Comer fuera del trabajo ayuda a resolver problemas laborales
Salir a comer fuera del trabajo reduce la concentración en el trabajo pero también aumenta la armonía social y podría ser de utilidad para buscar nuevas soluciones a problemas o resolver conflictos. Así lo asegura un estudio de la Universidad de Humboldt (Berlín) que señala que comer en un restaurante en compañía en vez de hacerlo en la mesa del trabajo reduce el control cognitivo y puede inducir a más errores y falta de precisión. Sin embargo, también tiene efectos positivos en la creatividad y en la búsqueda de soluciones a problemas o conflictos, según los investigadores.
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El estudio
Comer en un restaurante con amigos reduce el control cognitivo más que si se almuerza en la mesa del trabajo, según un trabajo que se publica esta semana en la revista PLOS ONE. El estudio ha sido llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Humboldt, en Berlín, y otras instituciones alemanas, con la colaboración del Centro UCM-iSCIII de Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid.
Ventajas de comer fuera del trabajo
Según explica Werner Sommer, autor principal del artículo, una de las conclusiones es que la comida fuera del lugar de trabajo en compañía de amigos “es más relajante que si se realiza en la mesa de la oficina”. Esto podría parecer una obviedad, pero los investigadores también observaron otras reacciones en los participantes del estudio.
“La comida en el restaurante con otra gente tiene efectos como una disminución en el control cognitivo en situaciones que requieren atención. También se reduce la conciencia de los propios errores, la precisión y la exactitud en el desempeño del trabajo”, dice Sommer.
Por otro lado, añade, “es sabido que la producción de nuevas ideas se frena cuando uno mismo o los demás somos demasiado críticos. Por lo tanto, una relajación del control cognitivo como la que produce la comida en un restaurante puede fomentar la creatividad y la armonía social”, subraya.
Los participantes en el estudio, o bien comieron en solitario en su escritorio en un tiempo limitado, o caminaron un pequeño trayecto hasta un restaurante para almorzar con un amigo durante una hora.
Largas comidas no son productivas
En ambos casos, tanto los alimentos como las cantidades consumidas fueron idénticas, pero los investigadores observaron que los que venían de comer en el restaurante estaban más tranquilos y menos alerta que los que lo hicieron en su escritorio. En opinión de Werner Sommer, con los resultados del estudio se puede deducir que comer con gente fuera de la oficina podría ser de utilidad para buscar nuevas soluciones a problemas o resolver conflictos. Sin embargo, “cuando lo que se busca es precisión o exactitud, las comidas prolongadas fuera del trabajo, pueden no ser muy recomendables”, dice el investigador.
Asimismo, destaca que con este primer estudio, que ahora están ampliando, han comprobado que hay mucha sabiduría popular sobre los efectos de un buen almuerzo en compañía, mucho más allá de las comidas de negocios. Pero “no existen estudios empíricos sobre esta cuestión, aunque pueda tener un considerable impacto en la práctica”, añade.
“Basta pensar en la forma en la que están diseñadas las cantinas de las escuelas, universidades y empresas, facilitando o impidiendo comer en compañía. O el servicio de comida en los hospitales y en los aviones. Si supiéramos, con una investigación objetiva, cuáles son los efectos de estos contextos alimenticios, podríamos tomar mejores decisiones sobre cómo organizar nuestras comidas en función de los objetivos que tengamos”, concluye Sommer.