Consejos para curar de forma correcta una quemadura
En caso de producirse una quemadura, ya sea por calor o por electricidad, existe una ‘hoja de ruta’ muy clara con los pasos a seguir para minimizar su daño y evitar que este tipo de lesiones puedan sobreinfectarse, un riesgo que podría traer consigo complicaciones para nuestra salud. De este modo, lo más recomendable en el momento mismo en el que se produce el percance es liberarnos de las prendas y objetos que de alguna manera puedan continuar dañando nuestra piel, desde productos químicos o fragmentos de ropa hasta anillos o cadenas que puedan haber acumulado calor. Los ‘remedios tradicionales’ para las quemaduras pueden resultar peligrosos.
A continuación es conveniente lavar bien la zona con abundante agua fría; no obstante, si el daño lo ha causado algún agente químico -como puede ser la lejía u otros productos de limpieza- se debe tener mucho cuidado y evitar que el agua salpique la piel que rodea la quemadura, puesto que es probable que arrastre consigo las gotas que pudieran quedar.
Una vez hecho esto, el paso siguiente es cubrir la zona con vendas y compresas estériles o, en su lugar, con el material más higiénico a nuestro alcance, como por ejemplo ropa recién lavada. A la hora de fijarlo hay que procurar que quede holgado para no presionar la zona, especialmente si la quemadura se ha producido en alguna extremidad.
Estos sencillos consejos son de gran utilidad en los primeros momentos, pero únicamente suponen los primeros pasos antes de trasladarnos al servicio de urgencias más cercano, puesto que siempre debe ser el personal sanitario quien valore si es necesario poner en marcha otras medidas alternativas para tratar la quemadura con todas las garantías para nuestra salud.
Accidente doméstico común
Las quemaduras son el accidente doméstico por excelencia y el segundo tipo de herida más común en España, sólo por detrás de las causadas por cortes o contusiones, y sin embargo en muchos casos continúan siendo tratadas de forma inadecuada debido a la permanencia a lo largo del tiempo de falsos mitos y ‘remedios tradicionales’.
De este modo, acciones tan habituales como ponerse pasta de dientes, aplicarse aceite de oliva o cubrir la zona con diferentes tipos de plantas como aloe vera o alimentos como rodajas de patata o piel de cebolla no sólo no tienen por qué contribuir a mejorar la quemadura, sino que pueden llegar a producir el efecto contrario e incluso resultar peligrosos.
Esta situación es particularmente delicada si tenemos en cuenta que las quemaduras son especialmente comunes entre los recién nacidos -normalmente por descuido al bañarlos- y la población infantil en general, ya sea por contacto con líquidos calientes (agua hirviendo, leche, sopa…) o por apoyarse en alguna superficie caliente (plancha, vitrocerámica…).