Cómo cuidar la microbiota intestinal después de un atracón de comida
El exceso de ingesta de comida calórica y ultraprocesada, así como la pérdida de hábitos saludables y el descontrol horario, suelen ir de la mano de momentos de ocio como las fiestas navideñas, fines de semana y de las vacaciones de verano. Tras un atracón de comida, o de varios, toca volver a la rutina saludable en todos los sentidos. En los hábitos diarios, en los horarios y en la alimentación. ¿Has notado dolor intestinal, pesadez, hinchazón o una alteración del tránsito intestinal? Todos estos síntomas son consecuencia directa de los atracones de comida, que afectan a la microbiota intestinal y la desequilibran.
Contenido de la información:
Qué es la microbiota y funciones
¿Qué es la microbiota? Es la responsable de sintetizar los nutrientes y equilibrar la respuesta del sistema inmune para mantener fisiológicamente saludable el epitelio intestinal. Todo ello se resume en que la principal acción de la microbiota es la responsable del buen funcionamiento del tránsito intestinal. Para llevar a cabo estas funciones, necesita tener una proporción de bacterias que se encuentren en equilibrio entre ellas, lo que se conoce científicamente como eubiosis.
En el caso de que no exista este equilibrio se produce el fenómeno conocido como disbiosis, que es el responsable de múltiples patologías, como hinchazón y distensión abdominal. De flatulencias, alteraciones del tránsito intestinal, que provocan diarrea o hasta estreñimiento. Lo que puede generar ciertas dudas entre la población en estas épocas sobre cada cuánto es normal hacer caca. Otros de los síntomas asociados a este fenómeno son el dolor abdominal, la aparición de intolerancias alimenticias o alergias, así como dolores de cabeza y cansancio generalizado, entre otros.
Cómo recuperar el estado saludable de la microbiota
Para recuperar el equilibrio del tránsito intestinal y devolver el equilibro a la microbiota, desde Nutribiótica, compañía especializada en la microbiota, señalan una serie de pautas y recomendaciones a tener en cuenta.
Alimentación prebiótica y antiinflamatoria
El tipo de comida que se ingiere afecta de forma directa a la composición de la microbiota. Por ello, lo ideal es llevar una dieta en la que los protagonistas sean los alimentos reales, es decir, aquellos que se encuentran en mercados y que son frescos, como frutas, hortalizas y verduras de temporada, así como legumbres, pescados y algunos alimentos fermentados.
Retomar actividad deportiva
Igual de importante es mantener una buena alimentación que realizar ejercicio de forma habitual. Andar entre 10.000 y 15.000 pasos al día y hacer ejercicios de fuerza varias veces por semana es un buen inicio de rutina deportiva que ayuda enormemente a regular la microbiota tras una época de excesos.
Descansar de forma adecuada
El descontrol horario y el abandono de la rutina también influyen en el estado de la microbiota. Así, alterar los ciclos de dormir y levantarse o descansar menos horas de las debidas tienen consecuencias negativas para el organismo. Por ello, volver a descansar unas siete horas diarias como mínimo, evitar el exceso de pantallas por la noche y fijar unos horarios de rutina ayudan a recuperar el control sobre el organismo.
Reducir y controlar el estrés
Los nervios y el estrés de determinadas épocas influyen en el bienestar del organismo. Porque el eje intestino – cerebro tiene un papel fundamental en el bienestar y, precisamente por ello, es fundamental saber gestionarlo para que no influya ni perjudique a la microbiota.
Microbioterapia
Apoyarse en la microbioterapia que consiste en el uso de probióticos humanos específicos de IV Generación para repoblar la microbiota y devolverla a un estado saludable. Los probióticos son microorganismos vivos que, si se administran en una cantidad adecuada, ejercen un efecto beneficioso para la salud.
Pero para que sea eficaz, este debe cumplir unas características básicas que validan su eficacia y seguridad y estas son, que sea de origen humano y tenga una combinación de cepas específicas que varían en función a la patología que se desea tratar. Por este motivo, este tipo de terapia solamente es recomendable que la recomiende y recete un profesional de la salud.