10.000 enfermedades causadas por el trabajo no se consideran profesionales por la Seguridad Social

10.000 enfermedades causadas por el trabajo no se consideran profesionales por la Seguridad Social
NOTICIA de Javi Navarro
14.05.2011 - 15:10h    Actualizado 28.06.2021 - 09:09h

La Seguridad Social ha realizado un informe sobre enfermedades que contrae el trabajador o lesiones que ya padeciera con anterioridad y se agravan como consecuencia del trabajo. Se detectaron durante el pasado año 2010 en España 10.042 enfermedades, no consideradas como enfermedades profesionales, pero sí causadas o agravadas por el trabajo. De esta cantidad, 9.467 corresponden a patologías no traumáticas causadas por el trabajo y 575 a enfermedades agravadas por la actividad laboral.


Estos son los resultados del primer Análisis General de Patologías no Traumáticas Causadas o Agravadas por el Trabajo (Panotratss) 2010, que completa la estadística de la Seguridad Social sobre las enfermedades relacionadas con el trabajo. Las enfermedades, no profesionales, pero a causa del trabajo más frecuentes están relacionadas con patologías no traumáticas del aparato locomotor, principalmente de columna, y con afecciones de la conjuntiva.


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Por sectores, estas patologías tienen mayor incidencia en la Industria, seguida de la Construcción y el Comercio.

Actuaciones de la Seguridad Social

En los últimos años, la Dirección General de Ordenación de la Seguridad Social ha desarrollado un conjunto de actuaciones destinadas a obtener información con el objetivo de avanzar en la prevención de riesgos, reducción de la siniestralidad en las empresas y mejorar el trámite y protección de las enfermedades laborales.

En este sentido, en 2007 se implantó el Sistema de Comunicación de Enfermedades Profesionales (Cepross) que recibe información de las patologías sufridas por los trabajadores incluidas en el cuadro de enfermedades profesionales. En 2010 se registraron en España 18.186 enfermedades profesionales. Además, Cepross contiene un Sistema de Alertas que detecta en tiempo real las empresas que superan los límites de siniestralidad establecidos. En 2008, primer año que se puso en marcha este sistema hubo 220 empresas que superaron los límites, cifra que se redujo a 131 el año pasado.

A efectos de prevención e información, las enfermedades causadas por el trabajo se deben entender, al igual que en el resto de Europa, como las denominadas enfermedades profesionales incluidas en el listado como tales, medidas por Cepross, y que van asociadas al desarrollo de una actividad económica y las enfermedades causadas por el trabajo que no están asociadas al desarrollo de una actividad, medidas por Panotratss. Según la suma de ambos sistemas, en España en 2010 hubo un total de 28.228 enfermedades relacionadas con el trabajo.

España y Francia con los sistemas de información sobre prevención más efectivos

España y Francia son los países de la Unión Europea que registran un mayor número de enfermedades declaradas a causa del trabajo ya que poseen, según ha reconocido la propia UE, los sistemas de información más efectivos con importante incidencia en la prevención. Así, la relación entre el número de enfermedades profesionales y de muertes de trabajadores activos derivadas de las mismas es muy bajo. En 2010 murieron cinco trabajadores a causa de enfermedad profesional, a estos hay que añadir 291 fallecimientos de pensionistas de incapacidad permanente por enfermedad profesional en el mismo año, de los que 42 eran menores de 65 años y el resto superaba esa edad.

Las bajas laborales por enfermedad se reducen

El 52 % de los partes por enfermedad profesional comportan una baja laboral, con tendencia a la reducción. Las bajas laborales por enfermedad profesional se han reducido de 11.400 en 2007 a 8.765 en 2010, mientras que los partes de enfermedad profesional que no dan lugar a baja laboral han aumentado de 5.418 a 8.077 en el mismo periodo.

Por último, hay que destacar la creación de la Base de Datos de Contingencias Profesionales que interrelaciona toda la información disponible en esta materia con total fiabilidad de los datos puesto que deben pasar un riguroso control antes de su incorporación al sistema.

Base de datos de contingencias profesionales
La base ofrece información sobre dos millones de empresas, en un 20 % de las cuales se ha encontrado alguna contingencia profesional (accidente de trabajo, patologías no traumáticas causadas por el trabajo, enfermedades profesionales y prestaciones por riesgo durante el embarazo y la lactancia).

