni la ropa interior; mantén siempre la espalda recta y si tienes que levantar objetos desde el suelo dobla las piernas.
- Dormir bien es fundamental para mantener un buen estado de salud. Para ayudarte a descansar durante la noche, respeta siempre el mismo horario de levantarte y acostarte.
- Para conciliar bien el sueño y evitar en lo posible el insomnio, no tomes café, té ni bebidas excitantes desde unas horas antes de irte a la cama. Acuéstate al menos una o dos horas después de cenar.
- Hacer ejercicio tiene múltiples efectos beneficiosos: previene las enfermedades cardiovasculares, estimula los músculos, reduce el riesgo de hipertensión, reduce la fragilidad de los huesos (osteoporosis) y favorece la circulación sanguínea.
- Elige un tipo de ejercicio que te guste para hacerlo llevadero. Practicarlo regularmente para que sea efectivo.
- Cualquier edad es buena para empezar.
- Si vas a empezar a hacer un deporte consulta antes con tu médico. No lo inicies de forma brusca, el entrenamiento debe ser progresivo.
- Para evitar lesiones, cada sesión debe comenzar con ejercicios de calentamiento, y concluir con suaves estiramientos y respiraciones profundas.
- Caminar es el ejercicio más sencillo, y esta al alcance de todos. Camina como mínimo media hora al día, y preferiblemente una hora. Además, si la distancia te lo permite, ve a pie, en vez de en coche o en autobús. Si no, bájate un par de paradas antes de legar a tu destino. Busca ocasiones o pretextos para caminar: una visita, una compra pendiente…
- El ejercicio más completo para el cuerpo es la natación, Anímate a ir a una piscina -cubierta o no, según la estación, – tres veces cada semana. En verano, puedes seguir esta ronda de ejercicios para adelgazar en la piscina.
- En casa, puedes andar en una bicicleta estática. Si vives en un piso no demasiado alto, olvídate del ascensor y sube y baja por las escaleras.
- Nunca te pongas como excusa que no tienes tiempo. Hacer ejercicio no es perder el tiempo, es ganarlo en beneficio de tu propia salud.
Medicamentos
Los medicamentos son, sin duda, necesarios y beneficiosos, pero hay que tornarlos bajo control médico y con criterio restrictivo. Como norma, evita automedicarte y abusar en el consumo de fármacos, puesto que puede resultar nocivo para tu salud.
- No te automediques nunca. Autor recetarse sin previa consulta al médico puede ser muy peligroso.
- Tampoco tomes medicamentos que han sido recetados para otra persona, aunque haya síntomas parecidos a los tuyos. No aconsejes tus medicinas a tus parientes a amigos, pese a que a ti te sienten bien.
- Cumple siempre can las dosis, horarios y duración del tratamiento prescritos par tu médico. No los tomes más días de lo necesario, ni los dejes antes de tiempo. El uso incorrecto de los medicamentos te puede hacer sentirse más enfermo, en lugar de mejor, a incluso tener que acudir a los servicios de urgencia.
- Si has olvidado tomar una a varias dosis no intentes compensar el olvido tomándolas todas a la vez; pide consejo sabre que hacer, puesto que la solución puede ser distinta según se trate de un medicamento u otro.
- Asegurarte de haber entendido bien al médico sobre si debes tomar los medicamentos mientras comes, inmediatamente después de comer, o con el estómago vacío, puesto que la comida puede interferir en la absorción de los mismos.
- Ten en cuenta que los medicamentos se presentan en distintas formas farmacéuticas o preparaciones {comprimidos, cápsulas, inyectables, pomadas, etc.) Cada forma requiere unas instrucciones de uso, sobre su dosis, forma de tomarla, que es necesario conocer.
- Apunta y lleva el control de los medicamentos que tomas, así como de las posibles alergias. Tu médico puede necesitar estos datos.
- Todos los medicamentos tienen reacciones adversas. Ten especial precaución con los que producen somnolencia, si tienes que conducir o realizar labores de riesgo. Si sufres reacciones inesperadas debes comunicárselo al médico.
- Si ya tomas medicamentos recetados por tu médico, no tomes ninguno más por tu cuenta, puesto que los medicamentos pueden actuar entre sí, aumentando o anulando sus efectos. Si te falta la receta para comprar tu medicina, aquí te explicamos cómo conseguir una receta sin ir al centro de salud.
