Cómo preparar la piel para los primeros rayos de sol
Una buena hidratación, peelings naturales y jabones neutros son tus mejores aliados para preparar tu piel para los primeros rayos de sol y lograr disfrutar de una piel perfecta. Hazlo ahora que tenemos en contacto directo nuestra piel y aprovecha los días de estupendas temperaturas en los que empezamos a aligerar la ropa que llevamos puesta.
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El trabajo de hidratarse la piel
Nuestro primer trabajo para estos días y para todos en los que los termómetros sean generosos es la correcta hidratación de la piel. Es posible que durante el invierno hayamos sido algo perezosos con la rutina de aplicarnos la crema sobre la piel tras el baño. Pensad también que la calefacción es un mal aliado si se pretende lucir una piel luminosa y elástica.
Beber dos litros de agua al día
Además de nuestra siempre recordada obligación de beber al menos dos litros de agua al día, de consumir frutas y verduras y de aplicarnos protectores solares, debemos marcharnos de vacaciones con los deberes hechos. El doctor Moisés Martín Anaya recomienda “usar jabones neutros para la higiene y realizar, en los días previos, algún peeling suave y que se trate siempre de un tratamiento natural”, advierte, como un peeling frutal, por ejemplo, que aporta vitamina C a nuestra piel y no resulta agresivo.
Según el especialista en Cirugía Plástica, Reparadora y Estética, debemos tener mucha precaución con cualquier tratamiento exfoliante en los días previos a tomar el sol. Es mejor dejar nuestras intervenciones estéticas, si las tenemos previstas, para el regreso, antes del verano.
¿Por qué sudamos?
Por otro lado, existe la errónea creencia de que el aumento de los termómetros es la causa de la excesiva sudoración que padecen algunas personas. En efecto, el calor nos hace sudar, pero se trata de una función natural de nuestro organismo mediante el cual éste regula su temperatura. La sudoración abundante tiene su origen en enfermedades, algunas graves como el cáncer, y en situaciones normales como la menopausia, en la mujer.
Alergia al sudor o urticaria
Si sudas mucho, la piel se irrita y puede dar lugar a la llamada Urticaria Colinérgica. Esta reacción, que a menudo se confunde con la alergia al propio sudor, consiste en unas ronchas en la piel, acompañadas de picor y enrojecimiento de la zona. Hoy en día la técnica te ayuda a evitar no sólo posibles lesiones, sino también situaciones socialmente embarazosas provocadas por la llamada hiperhidrosis.
Actualmente, existen procedimientos para evitar el sudor y sin pasar por el quirófano. Moisés Martín Anaya explica que “este tratamiento para evitar el sudor es capaz de inhibir entre seis y dieciocho meses el neurotransmisor responsable de la sudoración. El paciente puede incorporarse a la vida habitual de forma inmediata, pero el resultado podrá apreciarse a partir del tercer o cuarto día, y en la semana siguiente observará una reducción progresiva del sudor en la zona tratada”.
En Europa tenemos la piel clara para sobrevivir a los rayos ultravioleta
¿Por qué en el sur de Europa tenemos la piel clara? Que tengamos una piel más o menos oscura y un determinado color de pelo es, en parte, determinado por el gen MC1R. Este gen, que regula la síntesis de la melanina, es mucho más diverso en las poblaciones euroasiáticas que en las africanas. Este cambio pudo resultar muy beneficioso en la adaptación al nuevo medio cuando el Homo sapiens salió de África, puesto que la piel clara facilita la síntesis de vitamina D, algo muy necesario cuando, con respecto a África, la radiación ultravioleta es más baja. Es por este motivo que la selección natural parece estar detrás de que tengamos la piel blanca entre los habitantes del sur de Europa, puesto que ha favorecido una mutación genética que facilita una mejor síntesis de la vitamina D, aunque también una mayor susceptibilidad al melanoma.
Un estudio dirigido por Santos Alonso, investigador de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha puesto al descubierto cómo evolucionó MC1R en el sur de Europa. Esta investigación de estima la aparición de esta mutación hace 30.000-50.000 años, después de la salida del Homo sapiens de África. El trabajo se publica en la revista Molecular Biology and Evolution.
Según la investigación, realizada sobre más de 1.000 individuos de diferentes zonas de España, dos fuerzas evolutivas parecen estar actuando sobre el gen MC1R en los europeos del sur.
Por un lado, una presión selectiva tiende a mantener la forma ancestral del gen, que es también la más común en África, es decir, tiende a ir eliminando las mutaciones. Y por otro, una de esas mutaciones, la V60L, aparece en frecuencias más altas de lo esperado. Esta mutación se asocia con la piel clara y el pelo rubio o pelirrojo.
Los investigadores han estimado la aparición de esta mutación hace 30.000-50.000 años, esto es, después de la salida del Homo sapiens de África.
Melanoma, el precio de tener una piel clara para sobrevivir
Este cambio pudo resultar muy beneficioso en la adaptación al nuevo medio, puesto que la piel clara facilita la síntesis de vitamina D, algo muy necesario cuando, con respecto a África, la radiación ultravioleta es más baja. “Nuestros datos refuerzan esta idea, aunque se debe seguir investigando”, explica Alonso. Sin embargo, la mutación resulta estar simultáneamente asociada a una mayor susceptibilidad al melanoma, el tipo de cáncer de piel más peligroso.
“La vitamina D es necesaria para el crecimiento, muy importante para la correcta mineralización de los huesos y el desarrollo del esqueleto, mientras que el melanoma es una enfermedad que aparece en la época postreproductiva. De cara a la evolución parece que se está favoreciendo la despigmentación a costa de un mayor riesgo a padecer melanoma en la etapa postreproductiva”, explica Saioa López, investigadora principal del artículo. “Es el precio a pagar por garantizar la supervivencia de nuestra especie”.