En 2009 se produjeron 700.000 accidentes en jornada de trabajo con baja laboral, 16.787 enfermedades profesionales y 7.200 reconocimientos de incapacidades permanentes derivadas de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

La relación del número de accidentes por cada 100 afiliados permite comparar la mayor o menor siniestralidad de un sector o de una comunidad autónoma. La media nacional se sitúa en 5,24 accidentes de trabajo en jornada con baja por cada 100 afiliados. Illes Balears registra el valor máximo, con 6,11, y la Comunidad de Madrid, el más bajo con 4,46.

Siniestralidad por sectores
Los sectores con mayor siniestralidad son Agricultura, Ganadería, Servicultura y Pesca, con 22,99 accidentes de trabajo con baja por cada 100 afiliados; Industria Extractiva, con 14,42, y Construcción, con 10,35. En el extremo opuesto se sitúan las Actividades Financieras y de Seguros, con 0,85 accidentes por cada 100 afiliados.

La Base de Datos de Contingencias Profesionales de la Seguridad Social se creó en 2010 con la Orden TIN/1448/2010, de 2 de junio que regula el establecimiento de un sistema de reducción de cotizaciones a las empresas con mayor reducción y prevención de la siniestralidad (bonus de 35 millones de euros que recibieron 7.700 empresas) y la información que deben facilitar las Mutuas y entidades gestoras de la Seguridad Social a la Dirección General de Ordenación, que se integra con toda la información disponible en las bases de datos del Sistema. Permite el establecimiento de indicadores relativos al gasto de cada accidente, tanto por sectores de actividad como por distribución geográfica, y de los días no trabajados, o si se ha producido o no la plena recuperación del trabajador. La base de datos está diseñada para realizar estudios longitudinales tanto a nivel de trabajador, como de empresas o de actividad económica.

La fiabilidad de los datos es absoluta ya que se interrelaciona toda la información disponible sobre las contingencias profesionales y, previamente a su incorporación a la base de datos, se contrasta para detectar, comprobar y corregir cualquier discrepancia.

Las lesiones derivadas de posturas forzadas, movimientos repetitivos y las producidas por ruido son las más frecuentes en el trabajo

Los agentes físicos, como posturas forzadas, ruido o presión, entre otras, son el origen de la mayor parte de las enfermedades profesionales, con una incidencia de un 82,2 % sobre el total. El tramo de edad más vulnerable a las patologías profesionales se sitúa en torno a los 40-44 años y varía para hombres y mujeres, según las conclusiones que refleja la estadística de enero y febrero del Sistema de Comunicación de Enfermedades Profesionales de la Seguridad Social (CEPROSS).

Las enfermedades profesionales se agrupan según los agentes causantes en seis grupos: químicos, físicos, biológicos, por inhalación de sustancias y agentes no comprendidos en otros apartados, enfermedades de la piel causadas por agentes y sustancias no comprendidos en ningún apartado anterior y agentes carcinogénicos.

Entre enero y febrero de este año se han emitido 3.140 partes de enfermedad profesional de los cuales 1.727 corresponden a hombres y 1.413 a mujeres, el 55 % y el 45 %, respectivamente. Casi la mitad, el 48,31 %, se emitieron sin baja laboral.

Por grupos de edad, el 17,4 % de los partes se concentran entre los 40 y los 44 años, seguidos del 15,5 % que representan los que tienen entre 35 y 39 años. Hay diferencias de género en cuanto a la edad en que tienen mayor incidencia las enfermedades profesionales. Entre las mujeres el mayor número de partes de enfermedad profesional se concentra entre los 40 y los 49 años, mientras que para los hombres, entre los 35 y los 44 años.

Por géneros, los hombres, con el 44,52 %, son los más afectados por el grupo de agentes físicos, el 37,74 % en el caso de las mujeres. En este grupo se produce el mayor porcentaje de bajas laborales por enfermedades profesionales con el 41,82 %.

Según la actividad económica, el 44,24 % de los partes de enfermedades profesionales con baja laboral corresponde a la industria manufacturera; el 13,56 % al comercio, reparación de vehículos de motor y artículos personales y de uso doméstico; el 8,38 % a la construcción; y el 7,89 % a actividades administrativas y servicios auxiliares.