- No olvides leer el prospecto de los medicamentos, sus contraindicaciones y los efectos secundarios que puedan tener. Lee detenidamente las instrucciones y consulta al médico o al farmacéutico lo que no comprendas. Guarda siempre el prospecto en su envase correspondiente.
- Toma medicinas solo cuando sea necesario. En ocasiones, el médico puede aconsejar que cambies tu alimentación o hagas ejercicio físico en lugar de darte una receta. Confía en su consejo y no le insistas para que te recete algo si él no lo estima imprescindible.
- Mantén una actitud crítica ante la publicidad que nos bombardea para que compremos y consumamos medicamentos que no siempre nos convienen.
- No consumas ni hagas que otros consuman antibióticos sin previa receta médica. España es uno de los países europeos cuyos ciudadanos presentan mayor resistencia a la acción de los antibióticos como consecuencia del abuso de los mismos para curar procesos víricos (como la gripe, resfriados), y no bacterianos, que es para los que se prescriben. Diferencias entre gripe y coronavirus.
- Los niños son muy sensibles a la acción de cualquier medicamento. No les administres medicinas sin consultar antes al pediatra.
- Vacunas como la de la gripe solo están indicadas para personas mayores o especialmente vulnerables. Su administración indiscriminada puede reducir nuestra resistencia natural a diversas enfermedades.
- Ni siquiera las “inofensivas” vitaminas deben tomarse a la ligera y sin control. Si se toman en exceso, además de inútiles pueden ser perjudiciales.
- No tomes nunca pastillas supuestamente adelgazantes sin consultar con el médico.
- Participa en las decisiones en cuanto a tu tratamiento. Habla abiertamente con tu médico y exponle tus preguntas y preocupaciones. Infórmale de los medicamentos que consumes, bien porque te los ha recetado él antes, o porque los has obtenido tú sin receta (analgésicos, laxantes u otros medicamentos); adviértele si padeces alguna alergia o si tienes algún problema de salud. Así el médico sabrá que medicamento te conviene.
- Recuerda que tu cuerpo, tu salud y tu bienestar dependen del médico y de ti, por tanto, no temas preguntar todo lo que quieras saber sobre tu cuerpo, tu salud y sus cuidados.
- Si eres mujer y estás embarazada o amamantas a tu niño, no tomes ningún fármaco sin el visto bueno de tu ginecólogo.
- Si el coste del medicamento es una preocupación, puedes pedirle al médico un medicamento genérico. Por lo general, un medicamento genérico tiene un precio inferior al de marca comercial equivalente.
- Los medicamentos genéricos contienen las mismas sustancias medicinales que el medicamento de marca equivalente. Puedes tomarlos con total confianza, porque están garantizados por las autoridades sanitarias y están avalados por la investigación y comercialización de los laboratorios.
- Los medicamentos genéricos, por tanto, tienen las mismas propiedades, principios activos, dosificación y va de administración que el correspondiente medicamento de marca comercial.
- Podrás identificarlos por las siglas E.F.G. que significan Especialidad Farmacéutica Genérica, las veras en el envase y garantizan la seguridad, calidad y eficacia del medicamento.
- No caigas en el error de pensar que los medicamentos nuevos o los más caros siempre son lo mejor. El medicamento más caro no tiene por qué ser el más adecuado. A veces, el precio solo es consecuencia de haber empleado en su fabricación una tecnología más moderna o que el coste de investigación ha sido muy alto, pero esto no necesariamente está relacionado con su eficacia.
- Recuerda: los medicamentos no son artículos de consumo.
- Por tu seguridad, no guardes medicamentos, debes desecharlos cuando ya no los necesites. Algunos pierden su eficacia, otros se vuelven más potentes o sufren modificaciones peligrosas, y otros pueden haber sido retirados del mercado por producir efectos secundarios indeseables.
- Algunos medicamentos, al margen de su fecha de caducidad, son de corta duración una vez abiertos. Sigue las instrucciones del prospecto.
- No tires los medicamentos por el retrete ni a la basura. Debes llevarlos a la farmacia.
