Casi la mitad de los niños entre 6 y 9 años está obeso
Más del 45 % de los niños de entre seis y nueve años sufren obesidad o sobrepeso. El exceso de peso es un importante problema de salud pública en España, tanto en la población adulta como entre los niños y adolescentes. En concreto, el 55 % de los adultos presentan exceso de peso, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y según datos del Estudio ALADINO, elaborado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria (AESAN), sobre una muestra de 7.500 niños y niñas. En concreto, un 26,2 por ciento de los niños en esa franja de edad presenta sobrepeso, mientras que un 18,3 por ciento son obesos.
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Contenido de la información:
Obesidad en niños
Debido a estos datos, acaba de aprobarse la creación del Observatorio de la Nutrición y de Estudio de la Obesidad, presidido por el prestigioso cardiólogo Valentín Fuster. Con la creación de este órgano se da un nuevo impulso a la Estrategia NAOS sobre Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad. El objetivo es promocionar hábitos de vida saludables, y prevenir el sobrepeso y la obesidad en la población española, haciendo especial hincapié en la población infantil.
El nuevo Observatorio analizará más en detalle la situación y permitirá contar con datos fiables sobre el exceso de peso. Previsto cuando se anunció la Estrategia NAOS, en 2005, no se ha puesto en marcha hasta ahora. El doctor Fuster calificó esta iniciativa de “importante y necesaria para la promoción de una salud integral”. Mato, por su parte, ha agradecido a Fuster su participación en la iniciativa y ha elogiado el “empeño” del cardiólogo por “divulgar unos hábitos de vida sanos, tanto en la alimentación como en la práctica de ejercicio físico que eviten la aparición de enfermedades en el futuro”.
Funciones
Bajo la supervisión de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), el Observatorio ejercerá las siguientes funciones:
1. Recabar información sobre los hábitos alimentarios y la actividad física de la población en las diferentes edades y grupos socioeconómicos.
2. Recopilar la información sobre la prevalencia del sobrepeso y la obesidad.
3. Evaluar las medidas e intervenciones incluidas en la Estrategia NAOS.
4. Analizar otras políticas y actuaciones que se desarrollen a nivel internacional, nacional, autonómico y local en la promoción de una alimentación saludable y de la actividad física, destacando y divulgando las de mayor efectividad e impacto sobre la salud.
5. Analizar datos e información sobre la publicidad de alimentos emitida por los distintos medios de comunicación, con especial atención a la publicidad dirigida a menores.
6. Elaborar y promover los estudios y trabajos de investigación necesarios para lograr una mayor eficacia en el diseño y desarrollo de las políticas nutricionales.
7. Elaborar un informe anual, que incluirá el seguimiento y evaluación de la Estrategia NAOS, con recomendaciones sobre los aspectos que se deban corregir.
Medidas contra la obesidad
La creación de este Observatorio se enmarca en el conjunto de medidas que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad está poniendo en marcha para disminuir la obesidad y concienciar a toda la población (familias, escuelas, administraciones públicas e industria), de que el exceso de peso es un problema de salud. Prevenirlo evita la aparición de enfermedades y mejora la calidad de vida.
Entre las últimas actuaciones, esta misma semana se ha firmado un convenio entre la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) y la Fundación Alimentum, una entidad privada sin ánimo de lucro en la que están presentes 24 de las principales empresas de la Federación de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). En virtud de este acuerdo, durante todo el año 2013, se incluirán mensajes que fomenten los hábitos de vida saludables y para combatir los problemas derivados del exceso de peso, en todas las campañas de televisión que desarrollen las empresas firmantes.
Entrevista al doctor Adelardo Caballero
Debido a los datos de obesidad infantil, hemos realizado una entrevista al doctor Adelardo Caballero, director del Instituto de Obesidad.
PREGUNTA.- Los últimas datos arrojan preocupantes incrementos de la obesidad infantil, haciendo de España uno de los países con una tasa más elevada. ¿Qué factores conducen a este continuo aumento de la obesidad entre los más pequeños?