El Observatorio de Enfermedades Profesionales se creó como consecuencia de la actualización del cuadro de Enfermedades Profesionales (Real Decreto 1299/2006, de 10 de noviembre) y desarrolla el sistema de Comunicación de Enfermedades Profesionales en la Seguridad Social (CEPROSS). Este sistema mejora el flujo de información entre las distintas administraciones, instituciones, organizaciones y entidades interesadas en el cuidado y prevención de riesgos laborales.

Además, el CEPROSS incorpora un servicio de alertas que ofrece la posibilidad de detectar, en tiempo real, aquellas empresas que superan los límites de alerta establecidos. A través de estos sistemas, la Seguridad Social desarrolla una vigilancia permanente que permite detectar los problemas de salud laboral y realizar un diagnóstico precoz.

El ruido unido a productos químicos aumenta la pérdida de audición

Un estudio realizado por investigadores españoles confirma que la presencia de contaminantes químicos puede interactuar con el ruido y modificar, para bien o para mal, la manifestación de la “sordera” profesional, cada vez más frecuente en las personas jóvenes. La perdida auditiva por ruido es la enfermedad profesional que con mayor frecuencia se presenta en Europa. El estudio aparece en los ‘Anales del Sistema Sanitario de Navarra’.

“Los trabajadores expuestos a ruido en presencia de fluidos de mecanizado presentan un retardo de la alteración auditiva con respecto a aquellos expuestos sólo a ruido de la misma intensidad. Por el contrario, aquellos sujetos expuestos a ruido en presencia de humos metálicos incrementan su alteración”, explica Juan Carlos Conte, autor principal del estudio e investigador de la Universidad de Zaragoza.

En el trabajo, publicado en los ‘Anales del Sistema Sanitario de Navarra’, el equipo analiza la interacción entre diversos contaminantes físicos y químicos y su influencia en la alteración auditiva de 558 trabajadores del metal.

“Un problema detectado con respecto a los humos metálicos en presencia de ruido es que la protección utilizada es efectiva para amortiguar la intensidad acústica, pero no para rebajar los efectos del contaminante químico”, subraya Conte.

La utilización en este caso de mascarillas de celulosa o compuestos análogos tiene poco efecto, puesto que su capacidad filtrante de partículas (como carbonilla) no actúa sobre las moléculas gaseosas tóxicas (como el monóxido de carbono).

Sin embargo, las atmósferas con ruido y fluidos de mecanizado tienen la ventaja de poder utilizar las mascarillas como protección respiratoria, aunque la protección auditiva habrá que utilizarla de igual manera para conseguir una protección integral del individuo frente al ruido.

Los investigadores señalan otros factores en la pérdida de audición laboral. Por ejemplo, el tabaco contribuye a la adquisición de un trauma acústico inicial y la exposición a ruido extralaboral influye en los traumas acústicos avanzados.

Demasiado ruido en el trabajo

La Agencia Europea para la Salud y Seguridad en el Trabajo (EU-oSHA, 2006) reconoce que la perdida auditiva por ruido es la enfermedad profesional que con mayor frecuencia se presenta en Europa, y aconseja una mayor atención a los factores de riesgo combinados en los trabajadores expuestos a ruido elevado y compuestos químicos.

Estudios recientes realizados en EE. UU. (Agrawall et al. 2009) y en Nueva Zelanda (Thorne et al. 2008) consideran la pérdida auditiva por ruido una de las enfermedades profesionales más extendidas en dichos países. Concluyen que los métodos clásicos para su control no han tenido los resultados esperados, y se han identificado prevalencias cada vez mayores, sobre todo en las personas más jóvenes.

Los trabajadores españoles están por debajo del nivel óptimo de flexiseguridad

El nivel de Flexiseguridad en España es de 58,5 puntos en 2008, lejos del nivel óptimo que estaría por encima de los 70 puntos. Ésta es una de las principales conclusiones del Informe “Flexiseguridad laboral en España”, elaborado por el Servicio de Estudios de la Asociación de Grandes Empresas de Trabajo Temporal (AGETT), en colaboración con el Centro de Predicción Económica (CEPREDE) de la Universidad Autónoma de Madrid.