- Guarda siempre cada medicina en su caja, bien cerrada, y no las expongas a la luz solar. Tira los colirios que lleven abiertos más de un mes.
- Deja los medicamentos fuera del alcance de los niños.
- La obesidad implica serios peligros para la salud, pero no te atormentes porque te sobren unos pocos kilos. Casi nadie tiene una figura perfecta.
- Para mantener el peso ideal no debemos ingerir más calorías que las que nuestro cuerpo quema.
- Si quieres adelgazar, fíjate tu mismo una meta alcanzable: kilos que deseas perder, y tiempo para conseguirlo. Conciénciate de que empiezas una nueva etapa que te exige disciplina y fuerza de voluntad.
- Lo importante es cambiar algunos hábitos alimenticios para que mantengas el peso ideal mucho después de haber terminado tu dieta.
- Realiza una alimentación variada y equilibradas. Come de casi todo. Evita los azúcares, frutos secos o alcohol, y disminuye los que aportan más calorías: pan, cereales, patatas, carnes grasas, embutidos.
- Sírvete en platos pequeños, donde cabe menos cantidad.
- Toma porciones más pequeñas, aunque luego repitas. Deja algo en el plato y come despacio, saboreando cada bocado.
- Vigila lo que compras: es mucho más difícil autocontrolarse si tienes el frigorífico repleto de “tentaciones”. Haz la compra después de comer.
- Evita comer entre horas porque engorda más. Si tienes hambre toma fruta o infusiones.
- El adelgazamiento debe ser lento para que resulte eficaz. Si pierdes kilos en poco tiempo, es probable que vuelvas a engordar en pocas semanas.
- Aumenta la actividad física. El ejercicio te hará quemar calorías sobrantes.
- Nunca empieces un régimen severo o que incluya el consumo de productos supuestamente adelgazantes (pastillas, diuréticos, laxantes) sin consultar al especialista. Sigue sus controles periódicos.
- Se critica con los mensajes que siguen insistiendo en nuestro aspecto físico y promueven una delgadez extrema. La obsesión por el peso puede degenerar en anorexia, un trastorno muy grave que cada día afecta mas a los adolescentes y precisa tratamiento profesional.
- Beber demasiado alcohol puede causar alcoholismo, cirrosis hepática, cáncer de hígado, depresión, enfermedades psíquicas…
- Además, el alcohol provoca accidentes de tráfico, violencia familiar, accidentes laborales, perdida del puesto de trabajo, marginación, etc.
- No vincules tus relaciones sociales a la necesidad de tomar una copa.
- Beber a solas o a escondidas pueden ser un síntoma de conducta alcohólica. Vigila tu comportamiento.
- Evita especialmente tomar alcohol aisladamente, fuera de las comidas.
- Convéncete de que el alcohol no soluciona los problemas, ni alivia la soledad, ni hace olvidar, ni ayuda a ser feliz. Bien al contrario, agrava estas situaciones.
- La mujer embarazada debe abstenerse totalmente de ingerir alcohol porque aumentan los riesgos de malformaciones congénitas y retraso mental.
- Si tienes hijos menores de edad, no les ofrezcas nunca alcohol, ni siquiera en las celebraciones familiares. Evita beber en su presencia.
- Si tienes dependencia del alcohol plantéate la urgencia de dejarlo. Acude a tu centro de salud a pedir ayuda. La deshabituación exige la voluntad y colaboración activa del enfermo e incluso tratamiento médico.
- Fumar pude producir diversos tipos de cáncer y enfermedades cardiovasculares.
- El tabaco crea una fuerte dependencia física. Para librarte de este nocivo hábito es necesaria gran fuerza de voluntad.
- Mentalizarte de que vas a dejarlo. Piensa en los beneficios para tu salud, lo bien que te sentirás, y el dinero que vas a ahorrarte.
- Cualquier momento es bueno para dejar el tabaco. Elige un día determinado. Este debe ser inaplazable y no debe coincidir con una época de tensión.
- Los primeros días serán duros: la no llegada de nicotina a las células provoca síndrome de abstinencia. Bebe mucha agua o zumos naturales.
- Procura acompañarte de personas que no fumen. Haz una alimentación más sana. Distráete, ten las manos ocupadas. Mastica chicle. Haz ejercicio.