RESPUESTA.- La obesidad aumenta porque se produce un desequilibrio energético entre lo ingerido y lo gastado, almacenándose dicho exceso de calorías en forma de grasa. Actualmente, los menores tienen un estilo de vida cada vez más sedentario, con una menor actividad física y una peor ingesta de alimentos. Además, los niños menores de 10 años deben dormir unas diez horas al día. En este contexto, cabe señalar que, en España, los niños duermen una media de menos de ocho horas al día, algo insuficiente y que provoca otros hábitos perjudiciales con repercusión negativa en el incremento del peso corporal, como es no desayunar. No en vano, se ha comprobado cómo, entre los más pequeños, dormir cinco o menos horas casi duplica el riesgo de ser un adulto obeso.
P.- ¿Cuáles son los factores que predisponen a la obesidad en los niños?
R.- Fundamentalmente, la falta de actividad física y un tipo de alimentación poco equilibrada son los factores responsables del aumento de la obesidad. Por ello resulta fundamental establecer, desde el principio, un adecuado estilo de vida, que conjugue una correcta alimentación con el justo descanso y la actividad física.
P.- ¿Cómo se diagnostica este trastorno, y en qué etapa de la niñez se hace más evidente?
R.- Obesidad y sobrepeso en la infancia se definen, en función de la altura del menor, como valores de IMC iguales o superiores a los valores de los percentiles 97 y 85 respectivamente. En este contexto, lo controles habituales deben servir para seguir la evolución de peso y talla teniendo en cuenta su edad.
P.- ¿Qué hábitos recomienda para evitar la obesidad infantil?
R.- Es importante alcanzar una dieta equilibrada, que ha de combinarse con los adecuados hábitos de vida. Conviene señalar la necesidad de mantener una adecuada actividad física, que pasa por un mínimo de 60 minutos diarios con una intensidad moderada o vigorosa en función de la fase de desarrollo del menor. Además, los niños menores de 10 años deben dormir unas diez horas al día.
P.- ¿Cuáles son las recomendaciones nutricionales durante el crecimiento, teniendo por objetivo la prevención de la obesidad?
R.- Cabe resaltar la importancia de la prevención inculcando hábitos saludables desde edades tempranas. Así, resulta fundamental alcanzar una dieta equilibrada, en la que aumente el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos. Al mismo tiempo, ha de reducirse la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las instauradas, y ha de disminuirse la toma de azúcares.
La combinación de una limitada dieta con el aumento de la actividad física, la educación nutricional y el cambio de conductas permitirán la obtención de unos óptimos resultados, siempre y cuando el menor cuente con el apoyo y el estímulo de su familia y de los profesionales adecuados
P.- ¿Cómo podemos introducir estos hábitos saludables dentro de los gustos de los niños?
R.- Desde el Instituto de Obesidad creemos en la necesidad de convertir la obesidad en un auténtico valor educativo que pueda incorporarse como parte o módulo de una asignatura. Así, consideramos del todo necesaria la posibilidad de educar a los más pequeños en la adquisición de hábitos alimentarios saludables. En este sentido, la inclusión de talleres o actividades relacionados con esta problemática permitiría no sólo concienciar a los menores en lo inoportuno y perjudicial de la prevalencia de alimentos ricos en grasas saturadas, sino también trasladarles la idea de que comer bien no es un castigo y que preparar la comida es algo sano.
Riesgo doble de sufrir asma entre los niños obesos
Al contrario de lo que opina la mayoría de la gente, es recomendable que los niños asmáticos practiquen deporte. El juego favorito de los niños modernos – ver la tele – practicado durante más de dos horas duplica el riesgo de sufrir asma. Se ha demostrado que los peques con sobrepeso tienen el doble de posibilidades de sufrir asma frente a aquellos que no padecen este problema. La obesidad incrementa la frecuencia de infecciones respiratorias y favorece el broncoespasmo. La Organización Mundial de la Salud define la obesidad cuando el índice de masa corporal es igual o superior a 30 kg/m². El asma está considerada como una de las principales causas de absentismo escolar y su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas. La solución está también en la dieta mediterránea que tiene un efecto protector contra el asma.
Así es, los niños que tienen la costumbre de pasar diariamente más de dos horas sentados frente al televisor tienen el doble de posibilidades de desarrollar asma. El estudio que reveló esta noticia consistió en que los expertos hicieron un seguimiento de 3.000 niños desde que nacieron hasta que cumplieron once años y medio. Las dietas pobres y la falta de ejercicio están asociadas con una serie de riesgos cardiovasculares, enfermedades crónicas y broncoespasmos (disminución de la luz, o estrechamiento, de las vías respiratorias, debido a una respuesta exagerada de los músculos de la tráquea y bronquios).