El estudio, que se ha presentado hoy en la sede de Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, aporta como gran novedad el primer “Indicador de Flexiseguridad AGETT-cEPREDE” (IFX). Un indicador agregado de doce indicadores parciales que se encuentran focalizados en los ámbitos de empleabilidad, adaptabilidad al mercado de trabajo, formación profesional y formación continua.

“Este indicador permite un análisis clave de las debilidades y fortalezas del sistema laboral en sentido amplio y muestra la intensidad de cada uno de los indicadores respecto al conjunto”, han explicado sus autores.

Según Francisco Aranda, Presidente de AGETT, se trata de “una herramienta básica para encauzar el proceso de convergencia con la UE en términos de productividad y empleo”. Y subrayó que en esta iniciativa se dota “de la importancia que merecen las políticas de empleo de las regiones que conforman nuestro país”.

Iniciativa única en Europa
Es la primera vez en España que se cuantifica el nivel de “Flexiseguridad” en las diferentes CCAA. “Una iniciativa única en Europa, puesto que hasta ahora no se había regionalizado dicho concepto en ningún país de nuestro entorno”, ha subrayado el Presidente de AGETT, Francisco Aranda, en referencia a este indicador.

Europa ha establecido el concepto de “Flexiseguridad” como un instrumento de modernización de los mercados laborales nacionales y que inspira las principales directrices para alcanzar los objetivos de empleo de la Estrategia de Lisboa.

Este informe evalúa los progresos realizados por las diferentes autonomías en las políticas de empleo, que influyen directamente en el indicador de “flexiseguridad” AGETT/cEPREDE de cada una de las CCAA y en el conjunto del país.

Con el término flexiseguridad se hace referencia a un grado elevado de flexibilidad, obtenido mediante mayores facilidades en la contratación, con un nivel también alto de protección social a través de prestaciones por desempleo generosas, sujetas a la búsqueda de empleo y una actitud proactiva en la recolocación de parados. Este modelo europeo de flexiseguridad predomina en los países nórdicos y, en concreto, el mercado laboral danés es el ejemplo más referenciado.

“La flexiseguridad es la piedra angular de los mercados laborales eficientes y España debe converger con Europa y adaptarlo a las características de nuestro mercado de trabajo a través de la concertación social” señaló el Presidente de AGETT.

El estudio apunta que las reformas de los mercados laborales deben seguir la dirección de los tres componentes de la flexiseguridad para aumentar las tasas de empleo: la adaptación de la legislación para la protección del empleo al nuevo contexto económico, el incremento del gasto en políticas activas del mercado de trabajo y unas tasas de cobertura social al desempleo elevadas (que garanticen el equilibrio entre derechos y obligaciones de los desempleados).

La flexiseguridad en España ha crecido un 1,2 % en tasa anual del promedio 2005-2008 El presente informe, “Flexiseguridad laboral en España”, además de ofrecer la evolución de la flexiseguridad en las comunidades autónomas, también analiza los avances realizados durante los últimos cuatro años en esta materia y las diferencias existentes entre las comunidades autónomas para optimizarlas en unos casos y solventarlas en otros, “con el objetivo de ayudar a que la flexiseguridad del conjunto sea mayor y más cercana a la flexiseguridad europea”, ha señalado Aranda.

Según el estudio, la flexiseguridad necesita, y también promueve, tasas de empleo más altas. En concreto, por mejoras de flexiseguridad se explica 0,2 puntos porcentuales de la mejora del nivel de empleo.

El crecimiento de la flexiseguridad en España ha sido del 1,2 % en tasa anual del promedio 2005-2008, pasando de 56,4 puntos a 58,5 puntos, en el conjunto de España. En comparación, en el mismo periodo de tiempo, la tasa de empleo ha pasado del 52,1 % al 53,0 %, lo que supone una tasa de variación media anual del 0,6 %.

Navarra, Baleares, Madrid y Cantabria lideran el ranking en flexiseguridad
Por comunidades autónomas, sólo existen 7,8 puntos de diferencia entre la comunidad más flexisegura (Navarra) y la menos flexisegura (Canarias), según el indicador pionero en España de Flexiseguridad AGETT – CEPREDE.

