Cómo hacer pestiños con miel según los trucos de la abuela
Los pestiños con miel son una delicia típica de Semana Santa que consiste en una fina masa de harina frita y bañada en azúcar o miel principalmente. ¿Quieres aprender a preparar este postre?
En esta guía puedes consultar por pasos cómo preparar pestiños con miel según los trucos de la abuela. Porque no cabe duda que ellas tienen una mano especial y siempre se guardan algún que otro truco que convierte una receta normal en toda una experiencia para el paladar. Y, en este caso, el secreto está en enmelar el pestiño, una técnica a la hora de bañarlo en la miel con la que se consigue disfrutar de todo el sabor, pero rebajar la untuosidad y densidad que supone comer un postre bañado en miel.
Es un dulce que, sobre todo, es famoso en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura, pero que se disfruta en toda España por su facilidad a la hora de prepararlo y su sabor tan particular. Y desde hoy mismo puedes aprender a hacerlo según los pasos e indicaciones de la receta de la abuela.
Contenido de la información:
Ingredientes para hacer una ración de pestiños
Los ingredientes necesarios para preparar una tanda de pestiños con miel son los siguientes:
- 1 kilo de harina normal
- 1 sobre de levadura
- Un vaso de aceite de oliva
- Vaso de vino blanco
- Un cuarto de kilo de azúcar blanco
- Una pizca de sal
- Miel al gusto
- Ajonjolí para decorar
- Ralladura de naranja y de limón
- 4 o 5 clavos de especias o anís
Cómo hacer pestiños con miel
El proceso para preparar los pestiños según el truco de la abuela es muy sencillo y se divide en dos partes. Por un lado, preparar la masa del postre y, por otro, preparar la elaboración para bañarlo.
Cómo hacer la masa de los pestiños
Para empezar, hay que mezclar en un bol los siguientes ingredientes:
- Por un lado, echar el vino blanco, la ralladura de limón y naranja y el aceite de oliva previamente templado. Si quieres darle un toque más fuerte, puedes incorporar anís a la receta.
- Una vez estén todos los líquidos en un recipiente bien mezclados, el siguiente paso es incorporar la harina y la levadura. Y empezar a amasar.
- En este postre, al igual que en otras elaboraciones típicas de dulces o de alimentos cuya base es una masa, es crucial realizar bien la tarea del amasado. Puedes empezar mezclando con las manos todos los ingredientes dentro del recipiente. Una vez se forme una especie de bola o pelota más compacta, puedes sacarlo y empezar a amasar encima de una superficie plana para tener más espacio y poder manipular mejor la masa. Hay que dedicarle un rato a esta tarea hasta conseguir una masa uniforme, compacta, que no se pegue y sin grietas.
- Una vez completado este paso, hay que coger un rodillo y empezar a estirar la masa. Lo recomendable es cortar en trozos la masa para ir estirando la masa y que sea más fácil de trabajar.
- En cuanto al grosor, asegúrate de conseguir un punto medio. Si dejas la masa muy gruesa, el pestiño será difícil y pesado de comer. Y si es demasiado fina, puede que se rompa a la hora de manipularlo para darle forma. Con el grosor de la masa perfecto, el siguiente paso es cortar la masa en cuadrados. En este momento hay que proceder a darle forma al pestiño, que se parece a una especie de medio canutillo.
- Para ello, solamente hay que hacer cuadrados de masa y, una vez los tengas, doblar dos de los extremos hacia dentro para conseguir la forma. Llega el momento de freír. Con la masa ya en forma de pestiño, hay que poner aceite a calentar. Lo más recomendable es echar una cantidad bastante abundante de aceite para que la fritura se haga bien y no se peguen los pestiños a la olla. Mucho cuidado con la temperatura, porque el aceite debe estar caliente, pero si empieza a humear, puede quemar la masa.
- Echa los pestiños al principio de uno en uno para ver cómo se cocinan y sácalos de la sartén cuando se doren. Una vez fritos, colócalos en un plato y deja reposar para que suelten el aceite sobrante y reduzcan la temperatura.
El toque secreto de la abuela, enmelar el pestiño
Hasta aquí la receta tradicional de preparar la masa de un pestiño. Pero si lo que quieres es triunfar con un postre de 10, presta atención al toque final que es secreto de las abuelas y que permite llevar este postre a un nivel superior. A la hora de preparar pestiños con miel, hay un pequeño truco que permite que el dulce no quede demasiado empalagoso, sino que tenga un sabor especial, pero a la vez sea ligero.
Consiste en enmelar el pestiño. Esto es, en bañar con una capa fina de miel mezclada con agua el postre. Para ello, lo primero que hay que hacer es poner un cazo de agua a calentar y echar la cantidad de miel que quieras. Debe ser a proporción para que no quede demasiado denso ni muy aguado. Lo ideal es que eches cantidades pequeñas hasta conseguir una textura que sea más líquida de la miel, pero tenga cierta densidad que permita bañar y recubrir el pestiño sin que se desparrame por el plato.
Una vez conseguido este punto, solamente queda el paso final, bañar el pestiño con la mezcla de miel y agua. Esperar a que asienten todos los ingredientes, así como el proceso de enmelado, incorporar el ajonjolí por encima a modo de decoración, y disfrutar de este delicioso postre de Semana Santa.
Otra de las recetas de gran protagonismo estas fechas son las conocidas como flores castellanomanchegas. Si quieres probar a hacerlas, puedes consultar el mejor truco de la abuela para que las flores fritas de Semana Santa queden perfectas.