Beneficios de dejar de fumar
Todos sabemos que dejar de fumar tiene muchos beneficios para nuestra salud a largo plazo, pero también tiene efectos muy positivos desde el momento que decidimos apagar el último cigarrillo. Hay varios métodos para dejar de fumar caseros que puedes seguir si te estás preguntando cómo dejar de fumar definitivamente. Para animarte a hacerlo, te contamos cuáles son los beneficios que se notan desde el minuto cero. Porque dejar de fumar implica disponer de más tiempo y más dinero que emplear en otras motivaciones. Hecho más que suficiente para generar un gran sentimiento de logro y de satisfacción que se transforma en un aumento de la autoestima al ser capaces de controlar la ansiedad por fumar.
Si estás pensando en dejarlo, pero no estás convencido por si ello supone un aumento de peso, puedes consultar todos los detalles sobre si es posible dejar de fumar y no engordar en función a los resultados de diferentes estudios científicos que han analizado este supuesto.
Contenido de la información:
Beneficios de dejar de fumar a corto plazo y a largo
Además de todos los beneficios de dejar de fumar que se van a ver de forma inmediata, hay muchos otros que, aunque con carácter secundario, también puede ser muy relevantes en nuestro día a día. Uno de ellos tiene que ver con el estrés. Aunque se tiende a pensar que la nicotina alivia el estrés, lo cierto es que lo único que hace es satisfacer la demanda del cuerpo de más nicotina. Varios estudios han probado que unos meses después de dejar de fumar, los ex fumadores se sienten mucho menos estresados.
Y estos son los beneficios desde el primer día que se deja de fumar:
A los 20 minutos
El pulso y la tensión arterial se normalizan. También se incrementa el flujo sanguíneo.
A las 8 horas
Disminuye el nivel de monóxido de carbono en la sangre.
A las 48 horas
La nicotina y el monóxido de carbono desaparecen por completo del cuerpo y, por lo tanto, aumenta el nivel de oxígeno en la sangre y se nota una mejoría física notable. Además, la sangre fluye más fácilmente, por eso las personas que padecen problemas circulatorios notan que los dedos se les enfrían menos.
A los 3 días
La mucosidad desaparece de la garganta y los bronquios. Disminuyen las dificultades respiratorias.
A los 5-7 días
El aliento es más fresco, los dientes están más limpios y mejora el sentido del gusto y el olfato.
A las 2-3 semanas
Disminuye el riesgo de trombosis y desaparece el síndrome de abstinencia físico. Tras 2 o 3 semanas sin fumar, es posible pasar varias horas sin acordarse del tabaco.
A las 3-4 semanas
La fatiga ante el ejercicio físico disminuye. Se tiene más energía y los pulmones son más fuertes ante una posible infección.
A los 2-3 meses
La función pulmonar mejora un 5 %, aproximadamente. De aquí hasta los 6 meses sin fumar, estás en el medio de conseguir el siguiente beneficio.
A los 9 meses
Tras este periodo sin fumar, se consigue toser menos y respirar mejor.
Al año
Una vez que ha pasado un año desde que se dejó de fumar, el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares se divide por dos.
A los 2-3 años
El riesgo de sufrir un infarto o una angina de pecho continúa descendiendo y además, el de padecer neumonía o gripe es igual al de una persona no fumadora.
A los 5 años
Se reduce a la mitad el riesgo de padecer cáncer de garganta, esófago y vejiga.
A los 5-10 años
En este periodo se consigue que los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares o trombosis sean iguales a los que puede tener un no fumador.
A los 10 años
Se divide por dos el riesgo de contraer cáncer de pulmón, el más común entre los fumadores.
A los 15-20 años
Al llevar más de 15 años sin probar un cigarrillo, el riesgo de padecer cáncer ya es igual al de los no fumadores. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la probabilidad de sufrir cáncer de pulmón de un ex fumador con más de 20 cigarros diarios a sus espaldas, siempre será el doble que la de una persona que nunca haya fumado.
Dejar de fumar antes de los 30 te da 10 años más de vida
Fumar es dañino y está asociado a enfermedades en el pulmón y en el corazón, nada nuevo porque es algo que los científicos llevan tiempo alertando a la sociedad. ¿Hasta qué punto? El exceso de riesgo de muerte prematura se reduce en un 90 % en las mujeres que abandonan el hábito antes de los 40 años y en un 97 % en quienes lo dejan antes de los 30, lo que supone vivir 10 años más.
