Cómo estudiar mejor con estos 13 consejos
Los exámenes de fin de curso, las recuperaciones o la pruebas de acceso a la universidad son momentos de mucha tensión para los estudiantes. Los nervios, la elevada cantidad de trabajos y presentaciones así como la presión por sacar buenas notas pueden tener efectos negativos en los hábitos de estudio y, como consecuencia, obtener unos resultados más bajos de los esperados.
Para evitarlo y superar estas épocas de mayor estrés de la mejor manera posible, aquí te dejamos una serie de consejos para estudiar mejor relacionados con la planificación y el ambiente de estudio ideal que debes tener para sobrevivir a los finales con éxito.
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6 consejos para estudiar mejor
¿Cómo es tu lugar de estudio? ¿Sigues una rutina diaria o solo te pones delante del libro cuando tienes examen? ¿Tienes alguna técnica para estudiar que te funcione? Cada estudiante tiene sus costumbres y hábitos de estudio, pero en términos generales, aquí te dejamos una serie de consejos que van a ayudarte a estudiar mejor y afrontar los exámenes con mayor seguridad.
1. Crea un espacio de estudio agradable
El entorno en el que te pongas a estudiar influye de manera determinante en el rendimiento. Es fundamental que tengas una mesa de escritorio ordenada, que sea un lugar tranquilo, alejado en la medida de lo posible de ruidos y con luz natural. Si no dispones de una habitación alejada del ruido, siempre puedes recurrir a los tapones para intentar minimizar las distracciones del exterior.
La combinación de estos factores va a ayudarte a crear un entorno agradable que te invite a estudiar. Además, dedicar un espacio de tu casa a que sea tu espacio de estudio es bueno para que interiorices que el tiempo que pases allí tienes que aprovecharlo.
La silla en la que estudies debe ser cómoda, pero no un sofá. Crear un lugar demasiado cómodo puede acabar siendo una auténtica pérdida de tiempo. En cuanto al escritorio, orden ante todo. Evita tener libros tirados y objetos amontonados por la encimera. Tener las cosas ordenadas te ayudará a mantener la concentración sobre el temario que tienes que estudiar.
2. No cortes el estudio
Antes de sentarte a estudiar, coloca todo lo que necesites sobre la mesa. Desde los libros, papeles en sucio, bolígrafos, subrayadores, etcétera. Es importante que no cortes el estudio porque se te ha olvidado algo, para ir a por agua o para cualquier otra cosa. Si estás cansado, descansa un rato, pero si interrumpes el estudio cada media hora, no va a cundirte todo lo que deseas.
3. Aleja las distracciones
Desengánchate de la red, apaga el teléfono, la tablet y el ordenador. No te engañes, ningún hacker ha robado las preguntas de tu examen para colgarlas en Twitter. La llegada de un correo electrónico, un mensaje de WhatsApp o una notificación de una red social son un foco de distracción enorme que te harán perder una cantidad de minutos valiosísimos de estudio.
Lo único que necesitas son los apuntes. Todo lo demás, si hay motivación, es prescindible. Si eres de los que no encuentra la motivación hasta la víspera del examen, prueba a sentarte frente a los apuntes todos los días a las mismas horas, al menos lograrás que la inspiración te coja preparado. Además, la rutina ayuda a la concentración.
Por otra parte, si tienes gatos o perros, evita que estén en el mismo sitio que tú. Al igual que el teléfono, son un foco de distracción y solamente van a interferir en tu concentración.
4. Ponte objetivos de estudio diarios
Cada vez que te pongas a estudiar, márcate un objetivo. Esta meta puede ser aprenderte un tema entero, entender un tipo de problema, hacer resúmenes de un número concreto de páginas o cualquier otro.
Mentalizarte de que tienes que llegar a ese objetivo te ayudará a concentrarte para lograrlo y acabar cuanto antes. No sirve de nada estar cinco horas en tu habitación haciendo que estudias. Es mejor que te mentalices, dediques solamente dos, pero que ese tiempo te cunda de verdad y avances en contenidos.
5. Cuida tus apuntes
Al igual que influye el entorno de estudio, también influyen los apuntes. Ponerte delante de una hoja llena de garabatos sin espacio y sin un solo color puede resultar abrumador.
Hacer esquemas, resúmenes, subrayar y tener los apuntes limpios son pequeños trucos que te invitan a querer leerlos y a que el estudio sea algo más ameno.