Algunos estudios señalan que el asma podría también ser añadido a esta lista de factores que pueden provocar obesidad. La OMS (La Organización Mundial de la Salud) define como obesidad cuando el IMC o índice de masa corporal (cálculo entre la estatura y el peso del individuo) es igual o superior a 30 kg/m². El asma está considerada como una de las principales causas de absentismo escolar y su prevalencia ha aumentado en las últimas décadas. Ha sido demostrado que los niños con sobrepeso tienen el doble de posibilidades de sufrir asma frente a aquellos que no padecen este problema.
“¿Provoca el asma obesidad o están ambos relacionados con factores comunes? Una de las recientes investigaciones que están llevando a cabo es la sobreproducción de citocina (sustancias con efectos inflamatorios) que, debido a una variedad de estímulos, podría producir el desarrollo del asma”, explica Ángel Mazón, miembro de la Sección de Pediatría de la Academia de Alergia e Inmunología (EAACI). “Gracias a estos descubrimientos, los expertos pueden calcular que la frecuencia de asma en niños que sufren obesidad dobla a la de aquellos niños que no la sufren“.
De acuerdo con los especialistas, la situación nutricional demuestra una influencia positiva en la lucha contra el asma. Muchos estudios muestran que la dieta mediterránea tiene un efecto protector contra el asma.
Y es que esta dieta, rica en frutas, verduras, pescado y otros alimentos frescos, y opuesta a la comida rápida, ha mostrado efectos protectores en casos de enfermedades cardiovasculares y cáncer, pero debe ser evaluada detalladamente para los casos de asma.
El asma y la alergia están normalmente relacionadas y la alergia tiene un doble papel en el desarrollo de la primera. Por ejemplo, una cantidad de polvo en casa no provocaría graves síntomas, pero pueden causar una inflamación crónica, por lo que el paciente será más susceptible a los efectos de cualquier otro desencadenante.
Al contrario de lo que opina la mayoría de la gente, es recomendable que los niños asmáticos practiquen deporte. El deporte tiene muchos efectos beneficiosos para el sistema cardiopulmonar, y una mejora en la capacidad pulmonar es de mucha ayuda en casos de ataques asmáticos.
Así, la falta de ejercicio conduce a una reducción de capacidad pulmonar, y ésta a un menor ejercicio, creando un circulo vicioso.
Los tratamientos disponibles para el asma muestran un progreso lento, puesto que cada nueva terapia debe ser minuciosamente evaluada antes de ser llevada a cabo. Todas tiene sus ventajas y sus limitaciones en cuanto a su eficacia y sus posibles efectos adversos. Así que deporte y dieta mediterránea – mejor prevenir, que tratar los síntomas.
La obesidad infantil dispara los problemas de anginas y vegetaciones
Hasta hace pocos años, la causa más frecuente del Síndrome de Apneas-hipopneas durante el Sueño (SAHS) infantil era la hipertrofia adenoamigdalar, es decir, el aumento de tamaño de las vegetaciones y anginas de los niños, que producía un efecto obstructor de la respiración similar a la apnea del sueño de los adultos. Sin embargo, a medida que aumenta la obesidad en la infancia, crece la incidencia de esta enfermedad -caracterizada por una obstrucción de las vías respiratorias superiores durante el sueño- en niños obesos.
Así lo ha puesto de manifiesto un estudio realizado en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete y presentado en el 45º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) celebrado en Madrid, en el que se revela que el perfil del niño que padece apnea está cambiando hacia un patrón más similar al de la edad adulta.
El neumólogo Sergio García, autor de la investigación, afirma que “un 35,5 % de los niños que formaron parte del estudio tenía hipertrofia adenoamigdalar sin obesidad, es decir, pertenecían al perfil tradicional de SAHS infantil; mientras que en el 41,9 % de los casos, la obesidad era el factor determinante”.
Tratamiento
Aunque la gravedad en el caso de ambos perfiles es la misma, el tratamiento es diferente: mientras que el SAHS producido por el aumento de las vegetaciones se trataba con cirugía, en el caso de los niños con SAHS asociado a la obesidad el tratamiento se basa en medidas encaminadas a la pérdida de peso, a aumentar la actividad física y a lograr hábitos de sueño saludables.
