Aumenta la exclusión residencial en España: la vivienda divide cada vez más a propietarios e inquilinos

Vista de viviendas en Barcelona.
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NOTICIA de Javi Navarro
11.04.2025 - 12:37 CET    Actualizado 11.04.2025 - 12:37 CET

La exclusión residencial sigue creciendo en España. La segunda edición del informe de Provivienda, ‘Prevención y atención de la exclusión residencial. El papel del capital social’, alerta de que este fenómeno ya no solo afecta a los grupos más vulnerables, sino que alcanza cada vez más a personas con rentas intermedias, especialmente a aquellas que viven de alquiler. “Una parte considerable de la población con rentas intermedias se está empobreciendo y sumando a quienes están ya en situación de vulnerabilidad”, señala Elena Martínez Goytre, responsable de investigación y evaluación de Provivienda. “La brecha que separa a las personas que están dentro de las que están fuera es cada vez mayor debido a los problemas relacionados con la vivienda”. El nuevo informe de Provivienda revela que el capital social es clave para prevenir situaciones de exclusión.


Según el estudio, la estructura social se está polarizando entre quienes poseen una vivienda y quienes deben alquilar. La presión es especialmente intensa en Cataluña y el País Vasco, donde la mitad de los hogares inquilinos deberían destinar más del 40 % de sus ingresos al pago del alquiler.

En solo cinco años, la exclusión residencial ha aumentado en 4,5 puntos porcentuales. Aunque los problemas de asequibilidad se han mantenido relativamente estables entre 2020 y 2023, Provivienda advierte de que esta aparente estabilidad es engañosa: los datos reflejan a hogares que accedieron a su vivienda antes del fuerte repunte de los precios, y que ahora necesitan realizar un esfuerzo económico mucho mayor para mantenerse.

El capital social: una red de seguridad cada vez más frágil

El informe pone el foco en el papel del capital social —las redes de apoyo familiares, de amistad o institucionales— como un elemento esencial para prevenir situaciones graves de exclusión.

“España tiene un modelo familiarista en el que las principales ayudas proceden de la familia”, explica Provivienda. De hecho, como muestran los datos, las redes familiares y de amistades son la principal fuente de apoyo para afrontar pagos relacionados con la vivienda.

Sin embargo, la fortaleza de estas redes depende en gran medida del nivel socioeconómico. “Los perfiles más vulnerables muestran un capital social comparativamente más frágil”, advierte el estudio. Para estos grupos, las redes formales, como las administraciones públicas o las entidades sociales, son cruciales, aunque no siempre llegan a cubrir todas las necesidades.

El capital social también actúa como un puente hacia oportunidades de integración social y movilidad. “Las personas con redes más amplias y densas tienen mayores oportunidades de acceder a apoyo emocional, información y recursos”, señala el informe.

Emancipación y alquiler: una carrera de obstáculos

Los jóvenes son uno de los colectivos más afectados por esta crisis residencial. El Observatorio de Emancipación revela que el 66,4 % de las personas entre 16 y 24 años que logran independizarse deben compartir piso para poder afrontar el alquiler.

La situación de precariedad se extiende también a adultos. “Buscar casa era como un trabajo, tenías entrevistas donde tenías que pasar un casting”, relata Paula, de 51 años, que tras múltiples dificultades vive actualmente en casa de su madre.

Otros testimonios reflejan la creciente inestabilidad que sufren los inquilinos. “El estrés lo teníamos encima porque veíamos que en cualquier momento o nos iban a subir el alquiler o nos iban a echar del edificio”, lamenta Lucas, de 48 años, residente en Madrid. El informe recomienda un cambio de modelo residencial, fomentando la vivienda social y asequible, y fortaleciendo las políticas preventivas y de acompañamiento integral.

Una llamada a actuar

Provivienda advierte de que si no se toman medidas estructurales, la brecha de exclusión residencial seguirá ampliándose. El informe recomienda impulsar “un cambio de modelo residencial que genere alternativas reales de vivienda social y asequible”, apoyando a los hogares más vulnerables a través de políticas preventivas y acompañamiento integral.

En definitiva, el acceso a una vivienda digna se está convirtiendo en un privilegio cada vez más exclusivo en España. Y, como concluye Elena Martínez Goytre, “el capital social y las redes formales e informales con las que cuentan las personas están jugando un papel fundamental en la prevención de problemas más graves”.

¿Qué es la exclusión residencial?

La exclusión residencial se refiere a la situación en la que las personas no pueden acceder o mantener una vivienda adecuada, segura y estable.

¿Cómo afecta el alquiler a la exclusión residencial?

Según Provivienda, el alquiler incrementa la vulnerabilidad de los hogares, especialmente cuando el esfuerzo económico supera el 40 % de los ingresos disponibles.

¿Qué papel juega el capital social en la prevención de la exclusión residencial?

El informe destaca que las redes de apoyo familiares, amistosas y formales (administraciones públicas y entidades sociales) son fundamentales para prevenir situaciones graves de exclusión.

¿Qué grupos son los más afectados por la crisis de la vivienda?

Los jóvenes, las personas con rentas intermedias que viven de alquiler y los hogares en situación de vulnerabilidad son los principales afectados.



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