Cómo deshollinar una chimenea para limpiarla en profundidad

Chica sentada frente a chimenea
NOTICIA de Jessica Pascual
19.11.2023 - 08:38h    Actualizado 26.11.2023 - 07:52h

Una chimenea da un toque hogareño a las viviendas. El crepitar del fuego, el olor a leña y el calor que desprende lo convierten en uno de los sistemas de calefacción preferidos de algunos ciudadanos. Pero también se trata de un sistema que requiere de un mantenimiento habitual para garantizar su rendimiento.

En el caso específico de las chimeneas de leña, hay que hacer lo que se conoce como deshollinar la chimenea, que es un proceso que consiste en limpiar en profundidad el interior de la misma. El objetivo es eliminar los restos de suciedad, virutas, ceniza y otros residuos que quedan de la quema de la leña y que se adhieren a las paredes y superficie de la misma.

Qué significa deshollinar la chimenea

Deshollinar una chimenea es un proceso de limpieza a fondo que consiste en eliminar los restos de suciedad adheridos en la superficie y paredes de la chimenea doméstica y que es fundamental hacer para garantizar su rendimiento.

Qué se necesita para deshollinar la chimenea

Pues un deshollinador para chimenea. Hay algunos materiales y productos específicos que puedes comprar para ayudarte a que el proceso de limpieza de la chimenea sea más rápido, efectivo y no llene de suciedad el resto de la habitación:

Pasos para deshollinar una chimenea y dejarla como nueva

El procedimiento para deshollinar una chimenea es sencillo, aunque no por ello menos laborioso. Motivo por el que es recomendable armarse de paciencia y dedicarle todo el tiempo necesario a esta tarea para conseguir un acabado de diez.

  • Lo primero que hay que hacer es proteger la zona de alrededor de la chimenea. El objetivo es evitar que el suelo y lo que se encuentre alrededor no se manche con todos los residuos que salgan del interior de la chimenea.
  • Para ello, lo ideal es poner un plástico o papel de periódico por el suelo para que todos los restos de ceniza, virutas y residuos caigan sobre este material y luego sea más fácil recogerlo.
  • Una vez esté la zona protegida, el siguiente paso es abrir la chimenea y retirar las ascuas, cenizas y la suciedad más voluminosa con un cepillo y un recogedor. Con este paso hay que eliminar la mayor cantidad de suciedad que está en el interior y que es fácil de retirar.
  • Después, se puede rematar la tarea pasando un aspirador de cenizas, que recogerá hasta las partículas de polvo más pequeñas.

Deshollinar la chimenea de forma manual

  • Con todos los restos que se encontraban en el interior retirado, lo siguiente que hay que hacer es frotar las paredes con el cepillo deshollinador, que es el que va a quitar los restos de suciedad más acumulados y adheridos a la superficie.
  • Es aquí cuando realmente empieza la tarea de deshollinar la chimenea, dado que hasta ahora lo que se ha llevado a cabo es una simple limpieza rutinaria de los residuos del interior de este sistema.
  • La tarea de frotar con el deshollinador es una de las más trabajosas, pero es la que va a permitir que la chimenea funcione a pleno rendimiento y que garantiza tanto el buen mantenimiento, como higiene de la misma.

Además, hay otras opciones alternativas al uso de un deshollinador manual para eliminar esta suciedad más incrustada. Existen deshollinadores automáticos que se meten en el interior de una chimenea previamente encendida para retirar los restos más incrustados y adheridos de una forma rápida y sencilla.

Cómo limpiar la chimenea con un deshollinador automático

  • Para hacer la limpieza en profundidad de la chimenea con el deshollinador automático hay que hacer un paso previo y es encender el fuego y dejarlo arder durante un rato para que se consuma la leña. Una vez se apague la chimenea, hay que retirar de forma manual las cenizas sobrantes y otros residuos con el recogedor.
  • Inmediatamente después, meter el producto deshollinador, seguir los pasos detallados por el fabricante y dejar que actúe.
  • Una vez terminado, retirar los restos de suciedad que se han desprendido de las paredes y superficie de forma manual.

Independientemente del método elegido, a continuación hay que volver a coger el cepillo y el recogedor y retirar los restos de ceniza que se han despegado de las paredes y de la superficie de la chimenea. Por último, puedes darle de nuevo una pasada con el aspirador de cenizas y, a continuación, pasar una bayeta o trapo para darle el último toque de limpieza.

Cada cuánto hay que deshollinar la chimenea

Este es un proceso de limpieza en profundidad que debe hacerse de forma rutinaria una vez al año antes de iniciar la temporada, al igual que sucede con la purga de los radiadores. De manera adicional, además de esta limpieza, es recomendable hacerle un pequeño mantenimiento de forma semanal para evitar que la acumulación de suciedad perjudique el buen rendimiento del sistema de calefacción.

Además de una buena limpieza, quizá te interese tener en cuenta otros consejos, como por ejemplo, el proceso para encender una chimenea de leña sin pastillas si se te ha olvidado comprarlas y se han gastado.



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