- No es cierto que fumar adelgaza, y que se engorda al dejar el tabaco. Si ganas unos kilos al principio porque al no fumar comes más, ya te ocuparas de perderlos más adelante.
- El tabaco también perjudica a los fumadores pasivos, que tienen que respirar el mismo aire viciado que quienes fuman. Hay que respetar sus derechos.
- Una vez que hayas abandonado este vicio, no se te ocurra probar ni un solo cigarrillo. Si caes en la tentación, es probable que vuelvas a fumar.
- Si estás embarazada no fumes.
- Busca a lo largo del día varias pausas breves para relajarte.
- Aprende a relajarte. Cierra los ojos, descansa la cabeza, deja las manos sueltas, relaja los músculos y concéntrate en tu respiración. Respira profunda y rítmicamente. Intenta no pensar en nada, o piensa en cosas agradables.
- Quédate unos minutos en ese estado de relajación. Después, sentirás que has recuperado vigor y tranquilidad y aliviado la tensión. La relajación no se improvisa, hay que aprenderla y practicarla.
- Si mantienes una actitud relajada afrontaras con serenidad el ritmo de vida rápido y te ayudara a dominar situaciones adversas.
- Evita las prisas y la impaciencia. Planifica tu tiempo para no llegar tarde y ten autocontrol en situaciones típicamente estresantes.
- El estrés y la ansiedad producen irritabilidad, dolor de cabeza, tensión, cansancio y dificultad para dormir.
- No abuses del café o el té. Carecen de valor nutritivo y estimulan el sistema nervioso.
- Descansa el fin de semana, y dedícalo a actividades diferentes de los días laborables y tómate las vacaciones que te corresponden.
- Convierte las horas de desayunar, comer y cenar en un rato para el descanso físico y mental. Siéntate a comer con tranquilidad, no lo hagas de pie.
- Echarte la siesta, ir de paseo, practicar tus hobbies … no es perder el tiempo. Al contrario, es ganarlo en beneficio de tu salud.
- El ejercicio físico también ayuda a expulsar la tensión.
- Duerme todos los días lo suficiente para sentirte descansado, y como mínimo, 8 horas seguidas.
- Nunca tomes somníferos ni tranquilizantes sin prescripción médica. Desencadenan importantes efectos secundarios.
- Procura mantenerte en forma a pesar de los años.
- Vigila tu peso. El organismo gasta ahora menos energía, por lo que se tiende a engordar. Consume pocas grasas y embutidos. Incrementa tu ración de frutas, verduras y leche.
- Establece una dieta adecuada y equilibrada. Bebe mucha agua. Reduce al mínimo la sal, que produce hipertensión arterial.
- Cuida tu cuerpo. Camina cada día al menos media hora.
- Realiza algunos ejercicios suaves para mantener el tono muscular.
- No seas sedentario ni inactivo. Trabaja can tu cuerpo y tu mente.
- Lee libros y la prensa, rehúye estar sentado durante horas delante del televisor. Los ejercicios mentales mantendrán ágil y despierta tu cabeza.
- Algunas tareas domésticas pueden resultar gratificantes y convertirse en un entretenimiento satisfactorio.
- No te aísles en ti mismo. Evita la soledad improductiva. Sal de casa, interésate par lo que ocurre a tu alrededor.
- Dedica atención a la afectividad familiar y a la relación con los amigos. Si ahora dispones de más tiempo libre, ve a visitarlos a toma la iniciativa de llamarles.
- No caigas en la fácil tentación de pensar que cualquier tiempo pasado fue mejor. Conserva un espíritu abierto para adaptarte a los cambios en tu cuerpo y tus circunstancias.
- Intenta ser optimista y positivo. Busca cada día una razón para alegrarte. No pierdas el sentido del humor.
- No abuses de los medicamentos. Toma solo aquellos que te prescribe el médico. Evita los tranquilizantes y los somníferos.
- No olvides seguir visitando de vez en cuando al dentista y hazte revisiones médicas aunque no estés enfermo.
- No abandones tu aspecto físico. Arréglate como cuando eras más joven. Cuida tu higiene personal. Te encontraras mejor y resultaras más agradable a los que te rodean.
- Apúntate a viajes, excursiones y salidas en los que puedas conocer nueva gente y otros lugares.
