Avellanas contra la glucosa alta: el fruto seco que controla el azúcar en sangre
Los frutos secos suponen una gran fuente de energía y de las conocidas como grasas saludables. Se han convertido en uno de los snacks más de moda que pueden tomarse como un simple picoteo con el vermú o incorporarlos en las recetas de ensaladas, guisos y en postres. Son muchos los beneficios del consumo de este grupo de alimentos, aunque siempre y cuando se realice mediante una ingesta de cantidad moderada. ¿Pero, cuáles son estos beneficios? ¿Qué efectos tiene el consumo de avellanas y otros frutos secos en la salud?
El consumo moderado de avellanas tiene asociados múltiples beneficios en la salud, entre los que destacan los siguientes: Permiten controlar los niveles de azúcar en sangre, son ricos en proteínas, actúan como agentes que previenen el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzhéimer y reducen el colesterol, entre otros.
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Contenido de la información:
Las avellanas controlan el nivel de glucosa
Un nivel alto de glucosa en sangre puede ser un signo de diabetes. Por ello, es un indicador que hay que mantener bajo control en función de los baremos que indican cuáles son los niveles normales de glucosa en sangre. En el caso de tener unos indicadores elevados, hay algunos alimentos que pueden ayudar a controlar el nivel de azúcar en sangre. Aunque en ningún caso son sustitutivos de los tratamientos específicos de pacientes diabéticos.
Sin embargo, debido al alto aporte de fibras y nutrientes, el consumo de avellanas contribuye a un buen mantenimiento y control de la glucosa en el organismo. En concreto, el estudio ‘Frutos secos, síndrome metabólico y diabetes‘, publicado en Semantic Scholar, señala los beneficios de consumir frutos secos y su efecto en pacientes con diabetes. En concreto, establecen que, “aunque se requiere más investigación para evidenciar la capacidad de los frutos secos para mejorar el control glucémico a largo plazo, los primeros datos indican que sí se justifica la introducción de estos alimentos en las dietas de personas con diabetes y síndrome metabólico“.
Una actuación que se justifica por el potencial de los frutos secos, como las avellanas, para reducir la cardiopatía coronaria y disminuir la respuesta glucémica cuando se consumen alimentos con carbohidratos de alto índice glucémico, individuos normoglucémicos y en diabéticos tipo 2.
Las avellanas reducen el colesterol
El estudio ‘Efectos del consumo de avellanas sobre los lípidos en sangre y el peso corporal: una revisión sistemática y un metanálisis bayesiano‘, publicado en Multidisciplinary Digital Publishing Institute, señala que el consumo de este alimento se ha asociado a una disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares. Se ha realizado un análisis de una dieta enriquecida con avellanas frente a otras dietas de control en un total de 425 participantes durante un periodo de entre 28 y 84 días.
Una de las conclusiones es que se reduce significativamente el colesterol en las dietas enriquecidas con avellanas. Debido al tipo de grasas que poseen y a los compuestos fenólicos que poseen, las avellanas han demostrado contribuir a reducir el colesterol malo en el organismo y así, reducir el riesgo cardiovascular. En resumen, una dieta enriquecida con avellanas muestra una tendencia hacia la reducción del colesterol total. Estos datos muestran un efecto potencialmente favorable en la prevención de enfermedades cardiovasculares. Y como la diabetes suele tener efectos negativos en el colesterol al reducir el bueno e incrementar el malo, el consumo de avellanas proporciona un doble beneficio a los pacientes diabéticos.
Aporte de nutrientes y beneficios del consumo moderado de avellanas
La Fundación Española del Corazón, señala que los frutos secos, entre los que se incluyen las avellanas, se caracterizan por ser ricos en proteínas y grasas. Y que, además, cuentan con un bajo contenido en hidratos de carbono. Presentan minerales de fácil absorción, como el potasio, fósforo, hierro y magnesio. Y son ricos en fibra insoluble, como el hierro, magnesio y ácido fólico, entre otros.
A pesar de los beneficios asociados al consumo de este alimento, hay que evitar consumirlos en grandes cantidades por su mala digestibilidad y su elevado aporte calórico. En concreto, se recomienda consumir entre 3 y 7 raciones a la semana, teniendo en cuenta que una ración la componen entre 20 y 30 gramos de frutos secos.
Las avellanas contra el Alzhéimer
El estudio ‘Almendra, avellana y nuez, tres frutos secos para la neuroprotección en la enfermedad de Alzheimer: una revisión neurofarmacológica de sus constituyentes bioactivos‘, publicado en National Library of Medicine de Estados Unidos, señala que el consumo de este fruto seco, combinado con otros, como las almendras y las nueces, puede ayudar a prevenir el desarrollo de determinadas enfermedades neurodegenerativas. El motivo de esta capacidad protectora se debe a sus componentes bioactivos que actúan como antioxidantes y ayudan a retrasar el envejecimiento de forma prematura.
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