Atendiendo al nivel de flexiseguridad y a la tasa de su crecimiento en comparación a la media española, el estudio clasifica las CCAA en cuatro grupos:- Líderes estáticos o de posicionamiento (CCAA que tienen niveles de flexiseguridad por encima de la media nacional, aunque con tasas de crecimiento inferiores a dicha media). Estas comunidades son Cataluña (60,2 puntos; 0,3 % de tasa de crecimiento), Comunidad Valenciana (59,2 puntos; 0,4 %), La Rioja (58,8 puntos; 0,3 %) y Murcia (58,5 puntos; 0,7 % crecimiento). En este grupo también se encuentran, aunque presentan tasas de crecimiento negativas, Baleares (62,4 puntos; -0,2 %) y Aragón (60,5 puntos; -0,2 %).

– Líderes en consolidación (combinan niveles flexiseguros elevados con crecimientos del indicador por encima de la media). En este grupo están: Navarra (62,7 puntos; 1,8 %), País Vasco (59,5 puntos; 1,5 %), Cantabria (60,6 puntos; 2,6 %) y Madrid (61,2 puntos; 1,3 %).

– Comunidades en convergencia (su tasa de crecimiento se sitúa por encima de la media nacional pero necesitan mejorar su nivel de flexiseguridad). Estas comunidades son Castilla-La Mancha (57,7 puntos, 1,6 % crecimiento), Castilla y León (57,0 puntos; 1,6 %), Andalucía (55,6 puntos; 1,7 %), Extremadura (56,3 puntos; 1,4 %), Galicia (58,1 puntos; 2,1 %) y Asturias (57,8 puntos; 3,6 % crecimiento).

– Comunidades no convergentes (con niveles y crecimientos del indicador por debajo de la media nacional). En este caso sólo encontramos una comunidad: Canarias (54,9 puntos; 0,2 % de crecimiento).

En general, dentro de los indicadores parciales que componen el Indicador de Flexiseguridad AGETT-cEPREDE, mejoran de forma progresiva los indicadores de Formación Profesional, Formación según el Nivel de los Ocupados, Tiempo de Búsqueda de Empleo, Desempleo de Larga Duración y Desempleo según Nivel de Formación de los parados.

Hay indicadores como la Tasa de Empleo de los Jóvenes y la Penetración de las Agencias Privadas de Empleo (ETTs en España) en la intermediación, que no mejoran claramente, especialmente, cuando el ciclo es adverso en el mercado de trabajo, porque su papel se resiente y se reduce su aportación.

En los dos últimos trimestres de 2008, la Flexiseguridad se ha reducido en las comunidades autónomas españolas, como consecuencia, principalmente, de cuatro cambios importantes: incremento de los partes por enfermedades profesionales, reducción de la tasa de empleo de los jóvenes, reducción del porcentaje de desempleados beneficiarios de prestaciones por desempleo y reducción de la participación de las agencias privadas de empleo (ETTs en España) en las contrataciones e intermediación laboral.

La flexiseguridad, clave para alcanzar los Objetivos de la Agenda de Lisboa
Europa ha establecido un enfoque equilibrado de la “Flexiseguridad” como un instrumento de modernización de los mercados laborales nacionales cuyo objetivo subyacente no es sólo afrontar la crisis, sino mantener y alcanzar los objetivos de Lisboa, para lo cual se precisa de nuevas formas de flexibilidad y seguridad en el empleo, tanto para empleados como para empleadores.

La flexiseguridad pretende garantizar que los ciudadanos de la UE puedan disfrutar de un elevado nivel de seguridad en el empleo y no exclusivamente en el puesto de trabajo.

Se trata de dotar a las personas de las capacidades y el apoyo de instituciones públicas y privadas de intermediación laboral gratuitas para el trabajador, que les permitan acceder, progresar y permanecer en el mercado de trabajo.

Por tanto, conlleva un fuerte énfasis en la eficacia de políticas activas de empleo (de formación continua y búsqueda de empleo) realizadas tanto por parte de los organismos del sistema público, como de las agencias privadas de empleo (aún ETTs en España) que disponen de una infraestructura solvente.