- los alimentos pueden ser un vehículo de intoxicaciones que pueden producir vómitos, mareos, colitis … e incluso requerir internamiento en un hospital. Es preciso guardar algunas normas de higiene y seguridad en su manipulación y conservación.
- Compra en establecimientos que merezcan tu confianza por higiene, calidad y buena conservación. Evita comprar alimentos en puestos ambulantes prohibidos que escapan a todo control sanitario.
- Nunca mezcles en la bolsa de la compra los alimentos con productos tóxicos, ya que puede contaminarlos si se sale su contenido.
- Guarda los alimentos en el frigorífico, desde que los compras hasta que los vayas a consumir. De forma especial en pescados, carnes, mariscos y derivados lácteos. Conserva separadamente los alimentos frescos de los ya cocinados.
- Si has cocinado y no los vas a comer de inmediato, espera a que se enfríe y guárdalo en el frigorífico. Nunca los dejes a temperatura ambiente, tampoco lo guardes en el horno.
- Lava muy bien las frutas y verduras.
- Para descongelar un alimento, pásalo a la zona de refrigeración del frigorífico y deja que se descongele lentamente durante varias horas. Un alimento descongelado nunca debe volver a congelarse.
- Cuando manipules los alimentos en la cocina, lávate frecuentemente las manos con jabón sobre todo si has ido al lavabo o tocado a un animal doméstico, evita estornudar o toser encima de los alimentos.
- Limpia adecuadamente las superficies y utensilios de la cocina, de forma especial si has manipulado los más proclives a transmitir infecciones como el pollo, cerdo o huevos. Lava al menos una vez al día los platos de cocina pues son un perfecto vehículo para los gérmenes.
- Si viajas en automóvil, abróchate siempre el cinturón de seguridad. Conduce con prudencia: los accidentes de tráfico son una de las principales causas de muerte, y pueden dejar gravísimas secuelas para toda la vida.
- Toma el sol con precaución. El riesgo de que produzca cáncer de piel es cada año mayor. Evita las horas centrales del día, y utiliza siempre crema protectora.
Vigila tu salud
Es mejor prevenir que lamentar. Ocúpate de vigilar tu salud, sin obsesionarte, pero sin abandonarte.
Deporte y ejercicio
El ejercicio físico mejora el estado general, tanto físico como psíquico. Hay que realizarlo de forma progresiva y bajo control. Debes convertirlo en una actividad habitual, no hacerlo esporádicamente. Camina todos los días y haz ejercicio al menos tres veces por semana. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
Dietas de adelgazamiento
Delgadez y belleza no son sinónimos. Sin embargo, la obsesión por estar delgado ha hecho proliferar todo tipo de dietas, algunas de las cuales provocan peligrosas carencias nutricionales. Lo mejor es comer de casi todo, reduciendo o eliminando los alimentos más calóricos, y hacer algo de ejercicio.
Aquí tienes algunos trucos para perder peso sin riesgos.
Alcohol
El alcohol es la droga social por excelencia, incorporada a nuestros hábitos alimenticios y a nuestras relaciones sociales. Provoca graves peligros para la salud y para nuestro entorno familiar y laboral.
Tabaco
El tabaco es también una droga legal, con un poder adictivo comparable al de la heroína. Fumar es uno de los principales peligros para la salud. Dejar este vicio es costoso, pero sin duda es invertir en nuestra propia salud.
Trabajo y estrés
El ritmo de vida acelerado y agresivo de la sociedad actual nos produce con frecuencia estados de estrés, ansiedad, cansancio y angustia. He aquí unas ideas para ayudarte a superar estas situaciones. Lo principal es relajarse de vez en cuando, y tomarse la vida con tranquilidad.
Envejecer feliz
El envejecimiento no es una enfermedad, sino un proceso natural debido al desgaste progresivo de los tejidos del cuerpo. Acepta con naturalidad las limitaciones que te va imponiendo la edad. El paso de los años supone una serie de cambios en tu cuerpo, a los que conviene adaptarse con una actitud positiva.
Seguridad
Una vida tranquila y saludable puede verse alterada por diversos riesgos. Muchos de ellos son evitables. Información, precaución e higiene son medidas fundamentales para aumentar la seguridad y la de nuestra familia.
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