Ahora es el momento de cambiar las calderas de carbón

Ahora es el momento de cambiar las calderas de carbón
NOTICIA de Javi Navarro
06.05.2008 - 20:30h    Actualizado 31.03.2023 - 08:23h

Las comunidades de propietarios que todavía conservan la instalación de carbón para calefacción y agua caliente sanitaria tienen la posibilidad de acogerse al Plan de Sustitución de Calderas Comunitarias de Carbón en Madrid y beneficiarse de una importante subvención en el coste de transformación de la vieja central de carbón a una sala moderna, eficiente y que funcione con gas natural.

La compañía REMICA, líder en eficiencia energética, ofrece la solución para cumplir con la normativa establecida en el nuevo RITE, que obliga a sustituir las viejas calderas de carbón. Este servicio se suma a la iniciativa de la administración regional y municipal para transformar las viejas salas de carbón, cuya subvención puede llegar al 85 % del coste de renovación.


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El objetivo perseguido es que a partir de 2008 tanto la capital española como el resto de municipios de la comunidad vayan eliminando las más de 1.500 calderas de carbón que todavía perviven a lo largo de nuestra comunidad autónoma, y de las cuales más del 80 % se encuentran en la capital española.

La campaña iniciada por REMICA, se adelanta a lo establecido en el nuevo RITE, Reglamento de Instalaciones Térmicas de los Edificios, donde se marca el año 2011 como fecha límite para renovar totalmente el parque de calderas de baja eficiencia energética, como son las calderas de carbón.

La cantidad subvencionada puede llegar al 75 %, que se divide en un 30 % aportado por la Comunidad de Madrid, un 25 % por el Ayuntamiento madrileño, en el caso de que la instalación se encuentre dentro del citado municipio, y un 20 % por la compañía Gas Natural Distribución.

A esto, se le puede añadir un 10 % adicional si al final la comunidad de vecinos se decide por contratar el servicio de Gestión Energética.

Si establecemos una comparación entre una instalación que use combustible carbón y otra que utilice el gas, las razones para transformar se hacen evidentes, explica Manuel Acosta, director general de REMICA.

“La principal ventaja de una instalación de calefacción y agua caliente que funcione con gas natural, recae en el hecho que este es un combustible más limpio y con menos índice de contaminación, todo al contrario de las instalaciones de carbón que generan gases nocivos como el dióxido de azufre y otros contaminantes”, detalla Manuel Acosta.

“El suministro de gas natural no precisa de un espacio específico para almacenar el combustible, como pasa con la caldera de carbón, que requiere el depósito del carbón en estancias, a menudo sucias y poco higiénicas”, aclara el director general de REMICA. Y además “a diferencia de las salas de carbón que necesitan mano de obra permanente para su encendido y carga, el mantenimiento de las salas de gas es mínimo”.

En un entorno preocupado por el cambio climático y la reducción de emisiones de CO₂, las calderas de gas tienen un rendimiento energético muy superior, lo que reduce la factura de consumo energético, elemento a tener en cuenta por los vecinos de Madrid.

En resumen, las ventajas económicas y medioambientales de la sustitución del carbón por gas en las salas de calderas son numerosas, sin menospreciar los beneficios de una modernización y mayor eficiencia y rendimiento que conlleva renovar dicha instalación de calefacción y agua caliente.



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