Las empresas de trabajo temporal pueden contribuir a crear puentes entre el desempleo y el empleo, facilitar la transición de los estudios al trabajo, suavizar las transiciones en el mercado laboral, promover la conversión entre diferentes tipos de contratos laborales y mejorar el equilibrio vida-trabajo.

“Tal y como considera la Comisión Europea, las agencias privadas de empleo (aún ETTs en España) son claves en la implementación de la “flexiseguridad” y en alcanzar los objetivos de empleo de la Estrategia de Lisboa” ha concluido Aranda.

El cáncer, enfermedad profesional en aumento entre los trabajadores

El contacto con sustancias peligrosas en el entorno laboral es responsable de más de 95.000 muertes cada año en Europa. La Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo sitúa la posibilidad de contraer esta dolencia como un riesgo emergente y lo relaciona fundamentalmente con el contacto con sustancias peligrosas.

El cáncer se ha convertido en una de las enfermedades profesionales de mayor prevalencia en el mundo. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 9,6 % de todas las muertes por esta patología son atribuibles al trabajo. En los 27 países que actualmente integran la UE, 95.581 muertes por cáncer en 2002 estuvieron relacionadas con el trabajo. Una cifra más de diez veces superior a la de accidentes mortales registrados en ese mismo periodo, que ascendió a 8.900.

El Observatorio Europeo de Riesgos de la Agencia Europa para la Seguridad y la Salud en el Trabajo sitúa la posibilidad de contraer esta enfermedad como un riesgo laboral emergente y lo relaciona fundamentalmente con el contacto con sustancias peligrosas. Actualmente, están registradas alrededor de 100.000 en el mercado europeo.

Estos componentes están presentes en gran número de entornos laborales, sobre todo en la industria química, que es la tercera más grande por el número de trabajadores: emplea a 1,7 millones de personas y genera 3 millones de puestos de trabajo indirectos. Pero no sólo los trabajadores de la industria química están expuestos a estas sustancias.

El riesgo también lo tienen quienes se ocupan en granjas, talleres, peluquerías y un largo etcétera.

La Agencia llama la atención sobre la importancia que es preciso atribuir a las enfermedades profesionales que, como en el caso del cáncer, no suelen producirse en el corto plazo, por lo que suelen infravalorarse frente a la inmediatez de los accidentes de trabajo. Cerca de 32 millones de trabajadores estuvieron expuestos a carcinógenos en la UE a principios de 1990. La Agencia está preparando una revisión de la legislación, de políticas y prácticas en la UE y al mismo tiempo, una investigación de vanguardia en relación a la exposición a carcinógenos en el trabajo, que será publicada en 2008.

Por otra parte, la Agencia elaboró en 2003 una serie de recomendaciones para combatir los riesgos por sustancias químicas. Entre ellas destacan las dirigidas a los empresarios: realizar una evaluación de riesgos; tomar las medidas necesarias para eliminarlos o reducirlos, vigilar la eficacia de las medidas preventivas y revisar la evaluación.

La evaluación de riesgos es un requisito de la legislación europea aprobado en todos los estados miembros. Su correcta realización y la formación de los trabajadores son básicas para potenciar un entorno laboral sano y seguro.

Nuevo marco normativo

El 1 de junio de 2007 entró en vigor el nuevo marco normativo de la UE para el registro, evaluación y autorización de sustancias químicas (REACH), que va a suponer un gran avance en la protección de la salud y la seguridad medioambiental. La regulación servirá para someter a examen cerca de 30.000 sustancias de manera progresiva, lo que significa que para la introducción de sustancias que son fabricadas o importadas en cantidades iguales o mayores a 1 tonelada por año y que han sido pre-registradas, las disposiciones de registro se aplicarán de manera gradual para facilitar la transición al modelo REACH (finalizando el 1 de junio de 2008).

La regulación REACH otorga mayor responsabilidad a la industria para gestionar los riesgos de los productos químicos y facilitar información de seguridad sobre las sustancias. Se obligará a productores e importadores a probar, antes de su comercialización, que no causan efectos adversos para la salud. La nueva normativa exigirá también la aplicación del principio de la sustitución, de manera que las sustancias peligrosas tengan que ser reemplazadas por alternativas seguras, cuando sea posible, a menos que puedan demostrar que los riesgos se controlan adecuadamente.



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