China, un destino profesional cada vez más interesante
Los españoles se están interesando cada vez más por China como destino profesional, alentados por las oportunidades laborales y las profundas reformas que se están llevando a cabo en el país, que permiten que las diferencias entre las empresas chinas y las extranjeras cada vez se diluyan más. La filial española de la compañía europea de búsqueda de profesionales Catenon Worldwide Executive Search ha observado que las más de 400 empresas españolas y los cerca de 2.500 profesionales de nuestro país que hay en China, están en clara fase de expansión. Según estimaciones de Catenon, el gigante asiático ha pasado de tener cerca de 1.800 profesionales españoles en 2006, a los aproximadamente 2.500 que hay en la actualidad (un 39 % más).
En esta situación de recesión económica, son muchas las empresas españolas que deciden exportar talentos de su organización a otros países, puesto que ven en ello una oportunidad de diversificar el negocio e internacionalizar su empresa para aprovechar recursos a los que no pueden dar salida aquí. Lo mismo ocurre con los profesionales que ven en destinos extranjeros una oportunidad de crecimiento y desarrollo que no se les ofrecería en nuestro país.
China es el país más poblado de la tierra, con 1.300 millones de habitantes, y la cuarta potencia económica del mundo, en un proceso de ascenso que la llevará a superar a Alemania, Japón y EE. UU. En los últimos años, el país asiático ha dejado de ser una simple plataforma de producción para las multinacionales de todo el mundo, y es hoy un centro de innovación, de gestión y vivero de ideas de muchas compañías. No es de extrañar que, tanto las empresas españolas como los propios profesionales, quieran tener presencia en este conjunto de mercados con infinitas posibilidades de expansión y un producto interior bruto de 3,3 billones de dólares en 2007, según datos del Instituto español de Comercio Exterior (ICEX).
Desde la filial española de Catenon, el director de Nuevos Mercados, Francisco Rubira, comenta que “la experiencia en Shanghai y Hong Kong de Catenon nos ha hecho ver que esta tendencia es creciente desde hace ya varios años, en que hemos visto cómo un destino tan lejano para los españoles y otros europeos, se iba convirtiendo en una opción cada vez más apetecible”.
Ahora o nunca: por qué dar el paso
Las empresas españolas que se estén planteando invertir o emprender negocios en otro país, han de planificar de forma minuciosa su política de expatriación, puesto que cualquier mínimo detalle en la nueva vida del expatriado influye directamente en que el futuro negocio tenga o no éxito. En este caso, la vida personal del trabajador elegido para exportar el negocio al país destino, es un factor más a tener en cuenta por la empresa, puesto que el futuro expatriado tiene que ver claramente las ventajas de su nueva posición.
No obstante, Catenon asegura que para cualquier profesional, continuar desarrollando su carrera en el extranjero es siempre una oportunidad. Es lo que le sucedió a Miguel Zaballa, un bilbaíno que en agosto de 2007 se trasladó con su mujer e hijos a China aceptando una oferta de Fagor, la empresa con la que trabajaba. Reconoce que la decisión fue difícil, y comprende que a los españoles el hecho de dejar familia y amistades les pesa mucho en la balanza. Sin embargo, “hay que pensar que eso va a estar allí y te van a apoyar mucho, pero oportunidades como venir aquí, no pasan todos los días”. Ahora Zaballa es el gerente en China de Fagor-A.O.Smith Gas Appliance, una Joint Venture entre Fagor Electrodomésticos y A. O. Smith (EE. UU.).
Lucas Díez es de Oviedo y “desembarcó” en China hace cuatro años gracias a una beca en comercio internacional. Ahora trabaja con el despacho de abogados español Roca Junyent y asegura que en China todo avanza a pasos agigantados, y la carrera profesional no es una excepción. Trasladarse a China le ha permitido ocupar un puesto de trabajo de mayor responsabilidad, al que en España todavía no habría tenido acceso.
Para Joan DeDeu, catalán de 60 años que llegó a China hace 21 propuesto por su compañía anterior, su expatriación le permitió crear una empresa, China Consultants, y llegar a ser un referente en el mundo de la consultoría, después de 20 años de trabajo. “China es un país con un crecimiento fantástico y esto aporta muchas oportunidades, pero debes conocer su mentalidad, su lengua y estar dispuesto a residir por un periodo de tiempo interesante para las dos partes”, explica Joan. “Las dificultades son muchas, pero menores que las oportunidades”.
Nuevas dificultades, mayores posibilidades
Los españoles expatriados no lo dudan a la hora de animar a las empresas que estén considerando China como posible mercado. Para Joan Serrano, Senior Consultant que ha creado junto a un socio chino su propia compañía, Beijing Euro-spanis Ltd, y trabaja como freelance para varias empresas españolas, la coyuntura económica internacional en Europa y EE. UU., y la emergencia de China como potencia económica mundial son argumentos de suficiente peso para dar el paso.
China es un país plagado de posibilidades comerciales, pero que requiere gran capacidad de adaptación, planificación, observación constante y tiempo para saber convertir las dificultades en oportunidades o ventajas profesionales. Ángel Suárez, Product Manager de la empresa TEMPER SAU, reconoce que lo que más le enriquece es la capacidad que ha adquirido para saber adaptarse a la forma de hacer negocios en China, puesto que en una cultura totalmente diferente a la que estamos acostumbrados, cualquier tipo de negocio o gestión reviste una gran dificultad. “En China tienen un forma de hacer las cosas, en muchos casos, totalmente opuesta a lo que estamos acostumbrados, y el saber adaptarse a eso, buscar soluciones y desenvolverte en este ambiente es una clara ventaja que contribuye al desarrollo de tu carrera profesional”.
