Anécdotas curiosas sobre las cosas que nos olvidamos en los hoteles

Anécdotas curiosas sobre las cosas que nos olvidamos en los hoteles
NOTICIA de Javi Navarro
08.07.2014 - 19:33h    Actualizado 03.04.2024 - 14:37h

¿Qué nos dejamos olvidado en los hoteles? Quien más, quien menos, alguna vez se ha dejado algo olvidado en la habitación del hotel, aunque algunos olvidos, además de curiosidad, pueden generar alguna que otra pregunta. Sorpréndete, porque entre los olvidos más increíbles se incluyen desde un reloj de oro a un consolador o la dentadura postiza. Y algunos van más allá, olvidándose de recoger a su mujer o a su madre.

Todo es posible, aunque algunos olvidos no sean fáciles de explicar. Y si no que se lo digan a los responsables de la selección de Camerún que, en este Mundial de Fútbol de Brasil, se olvidaron de dos de los jugadores, en concreto al delantero Fabrice Olinga y al defensa Cédric Djeugoue. La solución: regresar al hotel a buscarlos. Esta, sin duda, podría ser una de las curiosidades a incluir entre los olvidos más singulares y sorprendente. Porque una cosa es dejarse el cepillo de dientes o una prenda de ropa, y otra muy distinta la dentadura o el reloj de oro.

El buscador de hoteles y vuelos Jetcost se preguntó que cosas se dejan olvidadas los viajeros en los hoteles. Y desde luego que lo que encontraron a alguno dejará con la boca abierta. En esta particular lista hay de todo: cámaras de fotos, ropa, libros, cargadores de móvil, peluches o despertadores. Lista a la que hay que añadir, aunque resulte sorprendente, dentaduras postizas (incluso una de oro valorada en más de 8.000 euros), ojos de cristal, piernas ortopédicas o fajas lumbares. No faltan tampoco los consoladores, las cajas de condones y las muñecas hinchables.

Hay otros olvidos que también dan que pensar. ¿Se imaginan olvidarse a un bebé? Pues esto es lo que le sucedió a una pareja que se dejó, durante unas horas, a su bebé en la cuna, o un hombre que se olvidó de su mujer y solo cuando estaban en el aeropuerto cayeron en la cuenta. También hay quien se olvida de su madre, de un amigo o del novio tras la fiesta de despedida de soltero. Y hasta una urna con cenizas o una mascota, desde un perro a caracoles vivos.

Desde luego que la lista no tiene desperdicio. El buscador se ha topado con otros olvidos igual de sorprendentes, como la pistola que un policía se dejó debajo de la almohada, o el reloj marca Rolex. También hay que con las prisas y los nervios se dejó el anillo de compromiso, o el que olvidó las llaves del Rolls-Royce o el Ferrari 458. En un hotel de la capital de Estambul se halló incluso una espada Yakuza, perteneciente a un viajero procedente de Japón. En Barcelona, el hallazgo fue en metálico, nada menos de 200.000 euros en billetes de 500 euros, aunque eran falsos. Y en un hotel de Cardiff se olvidaron unas 3.000 libras en peniques.

No todas las cosas que los viajeros dejan en los hoteles son olvidos, porque algunas veces son la mejor excusa para deshacerse de algo. Es lo que hizo un escritor que, tras ser invitado a dar un pregón en una localidad española, recibió de regalo un lote de libros que, además de voluminosos, no despertaban su interés. ¿Qué hacer? Para no desairar a los anfitriones, decidió que lo mejor era esconderlos en la habitación del hotel, y así lo hizo, ocultándolos en la escayola del techo, donde, por cierto, alguien ya había colocado antes otro lote similar de libros.

Los cargadores de los teléfonos móviles es lo que más olvidamos en los hoteles

Una encuesta realizada en España en los hoteles Holiday Inn y Express by Holiday Inn, pertenecientes al grupo hotelero IHG, muestra cómo los huéspedes olvidan, en ocasiones, objetos inolvidables. Estos hoteles están ya acostumbrados a encontrarse objetos perdidos de lo más diversos. Los cargadores de teléfonos móviles son los más comunes, cientos de ellos son encontrados cada año en las habitaciones sin que sean reclamados por sus dueños. Igual sucede con las prendas de vestir, fundas de almohada, libros, medicinas, bolsas de aseo, pijamas, peluches o botellas de alcohol. “Lo que resulta más incomprensible es que ciertos objetos valiosos como relojes, teléfonos móviles e incluso joyas no solamente sean olvidados, sino que además nunca sean reclamados”, apuntan desde la cadena de hoteles.

Los cargadores de los teléfonos móviles, lo más olvidado en los hoteles

Los objetos perdidos se guardan en el hotel durante un periodo de entre tres meses y un año con una referencia al número de habitación y a la fecha de salida, de modo que el cliente pueda reclamarlo. Sin embargo, muchas veces son olvidados para siempre. Los que no se olvidan de algunos objetos perdidos son los propios trabajadores de los hoteles Holiday Inn y Express by Holiday Inn. “A veces resulta difícil explicarse cómo una persona puede olvidarse su dentadura postiza o su prótesis de pecho sin percatarse de ello”, afirma Mª Carmen Rueda, Gobernanta General del hotel Holiday Inn Madrid, “y hay objetos olvidados que nosotros siempre recordamos con cariño por el buen rato que pasamos comentándolo, como cuando encontramos un frasco de baba de caracol e intentamos averiguar cuál era su utilidad”.

La lista de objetos es interminable y de lo más variopinta, desde una báscula de peso a un cazo de cocina, y las clásicas combinaciones eróticas compuestas normalmente por una película, algún juguete y un disfraz. Una bota de vino junto a unos calzoncillos ha sido, hasta ahora, de las combinaciones eróticas que más debate han provocado, aunque entre los objetos más raros está, sin duda, una casita de perro encontrada en una habitación, afortunadamente sin la mascota dentro.



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