Cada vez comemos más comida grasa y raciones más copiosas
“La alimentación es básica en el desarrollo de las personas y clave para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas”. Esta afirmación no nos coge por sorpresa, si no fuera porque parte de una realidad muy distinta. Así lo ha expuesto Amelia Martí, profesora del departamento de Ciencias de la Alimentación, Fisiología y Toxicología de la Universidad de Navarra, que ha alertado del exceso de consumo de grasas, dulces y sal, en detrimento de los carbohidratos y la fibra, en una charla organizada por el Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y Diario de Navarra.
La temática elegida para la ocasión, “Enseñemos a comer bien a nuestros hijos”, coincidiendo con la campaña de este año del Día Nacional de la Nutrición.
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Martí, que compareció junto a Carolina Ugarte, profesora del departamento de Educación, recordó que, en general, hay un exceso de ingesta en carnes rojas y embutidos, frituras, bollería industrial y bebidas azucaradas, a lo que hay que añadir que se han aumentado las raciones de comida.
Variedad y facilidad
Según la experta, la consecuencia de todo esto es la acumulación de tejido graso en el organismo. “Gastamos menos, porque hay ascensor y otras comodidades, y comemos más, en parte, porque hay más disponibilidad de alimentos”.
Esto no siempre ha sido así, por eso es importante cambiar los hábitos en la dieta empezando por los más pequeños. En este sentido, apuntó que hoy en día se tiende a suprimir el desayuno en los niños, lo que provoca que no se cumplan sus requerimientos de calcio y que disminuya su rendimiento escolar.
Picotear a deshoras
Por otro lado, el exceso de picoteo puede suponer hasta un 30 % de la energía ingerida, aunque su efecto saciante es escaso y suelen ser alimentos ricos en grasa y sal.
Y otro inconveniente de este tipo de comida es que no siempre es fácil quitar una mancha de grasa.