Cómo saber si interesa comprar una segunda vivienda más allá de la inversión económica
¿Merece la pena comprar una segunda residencia? Ya sea como inversión, como un recurso para vacaciones o hasta como una oportunidad una vez alcanzada la jubilación. La compra de una segunda residencia tiene asociados una serie de gastos y costes que hay que tener en cuenta antes de tomar una decisión y que se suman a las ventajas e inconvenientes asociados a este tipo de operación. ¿Planeas adquirir una segunda residencia en la playa o en el pueblo? Los expertos de Kronos Homes repasan los principales aspectos a valorar de forma previa a la compra de la vivienda más allá de la inversión económica. No obstante, los propietarios de segundas residencias cada vez se piensan más si alquilar la segunda vivienda por varios motivos.
Contenido de la información:
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Qué tener en cuenta antes de comprar una segunda residencia
Los datos de Kronos Homes evidencian que casi 3 millones de familias declaran tener una segunda residencia. Una cifra que sitúa a España en a la cabeza de países con más segundas viviendas de Europa. Muchas de ellas, en especial, las que se compran para disfrute del propietario, son casas en el pueblo de origen y en la costa. Ante esta situación, lo importante, detallan los expertos, es tener en cuenta los pros y contra, así como los gastos asociados y las responsabilidades que supone tener una segunda residencia.
Ventajas de comprar una segunda residencia
Desde la inversión a largo plazo, hasta la posibilidad de disfrutar de un refugio vacacional y la oportunidad de generar ingresos. Estos son algunos de los beneficios que detallan desde Kronos Homes de tener una segunda residencia.
Inversión a largo plazo
La segunda vivienda puede considerarse como una inversión a largo plazo, puesto que es probable que el valor de la propiedad aumente con el paso del tiempo, explican desde Kronos Home. Ello puede traducirse en ganancias significativas si el propietario decide vender en el futuro. De manera adicional, la vivienda puede generar ingresos si se decide alquilar el inmueble como opción de comprar vivienda para invertir cuando no se use.
Diversificación de inversiones
Este es otro de los beneficios asociados a tener una segunda vivienda. Porque en lugar de depender únicamente de acciones, bonos o de otros activos financieros, contar con una propiedad ayuda a dispersar el riesgo y proteger el patrimonio en el caso de fluctuaciones del mercado. Por todo ello, comprar un piso para invertir es una de las mejores opciones del mercado, tal y como apuntan algunos estudios.
Lugar de vacaciones
Una segunda casa ofrece una oportunidad única para disfrutar de un refugio vacacional en cualquier época del año. Los expertos explican que para las personas con niños pequeños que buscan un destino vacacional seguro resulta una opción muy interesante.
Obtención de ingresos
Una segunda vivienda puede reportar ingresos extra si se alquila mientras no se está usando. Ello permite compensar los gastos asociados con la propiedad, como pueden ser las hipotecas, impuestos o el mantenimiento de la misma.
Oportunidad de retiro
Por otra parte, una segunda residencia ofrece la posibilidad de convertirse en un retiro cuando se alcance la jubilación. Muchas personas deciden pasar algunas temporadas en la playa o en sus poblaciones de origen, y una segunda residencia lo permite.
Desventajas de comprar una segunda residencia
No todos son beneficios. Algunos de los inconvenientes asociados a tener una segunda residencia pasan por los gastos, responsabilidades o las limitaciones de uso de la propiedad.
Gastos de la vivienda
Comprar una segunda casa tiene asociados una serie de gastos añadidos que afectan al presupuesto familiar, como es también el caso de las segundas residencias. Por ejemplo, tienes que contratar un seguro de hogar para tu segunda residencia, así como asumir una serie de cuotas como de comunidad, tarifas de mantenimiento o, llegado el caso, el coste de las reparaciones por averías. De forma específica, los futuros propietarios deben tener presente que comprar una segunda vivienda supone afrontar una serie de gastos e impuestos, entre los que hay que destacar los siguientes:
- Compra inicial. La adquisición de una vivienda supone un desembolso inicial que en muchas ocasiones lleva aparejada la necesidad de solicitar un crédito. Ante la existencia de varios tipos, es fundamental estudiar cuál es más conveniente.
- Por otra parte, existen gastos, tanto fijos como variables, que es necesario tener en cuenta, entre ellos los correspondientes a la comunidad de vecinos, la factura de la luz o el agua, los gastos mínimos de consumo, la tasa de recogida de basuras y los impuestos municipales, entre otros.
- A ello hay que sumar la tributación de la segunda residencia en la Renta. Porque estas viviendas tributan en la Declaración de la Renta y Hacienda aplica un 2 % sobre el valor catastral del inmueble. Además, a la hora de comprar una segunda vivienda, el propietario también podría tener que hacer frente a impuestos, como el IVA, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) o el Impuesto de Actos Jurídicos.
Responsabilidades
Tener una segunda vivienda lleva asociado una serie de responsabilidades. Desde estar pendiente del mantenimiento, hasta la gestión del inmueble. Para conseguirlo, hay que hacer visitas regulares para comprobar su estado, estar al tanto de las decisiones de la comunidad de vecinos y mantenerla segura.
Limitaciones de uso
Antes de adquirir una segunda residencia hay que plantearse que quizá no pueda disfrutarse tanto como se desearía por motivos laborales o familiares. De igual manera, hay que valorar la evolución del turismo si la vivienda se ha comprado para destinarla a alquiler vacacional.
Fluctuaciones del mercado inmobiliario
Si la vivienda se ha comprado como activo financiero, hay que tener en cuenta que su valor puede fluctuar en función del mercado inmobiliario, lo que, en caso de venta, puede influir negativamente en los beneficios. Porque no siempre se sale ganando en este tipo de operaciones si la fluctuación del mercado no es favorable.