La revista The Lancet publica un estudio realizado durante 12 años sobre más de un millón de mujeres en el que demuestra que la cantidad de cigarrillos, la edad a la que se empieza a fumar y el momento en que se deja, condicionan la esperanza de vida. El mayor estudio sobre los riesgos del tabaco y los beneficios de dejar de fumar en mujeres de Reino Unido ha demostrado que las fumadoras pierden al menos diez años de su vida.
Uno de los puntos clave del trabajo, conducido por investigadores de la Universidad de Oxford, en Reino Unido, es que “demuestra que la edad a la que se deja el tabaco condiciona el riesgo de mortalidad de las fumadoras”, explica Richard Peto, coautor del estudio.
Tanto los riesgos de fumar como los beneficios de dejarlo son mayores de lo que estudios anteriores habían sugerido
En el estudio se han analizado datos recogidos de 1.300.000 mujeres de Reino Unido de entre 50 y 65 años, que fueron seleccionadas para la muestra entre 1996 y 2001. Estas completaron un cuestionario en el que declaraban si eran o no fumadoras, el número de cigarrillos que consumían, su estilo de vida y daban datos acerca de factores sociales y médicos.
El registro del Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS por sus siglas en inglés) hizo un seguimiento de las mujeres durante 12 años, hasta enero de 2011, para informar a los investigadores siempre que alguna participante moría, explicando también cuál había sido la causa de la muerte. Además, tres y ocho años después de comenzar el proceso fueron entrevistadas de nuevo por correo.
Del total de las encuestadas, el 20 % fumaban, el 28 % eran ex fumadoras y el 52 % nunca habían fumado. Se tuvieron en cuenta variables como la región geográfica, la edad, el índice de masa corporal, el estatus socioeconómico y la cantidad de alcohol ingerido.
Pasados tres años desde el inicio del estudio observaron que “aquellas que seguían fumando tenían casi un 3 % más de probabilidad de morir en los siguientes nueve años que las no fumadoras”, explica Peto.
Según los investigadores, ese 3 % adicional significa que “dos tercios de todas las muertes de fumadoras de 50, 60 y 70 años fueron causadas por el tabaco”. Se trata de un dato importante, puesto que la mayoría de las diferencias de mortalidad entre fumadoras y no fumadoras se produjo por enfermedades asociadas al tabaco, como cáncer de pulmón, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infarto de miocardio y cardiopatías.
La cantidad de cigarrillos influye
El riesgo de muerte entre las fumadoras aumentaba con el número de cigarrillos. No obstante, fumar poco también mata: en el estudio, la mortalidad de las fumadoras ligeras —de uno a nueve cigarros al día— fue el doble que la de las no fumadoras.
La edad a la que las participantes habían empezado a fumar regularmente influyó en su riesgo de mortalidad. “Quienes comenzaron a los 15 años tenían mayor riesgo de muerte que las que habían comenzado a los 19”, recoge el estudio. Las enfermedades que resultaron más peligrosas para las fumadoras fueron el cáncer de pulmón y la EPOC.
Los científicos se han basado en resultados del estudio Million Women, un análisis cuyo objetivo es descubrir y calcular los riesgos de fumar y los beneficios de dejar el tabaco a diferentes edades. Su investigación se publica el día 27 de octubre para celebrar el aniversario del nacimiento de Richard Doll, uno de los pioneros en identificar la conexión entre el tabaco y el cáncer de pulmón.
Con este trabajo los científicos alertan de que “tanto los riesgos de fumar como los beneficios de dejarlo son mayores de lo que estudios anteriores habían sugerido” comenta Peto.
Hasta ahora muchas investigaciones han infravalorado el impacto que el tabaco tiene sobre la mortalidad femenina “simplemente por el largo tiempo comprendido desde que las mujeres jóvenes comienzan a fumar hasta que aparece una enfermedad en la edad adulta o en la vejez”, explica Rachel Huxley, profesora de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos.
Esta investigación “sirve para comprender que dejar de fumar a edades tempranas es importante para ampliar la esperanza de vida y evitar enfermedades muy serias relacionadas con el tabaco”, concluyen los autores.