Beneficios de seguir usando la mascarilla aunque no sea obligatoria
Entrar a un supermercado, a una tienda o a un bar y que nadie lleve puesta la mascarilla es cada vez más habitual. Nuevos hábitos que muchas personas han adquirido porque desde el pasado mes de abril el uso de mascarilla ya no es obligatorio en algunos interiores, pero las autoridades sanitarias siguen recomendando su uso en ciertas situaciones y, sobre todo, para personas vulnerables. Si el Gobierno ha quitado la obligación de usar esta medida de protección, ¿por qué se sigue recomendando? ¿Sirve de algo que lleve puesta la mascarilla en un espacio cerrado si nadie más la lleva?
Contenido de la información:
¿Ponerse la mascarilla o no?
Aunque tanto los niveles de fallecimientos como de saturación hospitalaria por la COVID-19 han disminuido, la crisis sanitaria no ha terminado. La pandemia sigue presente y, aunque con menor gravedad, los contagios siguen produciéndose prácticamente a diario.
No hay que olvidar que a pesar de no ser obligatorias, las autoridades sanitarias recomiendan que se mantenga el uso de la mascarilla en diferentes espacios y situaciones. Entonces, ¿qué diferencia hay entre una persona que lleve la mascarilla puesta y otra que no en un lugar cerrado? ¿Cuáles son los beneficios de ponerse la mascarilla como hasta ahora?
Beneficios de seguir usando la mascarilla
1. Numerosos estudios e investigaciones elaborados por el Ministerio de Sanidad y otros organismos han respaldado el uso de la mascarilla como medida de protección extra frente al coronavirus. Aunque el grado de seguridad y protección depende del tipo de mascarilla. Si es quirúrgica la protección es menor que con una mascarilla de tipo FFP2 o FFP3. La elección de la mascarilla es muy importante, sobre todo para protegerse de las variantes más agresivas y peligrosas de la COVID-19. En cuanto al uso de mascarillas caseras, elaboradas en casa, el Ministerio de Sanidad ya anunció que estas no tienen la misma efectividad que las de tipo quirúrgico o FFP2, FFP3.
2. Por otra parte, hay que tener en cuenta que la gravedad de las infecciones por coronavirus ha disminuido gracias a la pauta de vacunación. Esto supone que las personas contagiadas no lo pasan tan mal cuando tienen la enfermedad y pueden parecer que simplemente tienen gripe. O directamente que son personas asintomáticas. Juntarse con estos dos perfiles en un espacio cerrado sin mascarilla aumenta el riesgo y peligro de contagio, sobre todo, porque en la muchos casos se desconoce que esa persona tiene coronavirus. Esto quiere decir que otro de los beneficios de seguir usando la mascarilla es que consigues una mayor protección si coincides en un espacio cerrado con una persona asintomática o contagiada.
3. El uso generalizado de la mascarilla ayuda a la mayor protección de las personas vulnerables, como los mayores de 60 años, las mujeres embarazadas o personas con problemas en el sistema inmunitario.
4. Más allá del contagio por coronavirus, llevar la mascarilla en ciertos espacios minimiza el riesgo de contagio por otras enfermedades más comunes, como pueden ser los resfriados y la gripe con los cambios de tiempo. Por tanto, este es un beneficio por partida doble, puesto que hay muchas otras enfermedades de las que puedes contagiarte más allá del coronavirus. Aunque la pandemia ha eclipsado de tal manera este concepto, que la convivencia de varios de estos virus ha puesto en circulación varios falsos mitos sobre los contagios por la gripe y la COVID-19.
5. Con las mascarillas, las personas alérgicas al polen han descubierto un nuevo mundo. Salir a la calle en primavera y no estornudar al segundo es algo que solamente puede lograrse al usar la mascarilla, puesto que esta actúa de barrera y evita que las partículas de polen se acerquen a los orificios nasales y a la boca.
6. Para algunas personas, seguir usando la mascarilla les ayuda a perder el miedo al contagio por coronavirus y a volver a las rutinas habituales sin temor ni ansiedad social.
7. Otro beneficio que, aunque no tiene nada que ver con la seguridad, es un plus, es que en invierno, llevar una mascarilla protege la zona de la nariz y de la boca del frío.
8. Aunque esta no debe ser la única medida de protección, sino que debe complementarse con otras como la distancia social, lavado de manos, higiene y ventilación para garantizar la máxima protección. En resumen, el uso de la mascarilla reduce la emisión de las personas que la llevan de los aerosoles generados al respirar, hablar, gritar, estornudar o toser y, por tanto, es eficaz para reducir el riesgo de contagio de los virus respiratorios.
¿Sirve de algo llevar la mascarilla en un sitio cerrado si los demás no la llevan?
Sí. Como hemos explicado en el apartado anterior, usar la mascarilla aporta protección y, por tanto, si la usas en una tienda o supermercado, aumentarás tu protección y seguridad, aunque el resto de personas no la lleven. La situación ideal para minimizar al máximo el riesgo de contagio sería que todo el mundo la llevara puesta, pero como esto parece algo cada vez más imposible e inusual, si quieres protegerte de posibles infecciones, solamente tienes que colocarte bien la mascarilla y entrar a cualquier local con ella.