6. No te olvides de los descansos
Exámenes finales, trabajos, deberes y tener la selectividad a la vuelta de la esquina solamente provoca una tensión y un estrés enorme en los estudiantes. Lógico.
Ante estas situaciones, si estás agobiado, lo mejor que puedes hacer es parar. Descansa, date una ducha, despéjate, da un paseo o sal a la calle a tomar el aire. Tener un descanso de media hora contribuye enormemente a que después vuelvas a estudiar con más ganas y la menta despejada. De lo contrario te quedarás atascado y no conseguirás avanzar.
7 consejos para preparar un examen
Además de la rutina habitual de estudio, también es importante tener en cuenta una serie de aspectos a la hora de planificar y preparar un examen.
1. Haz una primera lectura en profundidad de la materia para que sepas a lo que te enfrentas
La comprensión y el entendimiento de la materia es fundamental para afrontar los exámenes. Aprenderte un tema entero de papagayo no va a ayudarte a superar la materia. Por ello, dedicarle unos minutos al día a intentar comprender lo que te han explicado en clase es una muy buena técnica para enfrentarte a un examen.
De esta manera, si el día de la prueba te pones muy nervioso, no deberás preocuparte por quedarte en blanco, puesto que al haber interiorizado los conceptos, solamente tendrás que reflejar en el examen con tus palabras, lo que previamente has entendido.
2. Divide la materia entre el tiempo disponible
Lo ideal es que estudies día a día, o al menos, cada tema una vez que termine el profesor de explicarlo en clase. De esta manera la semana antes del examen tan solo tendrás que dar un pequeño repaso por todo lo estudiado y tu cabeza será capaz de retener toda la información mucho más rápido.
Aunque si te ha pillado un poco el toro, puedes optar por realizar resúmenes de los aspectos más importantes si la materia es amplia y un profundo repaso final. Cuando lo hagas sé realista, tú te conoces mejor que nadie. Escribe tu planificación en una agenda-calendario y pégala en una pared frente a tu lugar de estudio. Pero sobre todo, oblígate a cumplirlo porque, de lo contrario, no servirá de nada.
3. Haz una segunda lectura, subrayando
Una vez que has efectuado una primera lectura y el tema ya te suena de algo, puedes empezar a centrarte en los conceptos más importantes. Para ello puedes optar por subrayar los conceptos. La memoria visual también ayuda y, puede que de manera inconsciente, consigas estudiar mejor gracias a un subrayado de diferentes colores.
4. Haz esquemas
Te obligará a analizar todas las ideas del texto y, lo que es crucial, a clasificarlas y relacionarlas entre sí. Es aconsejable hacer un esquema general en una hoja y subesquemas auxiliares para tener una visión comprensiva de toda la materia.
5. Memoriza
Si no lo has conseguido con las lecturas, con el subrayado y los esquemas, haz resúmenes, léelos en voz alta, usa reglas nemotécnicas, transforma los «ítems» que has de memorizar en imágenes que se relacionen entre sí, escríbelo todo una y otra vez, la repetición es la única vía. Aquí puedes consultar más información sobre técnicas para memorizar un tema.
6. Evalúa tus conocimientos, autoexamínate
Si los tienes, haz los exámenes de años anteriores sobre la misma materia y mira dónde has fallado y por qué. Después, vuelve a estudiar aquello que no te has aprendido bien. Si hubo fallos en el estudio o la compresión que impidieron la memorización corrígelos ahora.
7. Haz el repaso final
El día antes del examen es recomendable que realices una última lectura en profundidad de toda la materia si es posible. Si no, lee detenidamente los esquemas o resúmenes elaborados. Y, si te ha pillado el toro porque no te has enterado de la fecha de examen o porque no has tenido tiempo, aquí te dejamos algunos consejos sobre cómo estudiar para un examen el día antes.
Por último, si ha llegado la fecha del examen, ten presente que ya estás preparado intelectualmente, prepárate psicológica y físicamente para el mismo: come sano y con normalidad, relájate, si puedes da un paseo y duerme bien el día de antes. Y en el día del examen, lee con atención todas las preguntas y empieza a responder las que puntúen más alto. Si todas puntúan igual, empieza por las que sepas mejor, y deja un espacio en blanco al final de cada una por si más adelante recuerdas algo nuevo. Revisa lo escrito, asegúrate de que no haya faltas gramaticales o errores de estilo y recuerda: responde solo lo que te pregunten.