Al igual que Catenon, Alicia Piguillem, licenciada en Traducción e Interpretación de chino, considera que hoy en día, el profesional que no tenga en cuenta que estamos en un mundo global, no puede desarrollar su empresa plenamente. “La mayor dificultad es convencer a las empresas españolas de que tienen que globalizarse y que China es la oportunidad”. A ella, trasladarse a China le ha permitido tener una visión más amplia del mundo, y, al igual que sus compañeros expatriados, no se lo piensa a la hora de animar a las empresas que están considerando hacer negocio en el país: “que no lo duden ni un momento, pero que no improvisen. Es una inversión muy difícil, que requiere tiempo, y donde es fácil equivocarse, por lo que tienen que llegar preparados, y a ser posible de la mano de un profesional que esté en China y conozca el sector”.
La amplitud y variedad de China no permite hablar de ella como un único mercado, puesto que en cada ciudad priman unos valores y el ritmo de vida es completamente distinto. Antes de llegar al país, Lucas Díez tenia la idea de que China era un país muy poco avanzado, y se preparó para lo peor; sin embargo, esa percepción cambió radicalmente cuando llegó a Shanghai, una ciudad en la que se puede llevar una vida de acuerdo con estándares occidentales, pero con el “exotismo” propio de China. Elena Beiztegui, granadina de 32 años que trabaja en el consulado general de España en Shanghai y ha residido dos años en Hong Kong y tres en Shanghai, añade que “tanto Hong Kong como Shanghai son dos grandes ciudades que no se corresponden en absoluto con la idea previa que se tiene de China. Cada vez cuentan con más servicios orientados única y exclusivamente a los extranjeros”.
Las barreras se pueden superar
No obstante, tanto para las empresas como para los profesionales particulares que se estén planteando trasladarse a China, es imprescindible saber, como afirma Joan Serrano, que el choque de culturas no puede ser minimizado. Es necesario tener la mente abierta y comprender que, lo que nosotros entendemos por sentido común, no es un baremo fiable para medir los estándares chinos.
Miguel Zaballa se basa en su experiencia y en la de otras empresas españolas para confirmar este planteamiento.”Creo que es muy difícil hacerse una idea desde España de lo que es esto. Antes de venirme a vivir aquí ya había estado viajando a China por cuestiones de trabajo durante 3 años, y la China que vives y ves cuando vienes de vez en cuando no tiene nada que ver con la China del día a día. Venimos con la mentalidad europea y creemos que es lo mejor y que es lo que funciona y vale… y no es así. La diferencia se solventa aprendiendo y entendiendo el porqué de las cosas”.
“Nunca hay que dejarles en evidencia, hay que ser muy diplomático a la hora de plantear problemas y evitar el enfrentamiento directo. Es necesario conocer la lengua china y dedicar mucho tiempo a las relaciones personales”, aconseja Jorge Menéndez, un español que se encuentra en Shanghai realizando un máster. “Cuando ambas partes quieren entenderse, lo hacen”- comenta su pareja, Rocío Hernández, que está estudiando chino a tiempo completo – . Además, la pareja está de acuerdo en que se necesita cierto nivel de mandarín para hacer negocios o desenvolverse en la ciudad para cualquier cosa, puesto que en muchos sitios se habla inglés, pero de forma limitada.
Para Gerard Sabaté, catalán emprendedor que hace 15 años se trasladó a China y ahora es el director de su propia empresa, BC Textil Internacional, la mayor dificultad a la hora de establecerse profesionalmente en China fue entender la manera de pensar y actuar de los chinos, pues “es muy fácil crear malos entendidos. Hay que intentar no imponer tus criterios, disponer de tiempo y paciencia para entender bien la postura china y, entonces, exponer tu planteamiento”.
Oportunidades frente a la crisis
En el último año, China también está sintiendo la crisis. Como afirma Elena Beiztegui, “muchas empresas extranjeras están cerrando sus oficinas, y sus empleados, siendo expatriados de vuelta a sus respectivos países”. Sin embargo, el atractivo de China como mercado no es tanto su dimensión actual, sino más bien su enorme dinamismo y su potencial de futuro, al tener un ritmo medio de crecimiento del 9 % anual. Ángel Suárez afirma que China es ya una de las mayores economías del mundo, pero todavía tiene un amplísimo margen de crecimiento, sobre todo en lo que se refiere al mercado interno.
Con cerca de un 45 % de población urbana y más de 100 ciudades de más de un millón de habitantes, China está experimentando el surgimiento de una clase media urbana con niveles de poder adquisitivo comparables a los europeos. Como afirma Jorge Menéndez, la demanda de bienes de consumo seguirá creciendo a medida que el país se desarrolla. “A medio y largo plazo, China es un mercado con mucho potencial, y todas las empresas que puedan competir en los mercados internacionales podrán competir aquí también. Creo que a medio plazo habrá oportunidades de empleo”.
Gerard Sabaté no abandonaría ahora el país, puesto que “hay mucho por hacer, mucho por aprender, por comunicar, también enseñar nuestro sistema de trabajar a quien tenga interés en aprender. En España tengo la sensación de que todo el mundo está de vuelta, hay una gran falta de motivación, especialmente en la gente joven; en China es totalmente lo contrario, la gente joven es muy entusiasta y esa energía se contagia”.