Fuentes de la SEPAR han afirmado que la obesidad infantil en España es una enfermedad emergente y su crecimiento es “rápido y preocupante” ya que “en los últimos 15 años el número de niños con obesidad ha pasado de un 5 a un 15 % en la franja de edad comprendida entre los seis y los 12 años de edad”. Además, “en edades cada vez más tempranas se muestra como evidencia el hecho de que uno de cada cuatro niños entre uno y cinco años sufre obesidad o sobrepeso”.
Los niños se ponen gordos si no cocina la madre
Un estudio demuestra, que cuando cocina la madre, los niños están mejor alimentados y son menos obesos. Científicos de la Universidad de Granada han comprobado, además, que los hijos de madres con estudios superiores presentan un mejor estado nutricional. Para llegar a estas conclusiones han analizado una muestra formada por 718 niños y adolescentes escolares de entre 9 y 17 años de edad.
Científicos de la Universidad de Granada han confirmado que existe una asociación significativa y directa entre el estado nutricional de los niños y quién les prepara la comida en casa. Así, los hijos cuyos menús son preparados por sus madres están mejor alimentados y sufren menos obesidad, mientras que el estado nutricional de los niños empeora cuando una persona diferente a la madre les prepara el menú familiar.
Este trabajo, publicado recientemente en la revista Nutrición hospitalaria, ha revelado que la cuestión de quién elabora el menú familiar a diario es “muy importante”, según los autores. Así, los científicos han observado que, a medida que el menú familiar es elaborado por personas diferentes a la madre, el estado nutricional de los hijos empeora considerablemente. Y es que en la actualidad “continúa siendo la madre la figura familiar que mejor conoce las necesidades alimentarias de sus hijos y la mejor preparada, en términos de conocimientos alimentarios, para la elaboración y el mantenimiento de una óptima alimentación familiar”, advierten.
Este artículo ha sido publicado por los investigadores de la Universidad de Granada María José Aguilar Cordero y Emilio González Jiménez (Departamento de Enfermería), Carmen García García (Laboratorio de Antropología Física), Pedro García López (Departamento de Estadística), Carlos Alberto Padilla López y Judit Álvarez Ferre (Grupo PAI de Investigación CTS-367 de la Junta de Andalucía) y Esther Ocete Hita (Departamento de Pediatría).
718 niños de Granada
En esta investigación, los científicos emplearon una muestra constituida por 718 niños y adolescentes escolares de entre 9 y 17 años de edad, pertenecientes a trece centros educativos públicos y privados de la ciudad de Granada y de su provincia. Mediante el uso de técnicas de antropometría, se valoraron las variables de peso y talla de los sujetos y, con ello, el índice de masa corporal; se efectuaron según edad y sexo. También fueron valorados seis pliegues cutáneos (pliegue tricipital, bicipital, subescapular, suprailíaco, pliegue del muslo y de la pantorrilla), así como cuatro perímetros corporales, esto es, de la cintura, de la cadera, del brazo y del muslo.
Por otra parte, y con objeto de analizar la influencia del entorno familiar en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad entre la población de alumnos, los científicos de la UGR emplearon un cuestionario específicamente elaborado por el equipo investigador, en el que no sólo se recogía información relativa a aspectos de su entorno familiar, sino también a la frecuencia de consumo de determinados alimentos y a la práctica de alguna actividad física.
Ocio sedentario
Los investigadores han encontrado asimismo una relación entre la práctica del ocio sedentario y los valores de índice de masa corporal (IMC), encontrando diferencias estadísticamente significativas para IMC de aquellos individuos con actitudes ociosas eminentemente sedentarias, frente a aquellos otros que no las mantenían. Así pues, a medida que aumenta el número de horas que los alumnos ven la televisión, juegan con los videojuegos o simplemente están conectados a internet, sus puntuaciones en el índice de masa corporal se incrementan exponencialmente.
A la luz de los resultados de este trabajo, los científicos han concluido que existe “una imperiosa necesidad” de fomentar prácticas y estilos de vida saludables entre las familias, entre las cuales es altamente recomendable la práctica de ejercicio físico a través de “juegos clásicos”. Se trata de la mejor herramienta para mantener un adecuado estado nutricional y, en definitiva, un óptimo estado de salud, máxime cuando los principales implicados son sujetos de corta edad, en este caso población en edad escolar.